El dólar interbancario pasó de 32,6 pesos en enero a 35,3 pesos alrededor del 20 de mayo, un aumento de 8,3% en lo que va de 2019. Durante los primeros 15 días del mes en curso, el aumento fue mayor a medio punto porcentual. Por eso, aunque aclara que continuará utilizando “todos los instrumentos disponibles” para que los “eventos externos no se transmitan en forma desordenada a los mercados domésticos”, el Banco Central del Uruguay (BCU) decidió cambiar de estrategia y pasar a recomprar deuda en lugar de intervenir vendiendo los dólares que el mercado demanda.
El comunicado publicado la semana pasada indicaba que “el entorno macroeconómico y financiero global y regional” había inclinado al BCU a implementar una operación de recompra de Letras de Regulación Monetaria (LRM) emitidas en pesos para todas aquellas series con vencimientos a lo largo de 2019, por un valor total de 35.000 millones de pesos, unos 992 millones de dólares.
Según el BCU, el objetivo de la operación es “facilitar el cambio de portafolios de los agentes económicos y contribuir a mitigar la volatilidad que se ha venido observando en el mercado de cambios doméstico como fruto del entorno”, a la vez que aseguraba que la medida bajaría el nivel de endeudamiento, lo que mejoraría el resultado de sus cuentas.
En lugar de intervenir directamente en el mercado de cambios vendiendo dólares para evitar que este suba, el BCU ofreció comprar las LRM ofreciéndoles pesos o dólares a los titulares de esas letras, según deseen. De esa forma, si estos inversores quieren modificar su portafolio desde instrumentos en pesos a otros denominados en dólares, no tienen por qué recurrir sí o sí al mercado de cambios. De alguna forma, el BCU asume que el dólar continuará subiendo por el contexto internacional y la incertidumbre imperante en Argentina y Brasil, pero busca evitar saltos bruscos que modifiquen las decisiones de los inversores, que aumenten la incertidumbre y por esta vía afecten la actividad real de la economía.