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Estación Experimental INIA Las Brujas, Canelones.

Foto: Alessandro Maradei

El INIA participa en proyectos internacionales de punta para reducir la generación de metano en ovinos

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La medición permitirá que los productores seleccionen animales que tengan menos impacto en el ambiente, algo que además se valoriza económicamente.

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“Hoy los proyectos a nivel genético, o sea la vedete internacional, la característica estrella, son las emisiones de metano y la eficiencia de conversión de alimento, o sea, cuáles son los animales que comiendo lo mismo ganan más peso”, comenta Ciappesoni. Desde 2018, el instituto viene midiendo estas características con más de 3.000 animales de varias razas en La Magnolia a través de dos proyectos: Genera (con fondos propios) y Sustain Sheep que, con fondos internacionales, desarrolla junto con Irlanda, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia y Noruega. En 2024 el INIA y el SUL publicaron los resultados de la evaluación genética de eficiencia de conversión de consumo y de emisiones de metano de merino australiano, fue el primer país en hacerlo: por el momento, “somos el único país del mundo que tiene esa evaluación genética de las dos características”, destaca.

Para la medición de metano, los investigadores del INIA se guían por un protocolo internacional que usa “cámaras de acumulación portátiles”, una especie de pecera que colocan boca abajo, sobre el suelo y con el ovino dentro, por 45 minutos, y a través de un sensor mide los gases que libera en el espacio hermético, describe Ciappesoni. Para conocer la eficiencia de conversión, les colocan una caravana electrónica a los animales, miden la alfalfa que comió, el agua que tomó, las veces que fue a comer y si lo hizo. “Si hay algunos animales que según su peso y su ganancia deberían haber comido tantos kilos y comen menos, entonces son más eficientes, y si comieron más, son menos eficientes”, aclara. “Con los datos individuales de los animales podemos hacer la evaluación genética, porque de cada animal sabemos cuándo nació, quién fue su padre, su madre, su abuelo, su tatarabuelo, y les hacemos extracción de ADN, que lo mandamos a genotipar. Esa información molecular de cada animal la incorporamos en la evaluación genética, que es lo que se llama evaluación genómica, que ya la tenemos en la merino y en las otras razas estamos en proceso de desarrollarlo”. El proceso allana el camino para generar información: “gracias a que incorporamos esta evaluación genómica, después podemos ir a la casa de una productora y, con un cotonete, sacarle a un animal muestras de la mucosa nasal para mandarlas al laboratorio, hacer extracción de ADN y genotipar, y sólo con esas muestras le podemos decir ‘este carnero es bueno en lana, es más o menos resistente a parásitos, emite más o menos metano o es más o menos eficiente’. Es el mejor ejemplo de cómo pudimos llevar algo del laboratorio al campo, de una experimental a la valorización del producto de lana”, valora.

Este año, Uruguay se embarcó en otro proyecto de medición de metano en ovinos, el Clean Breeding, financiado por Global Methane Genetics (con fondos de Global Methane Hub); es liderado por Australia y participan además Nueva Zelanda, Irlanda, Reino Unido y Uruguay. Con el fin de disminuir las emisiones de metano, esta investigación, que se desarrollará durante cinco años, medirá en Uruguay a 3.000 animales de las razas corriedale, merino australiano, merino dohne y texel, y permitirá dar un paso más que Sustanin Sheep, porque no sólo medirá los animales que van a La Magnolia, sino “salir a medir a campo”.

Las emisiones de metano y la eficiencia de conversión están asociadas, informa Ciappesoni: “Los animales más eficientes son también los que emiten menos metano, el tema ambiental va de la mano con el tema productivo”. Los investigadores cuidarán si por mejorar algunas de estas características, no afectan otras logradas, como la resistencia a parásitos, o si no tienen algún problema reproductivo. “Hoy no hay ninguna luz amarilla en eso, pero bueno, hay que estudiarlo, si no tenemos los datos medidos, no lo podemos saber”, concluye.

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