Si nos remontamos a una década atrás, los niveles de inversión en Uruguay eran muy bajos, de aproximadamente 12% del Producto Interno Bruto (PIB). Actualmente esta proporción ha aumentado a 22%, en gran medida como producto de mayores inversiones extranjeras directas (IED) e inversión de los privados.

El director nacional de Industrias, Sebastián Torres, dijo a la diaria que en los últimos diez años se registró una "ruptura grande" de la tendencia inversionista, a lo que se le sumó "una inversión pública de magnitud considerable". Ambos factores permiten pronosticar un "impacto prolongado en el producto de la economía".

La Dirección Nacional de Industrias (DNI) del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) decidió plasmar en un documento -al que accedió la diaria- los principales proyectos de inversión que se concretarán en Uruguay entre 2013 y 2020.

Según Torres, este informe surgió con dos objetivos: ordenar el número y monto de las inversiones que se manejan "desde hace dos o tres años para un horizonte de mediano plazo", con la mira en cuantificar su impacto total, y estimar la incidencia de éstas en el crecimiento económico del país.

Según las estimaciones del documento, las inversiones que se realizarían entre 2013 y 2020 alcanzarían, en promedio, 20.000 millones de dólares: 11.000 correspondientes al ámbito privado, 4.700 al público, y 4.300 a inversiones mixtas entre públicos y privados.

"No todos los proyectos [considerados en el documento] están confirmados", aclaró Torres. El jerarca del MIEM explicó que las estimaciones se realizaron "en base a la información pública disponible: tanto de lo que haya salido en prensa, como de lo que se ha manejado a nivel de declaraciones del gobierno, declaraciones de los propios privados de las empresas tanto locales como multinacionales".

Entre los proyectos privados de mayores montos figuran aquellos recomendados por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) al Poder Ejecutivo; la tercera planta de celulosa a ubicarse en el Río Negro, entre Durazno, Cerro Largo y Tacuarembó; la planta de Montes del Plata; la prospección y exploración de hidrocarburos off-shore que surgieron de las Rondas Uruguay I y II; y varios parques eólicos.

Entre los que serán llevados a cabo por entes públicos, se destacan las inversiones de Antel en la instalación de fibra óptica y la planta regasificadora que pretende construir ANCAP.

Por otro lado, en las inversiones conjuntas entre públicos y privados, los proyectos de mayores inversiones son la planta industrial de Aratirí y el puerto de aguas profundas. "Si bien hay algunos que ya están concretados, como las exploraciones por hidrocarburos y la instalación de fibra óptica, hay otros que están en debate, como el de la megaminería y el puerto de aguas profundas, por lo que no hay que tomar como que todo esto se va a hacer, pero sí queríamos [considerarlos para] tener una idea del impacto, en el caso que se concreten todos", explicó Torres.

Vienen llegando

Uno de los capítulos del documento refiere a las IED, y sostiene que éstas se han multiplicado por 14 en la última década, recibiendo en promedio más de 2.000 millones de dólares anuales y ubicando al país como el tercer receptor de la región. En 2012 Uruguay alcanzó su máximo valor histórico de IED (de 2.687 millones de dólares) y generó un stock de 17.547 millones, lo que equivale a 35% del PIB, ratio superior a los registrados por Argentina (20%), Brasil y Colombia (31%), aunque inferior a Chile (77%). “Los últimos datos disponibles indican que los flujos de IED continúan creciendo a buen ritmo”, sostiene el documento, que explicita que a setiembre del año pasado el monto invertido superaba apenas 2.000 millones de dólares, una cifra 2,3% superior a la registrada en igual período de 2012 y que correspondió en su totalidad a aumentos en la participación de empresas no financieras.

Para el director de Industrias, “una de las las cosas más interesantes de ver” fue el cambio estructural que se ha dado en Uruguay respecto del monto de inversiones sobre el total del producto. “Uruguay ha logrado consolidar un nivel de inversión un poco superior a 20%”, sostuvo Torres, quien considera a éste “un nivel necesario para que se continúe creciendo a una tasa sostenida en el tiempo”. “Obviamente hay muchas formas de medir esto, pero teniendo en cuenta que Uruguay tiene hoy un PBI de más o menos 55.000 millones de dólares, si uno mide las inversiones distribuidas en diez años, se ve que aproximadamente el tercio de ese producto se invertiría en los próximos años”, agregó. “Parecería que las inversiones -uno de los fundamentos del crecimiento económico- van a tener un horizonte de solidez importante tanto a nivel público como privado entre los próximos siete a 15 años”, concluyó el jerarca del Poder Ejecutivo.