–Andrea, disculpe. ¿Puedo repetir? –le preguntó un turista a Andrea Baracco, en el tambo La Oportunidad, en Cardal, después de comer la crema que ella les había servido, como postre, a los visitantes. Cuando se dio vuelta para decirle que sí, se percató de que ese hombre mayor que le había hecho la pregunta estaba llorando. “¿Le pasa algo?”, se inquietó. “A esta crema la hacía mi abuela. Nunca más comí una crema como la que hacía mi abuela”, fue toda su respuesta.
En el tambo turístico La Oportunidad, el efecto Ratatouille suele ir más allá de lo culinario. De hecho, muchos llegan hasta allí a revivir escenas. “La mayoría de la gente que llega es gente que hoy vive en la ciudad, pero que en algún momento tuvo algún tipo de contacto con el campo, incluso porque en la familia existían historias de que iban al campo. Se da mucho eso, de conectar con el pasado. Darle leche a una ternerita siempre dispara comentarios como ‘esto lo hacía cuando iba a visitar a mis abuelos’. Genera un impacto muy positivo y emotivo, muy emotivo”, comentó Baracco, quien siete años atrás, junto con Daniel Fojo, le agregó una nueva dimensión al tambo familiar que explotaban desde 1995.
“La Oportunidad nació en 2016, en plena crisis de la lechería. Remitíamos a una industria que bajó el precio de la leche al 50%. Ahí surge todo, hasta el nombre. Es que las crisis son oportunidades; de ahí nace la oportunidad de crear un espacio turístico como un nuevo círculo económico, como otra forma de que ingrese dinero”, narró. No fue sencillo tomar la decisión, porque el eje del establecimiento es el tambo en su fin productivo, y la circulación de gente es de por sí un riesgo en una actividad en la que la presencia de humanos que no sean los de la rutina puede implicar que una o muchas vacas “escondan la leche”. Además, obligaba a rediseñar la distribución de espacios en un predio que ya los tenía definidos a partir del circuito productivo, y la modificación no podía dejar de hacer foco en ello. Pero se dio el paso. Hoy La Oportunidad tiene un circuito por el que caminan los turistas, que se sumergen en las etapas productivas del tambo: la sala de ordeñe, los tanques de frío, el corral de las vacas próximas a parir y los espacios de cría de las terneras. Incluso, si coincide con los horarios de la visita, es posible observar el ordeñe y al camión cargar la leche para llevarla a la planta.
Los visitantes pueden sacar ración de los silos de granos, alimentar a las vacas próximas y darles leche a las terneras. “Para cerrar el circuito se creó un área con baños, jardines y comedor, donde se sirve el almuerzo y la merienda”, cuenta Baracco, y señala que existe, también, una tienda con productos locales, desde dulce de leche hasta artesanías y suculentas, que son el resultado de “actividades de otras personas a las que se les ofrece el espacio para generar una especie de economía circular”. La interconexión con otros emprendedores es parte de la esencia, fundamentalmente, con los relacionados al turismo en la zona, como por ejemplo, los referentes de la ruta de los murales de 25 de Agosto o el grupo Hierbas y Nativos de Severino, de 25 de Mayo. También con quienes impulsan el turismo en Cardal y ofrecen la posibilidad de hospedaje, paseos, guías locales y lugares donde almorzar, merendar e incluso cenar.
En siete años el camino del tambo turístico ha sido largo. Los resultados hoy podrían resumirse en una escena con fuerte carga simbólica: las vacas próximas a parir ven llegar turistas y apuran el tranco, prácticamente corren desde el fondo del corral, para acercárseles en un coro de mugidos. “Yo a veces les digo a los visitantes, en tono de broma, que vienen a darles la bienvenida, pero en realidad es evidente que ellas se acercan porque saben que ese día tienen una dosis extra de ración”, dice, y se ríe.
Las oportunidades de desarrollo
El tránsito iniciado en aquella crisis, que impulsó la gestación del emprendimiento en el marco de la “La ruta de la leche”, promovida entonces por la Dirección de Turismo de la Intendencia de Florida y cristalizada por medio de un proyecto de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y la Agencia de Desarrollo Económico de Florida (ADEF) —Baracco ya venía trabajando en el turismo comunitario con el grupo local, de Cardal—, ha estado cargado de diversas instancias, tales como cursos y talleres, además de diseño y postulación de proyectos en la órbita de ANDE. El último de estos fue una mentoría.
Andrea Baracco admite que nunca se le había ocurrido “tener un mentor para que contribuya con el emprendimiento en todo lo que tiene que ver con el manual de marca, con registrar una marca, o con posicionarlo en las redes sociales”. Pero en los hechos haberlo tenido “ha sido muy beneficioso”, según subraya. En sí, piensa lo mismo de los diferentes proyectos y programas relacionados a ANDE en los que ha participado La Oportunidad, que en 2021 estuvo ternada en el premio a la mype del año como empresa familiar. “Permite aggiornarse, ampliar la mirada y el espectro. El monitoreo que se realiza es sumamente importante”, dice Baracco, y destaca, además, “el capital humano de la ADEF, del Centro Pyme y del ERE Florida-Durazno. Más allá de que sea su trabajo, hay un capital muy importante que tiene que ver con la escucha, la contención, poder interpretar al emprendedor y así, por ejemplo, hacer un proyecto”. Las diferentes propuestas de ANDE “siempre son súper bienvenidas. Las vemos como oportunidades de crecimiento. Cada vez que entrás a un proyecto o a una capacitación, estás vinculándote al ecosistema emprendedor y se amplía el abanico de oportunidades”.
Emerger articulando
La etapa de instalación del ERE Florida-Durazno se inició con la convocatoria a diferentes instituciones, e implicó una fase de formación con talleres en Durazno, Florida y Sarandí Grande, y el diseño de proyectos con base en diferentes ejes, de acuerdo con las necesidades del territorio, estableciendo “qué actividades, cuándo, con qué presupuesto y qué aportes de las instituciones”, según narra la contadora Ana Inés Brit, referente de este ERE. La interacción entre las instituciones, precisamente, ha sido siempre una búsqueda de ANDE, subrayó. Lo mismo con los emprendedores. La creación de un club de emprendedores, por ejemplo, apunta a que estos “sigan conectados entre ellos, que se apoyen, se pasen datos y hagan alianzas”, comenta Brit. En el proceso iniciado hace más de tres años, para la instalación del ERE, hubo instancias de sensibilización y formación, para difundir experiencias emprendedoras que accedieron a herramientas de ANDE, tales como Hoja Verde, en Florida, y PUG, en Durazno. En esos dos casos quedaba manifiesta, además, la amplitud de actividades alcanzadas por la agencia. PUG había nacido un lustro antes como un emprendimiento dedicado al diseño, producción y venta de indumentaria y artículos para bebés y niños. Hoja Verde, por su parte, emergía a partir de los desechos orgánicos de la avícola de su titular, Marcelo Guillén —hoy presidente de la ADEF—, como un fertilizante orgánico inocuo.
Las instancias del ERE, tanto presenciales como virtuales, durante tres años, implicaron jornadas y otras actividades con foco en la formación en el amplio menú de aspectos en los que se puede apoyar a los emprendedores —por ejemplo, el manejo de redes, diseño y fotografía, sin la necesidad de incorporar herramientas profesionales— y con un fuerte énfasis en la articulación entre las instituciones, así como una apuesta “a tratar de salir de los rubros de siempre”, enfatizó Brit. El universo con el que se trabajó fue amplio, y de hecho incluyó a alumnos de UTU, para que estos también actúen como dinamizadores de emprendedurismo, agregó.
La patrocinadora local, socia estratégica
En todo el proceso de trabajo del ERE Florida-Durazno hubo instituciones claves, como la ADEF. Creada en 2009, es el ámbito natural al que acuden los emprendedores de Florida. Incluso es referencia también para los de algunas localidades de otros departamentos. Es la Institución Patrocinadora de Emprendimientos (IPE) de ANDE en Florida, y por ende socia estratégica del Centro Pyme instalado en 2021. La ADEF tiene ejercitado su músculo de coordinación interinstitucional; de hecho, es en sí, como agencia, una institucionalidad emergida de una articulación entre actores públicos y privados en la que confluyen desde los mismos emprendedores hasta la Intendencia de Florida o la Sociedad de Productores de Leche de Florida, entre otros.
La licenciada Gabriela Luengo, gerenta de la ADEF, explica que se realizan acciones específicas que, anualmente, alcanzan a entre 100 y 150 emprendedores, sin contar a aquellos que hacen consultas puntuales porque tienen intenciones de emprender.
Por medio de la ADEF es que han aterrizado en Florida programas como Capital Semilla. Luengo señala que, en los últimos cuatro años, desde Florida han sido presentados diez proyectos, de los cuales fueron aprobados seis para acceder a fondos no reembolsables de hasta 20.000 dólares. Uno de ellos fue Hoja Verde. También lo fueron la plataforma educativa en línea accesible La Usina; el laboratorio de análisis de agua, suelo y enmiendas orgánicas Campolab; el servicio de vuelos temáticos con audioguía Paratrike Tour —“como si se estuviera en un bus turístico, pero en el aire, en parapente”, apunta Luengo—; la industria de maquinarias y equipos Inoxidables del Sur, que desde Chamizo produce tecnología adaptada a las características de emprendedores y productores de diferentes rubros; y Naycodo, que con base en desechos plásticos, propuso elaborar productos para obras civiles e industriales.
La ADEF también ha trabajado en el programa que permite realizar la validación técnica o comercial de los productos. “Es cuando el emprendedor tiene una idea de negocio y quiere ver si es viable técnica y comercialmente”, explica Luengo. ANDE provee fondos para investigarlo. Así lo han hecho tres empresas. Una de estas, por ejemplo, lo hizo sobre la elaboración de una bebida nórdica a partir de un fermentado de la miel.
Recientemente, ADEF ganó la posibilidad de ejecutar un proyecto para capacitar sobre cultura financiera, para el que se hará un llamado a técnicos para realizar talleres y asistencia técnica individual. “El tema de educación financiera es muy requerido, porque una de las restricciones que tienen los emprendimientos, y no sólo los que se inician, sino también emprendedores con trayectoria, es la de todo lo que implica tener bien definidos los costos para hacer una buena determinación de los precios. Para algunos emprendimientos no es tan claro cómo funciona su cartera de negocios, es decir, sus diferentes líneas de negocio. Muchas veces se tiene conocimiento de una o dos, pero se sigue manteniendo otra porque siempre se hizo, y cuando se empiezan a hacer estos estudios, notan que alguna de esas líneas está dando pérdidas desde hace años y terminan significando un lastre para el emprendimiento. Más allá de que se quieran mantener, por lo menos es importante saber que se están solventando a costa de otras. Es algo que sucede muy seguido. De hecho, cuando se dan las capacitaciones, hay emprendedores que se toman la cabeza y se quieren morir, porque vienen desde hace años con esos desfasajes”, indica Luengo. Comenta que “generalmente no hay cultura financiera”, que es algo que abarca también “la cultura del ahorro, así como del crédito, definiendo en qué momento [tomarlo], estudiando las tasas, etcétera”.
Desde la ADEF, que también participa en programas como Sumá valor o Jugar para Ganar, Luengo también destaca, como Brit, la instalación del club de emprendedores. “Es un espacio interactivo, colaborativo, en el que se busca que los emprendedores se conozcan, se transmitan buenas prácticas, y se sientan contenidos y apoyados. Emprender es una actividad muy en solitario. El emprendedor compra, fabrica, vende, comunica; es un pulpo que hace todo”. En esa interacción se genera también la complementación, el fortalecimiento de cadenas de valor. No es extraño, por ejemplo, que emprendedores de diferentes rubros se unan y presenten productos en común, comercialicen juntos en espacios como ferias o eventos, además de compartir contactos, recomendaciones y pasarse tips sobre proveedores. “Todas estas cosas se han visto. Amplían el conocimiento del mercado”, dice Luengo, destacando lo promovido por programas como Fomento de la Cultura del Emprendimiento, de ANDE.
Complementación y alcance tierra adentro
En octubre de este año, en la jornada de trabajo que celebró el segundo aniversario de la instalación del Centro Pyme de Florida, Luengo confesó: “Al llegar esta nueva institucionalidad al territorio, en la ADEF generó incertidumbre, porque es una entidad con servicios muy similares a los que la agencia viene llevando a cabo desde hace 12 años. Desde ANDE la primera frase que nos dijeron fue ‘vamos a respetar las capacidades locales’. Se logró, gracias a la buena articulación de ambos equipos”; con el Centro Pyme más orientado a las empresas y la ADEF más orientada a los emprendedores. Subrayó, en ese marco, las acciones conjuntas para acercar los servicios a los emprendedores del interior del departamento. Un año antes, en setiembre de 2022, durante una visita a Florida, la presidenta de ANDE, Carmen Sánchez, había destacado eso mismo. Dijo que “hubo presencia fuerte en al menos seis localidades”, y resaltó además que nueve de cada diez empresas que accedieron a herramientas de la ANDE durante el año de funcionamiento del Centro Pyme no habían recibido antes apoyo del Estado. “Es decir que estamos llegando a empresas a las que antes no se estaba llegando”, enfatizó.
Este año, en la celebración de los dos años del Centro Pyme, la coordinadora Vanessa Balzaretti, indicó que fueron brindados servicios de desarrollo empresarial a diez localidades del interior del departamento. En general, se dio algún tipo de respuesta a 563 empresas y emprendimientos del departamento, añadió. Ese día Balzaretti intentó graficar el impacto de la llegada del Centro Pyme con un ejemplo que, dijo, le “encanta contar”: una de las primeras acciones del Centro Pyme fue acompañar el tránsito de formalización de “una peluquera que tenía diez años de instalada, con su local”, y que cada vez que el runrún anunciaba la presencia de inspectores de la DGI o BPS “bajaba las cortinas, se iba a su casa y se perdía de trabajar ese día”. Eso ocurría “porque ella no había tenido un asesoramiento, y no sabía que existía el monotributo Mides y que, con una suma casi insignificante para su emprendimiento, podía formalizarse y, de esa manera, trabajar tranquila sin tener que perder esos días”, además de suprimir de su vida “esas noches sin dormir en las que se decía ‘hace diez años que tengo mi empresa, no tengo aportes, mañana no sé si me voy a poder jubilar’. Es importantísimo conocer los instrumentos. Hoy ella tiene su empresa formalizada, tiene su factura, y los días en que circula el comentario de que ‘anda el BPS' o ‘anda la DGI’, puede levantar sus cortinas y seguir trabajando”.
En la Semana Emprendedora 2023 el Centro Pyme de Florida tendrá un actividad especial, el 22 de noviembre a partir de las 15.00, con una charla motivacional para emprendendores.
Emilio Martínez Muracciole, desde Florida.