Buenos días.

Es discutible la afirmación genérica de que el actual gobierno nacional “no tiene rumbo”, porque en varias áreas muy relevantes parece claro que sí tiene uno, aunque esto no significa que sea el más conveniente para los intereses del país y de la mayoría de su población. De todos modos, hay sin duda otros terrenos en los que, por incompetencia o incoherencia, ha ido navegando como a la deriva.

El 27 de octubre del año pasado, la representación uruguaya en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se abstuvo cuando se aprobó una extensa resolución que, entre otras cosas, pedía “una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida” en Gaza que condujera al cese de las hostilidades, así como la liberación “inmediata e incondicional” de las personas secuestradas y el cese del desplazamiento forzado de población palestina, exigiendo que todas las partes cumplieran con las obligaciones impuestas por el derecho internacional y que se entregara ayuda humanitaria a la población civil en forma “inmediata, continua, suficiente y sin trabas”.

Poco después, el 12 de diciembre, la delegación uruguaya volvió a abstenerse cuando la Asamblea General aprobó una resolución más breve, que exigió un cese del fuego humanitario inmediato y reiteró las demandas de respeto de las normas del derecho internacional, liberación de rehenes y garantías para el acceso a ayuda humanitaria.

En ambas ocasiones, las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores alegaron en el Parlamento que las abstenciones se debían a que las resoluciones no eran “equilibradas”, en la medida en que “no situaban el problema” como una consecuencia del ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre ni condenaban expresamente aquel ataque.

Esto quebraba una larga tradición de la política exterior uruguaya, pero establecía una posición, aunque sobraran motivos para considerarla horrible. Resulta, sin embargo, que el lunes de esta semana el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que reitera las mismas exigencias, sin mencionar ni condenar en forma explícita el ataque del 7 de octubre, y el canciller Omar Paganini comentó este martes que le parece muy bien, porque “es hora de preocuparse” por la situación humanitaria en Gaza y “facilitar el acceso de todos los canales de apoyo humanitario”. El ministro no explicó si piensa que en octubre y en diciembre del año pasado todavía no era hora.

Según Paganini, no hay que olvidar que Hamas “cometió actos terroristas terribles que son, realmente, señal de preocupación para la comunidad internacional, pero ahora estamos en una situación en que hay que buscar una pacificación de la región”. Tampoco aclaró si entiende que la situación a fines del año pasado no justificaba la misma búsqueda.

Un cambio muy relevante desde entonces es que Estados Unidos había votado en contra de las resoluciones mencionadas de la Asamblea General, y había vetado anteriores reclamos de un cese del fuego en Gaza en el Consejo de Seguridad, pero se abstuvo el lunes. Quizá la diplomacia uruguaya sí tiene un rumbo, que consiste en adecuarse a las decisiones tomadas en Washington, sean cuales fueren.

Hasta mañana.