La Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) y la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU) mantendrán la próxima semana –entre lunes y martes– una reunión para dialogar por la extensión de los convenios colectivos que se aplican a los trabajadores del sector. En esa instancia se discutirá el punto central de las diferencias que tienen ambas partes: la contratación por parte de las entidades bancarias del personal disponible existente en una bolsa de trabajo, esto por solicitud del sindicato.
Juan Fernández, presidente de AEBU, dijo a la diaria que luego de una reunión por Zoom efectuada este miércoles con representantes de la ABPU tuvo conocimiento de que los temas tratados en esa instancia habían sido publicados en la prensa de forma simultánea. “Lo primero que tenemos es sorpresa por la decisión de los bancos privados de trasladar hacia la opinión pública los aspectos de la negociación. En ese comunicado la ABPU relata que invita nuevamente a generar un ámbito de negociación y le pone como fecha límite el 31 de agosto para que alcancemos un acuerdo”, dijo el directivo.
Con referencia a los convenios, explicó que seis de los siete “mantendrán vigencia llegado su vencimiento, porque están alcanzados por la ultraactividad. Es un concepto jurídico que explica que los convenios colectivos que se celebraron entre determinadas fechas, si no dicen explícitamente lo contrario, una vez vencido continúan teniendo efectos mientras no se alcance un acuerdo por un nuevo convenio colectivo”.
Sostuvo que el gremio “concurrirá nuevamente a ese ámbito de diálogo y negociación que se plantea reflotar, pero lo que es importante decir es que no lo dimos por agotado por la sencilla razón de que la ABPU presentó una plataforma de siete puntos, mientras que el sindicato presentó una plataforma de sólo tres, ninguno con un correlato económico”.
Los tres puntos que señala Fernández son “el ingreso de trabajadores provenientes de instituciones educativas tanto privadas como públicas”; el llamado a “concurso para ascensos, lo que sí sería consistente con los reclamos de meritocracia de los bancos, y a su vez contribuiría a limitar las prácticas de discriminación que estos aplican”; y tomar en consideración una “bolsa de trabajo para trabajadores con formación en la actividad financiera que quedaron sin empleo como resultado de reestructuras de las propias instituciones del sector”.
Fernández señaló que año tras año “los bancos van superando las rentabilidades alcanzando resultados con récords históricos, como el de 2023, de 639 millones de dólares de rentabilidad neta. Todos esos resultados históricos y récords son con la vigencia de estos convenios colectivos”.
Mainzer: “Si implica discriminar, la bolsa de trabajo es innegociable”
Por su parte, Barbara Mainzer, directora ejecutiva de la ABPU, dijo a la diaria que “lo que hicimos fue un comunicado para nuestros trabajadores. Estamos hablando de cosas que nos atañen a nosotros como industria bancaria. Nos parece importante que la gente cuente con esa información, que sepa y tenga tranquilidad también, y que se diga que se está buscando cambiar y por qué”.
Mainzer explicó que las siete propuestas efectuadas al sindicato fueron aceptadas “luego de haber sido argumentadas y justificadas”, pero que para el sindicato eran atendibles “a condición de que se tomaran empleados de la bolsa de trabajo, y básicamente lo que los bancos privados dijeron a ese punto es que es inaceptable”.
“Establecer una bolsa para personas afiliadas a sindicatos supone discriminar a otros trabajadores, y va en contra de los principios. ¿Por qué el criterio para tomar a alguien tiene que ser que esté en la bolsa en lugar de su mérito? Todas las personas son bienvenidas a presentarse. Es más, hay personas que están en la bolsa que tienen experiencia, y son bienvenidos a presentarse. Pero tomarlos obligatoriamente no corresponde”, señaló la directora ejecutiva, y sostuvo que “aspiramos a lograr un acuerdo en el que no implique discriminar, y si implica eso, es innegociable”.
Acerca de la situación del sector, Mainzer señaló que hace 60 años atrás había unos 10.000 trabajadores, pero que actualmente hay unos 2.800 divididos en las siete entidades bancarias privadas de plaza. Los que tienen más personal son BBVA, Santander, Itaú y Scotiabank. “Si no alcanzamos soluciones, seguirá cayendo el empleo”, y explicó que el mundo cambió, los clientes cambiaron, y que las relaciones laborales también se vieron modificadas con el paso del tiempo.
Para la representante de los bancos privados, “las leyes laborales son tan rígidas que lo único que pasó fue una destrucción brutal del empleo. Y cambiar las relaciones laborales es defender los puestos de trabajo, y defender el trabajo de la industria, y atender mejor a los clientes. Y si todo salió a la luz ahora fue porque en algún momento tenía que salir, y el momento es ahora”.