Karla Bartel se define como esposa y madre de tres hijos: “Son mi mayor orgullo”. Aguada llegó de la mano de su compañero desde que eran novios, primero, y en la cancha después: yo jugaba al básquetbol y jugaba primero en Marne y después vine a jugar a Aguada. Hoy la abogada, directora del Colegio de Abogados de Uruguay, se cambió de ropa y trabaja en el club llevando adelante la rama femenina de básquet, que ha tenido un crecimiento formidable en estos últimos años: de vender pizzas para poder jugar a contratar jugadoras y pelear campeonatos. De todo este proceso, Bartel habló con la diaria

En 2020-2021 no había en el club presupuesto destinado para el femenino. Vendían pizzas para costearse todo. ¿En qué momento hizo un clic?

Se fue dando y se fue potenciando. Arrancó con un grupo, no arrancó conmigo. Hace varios años que se fueron integrando un montón de personas, todos tirando para adelante. Yo iba ayudando con la parte de contratos, porque como abogada soy especialista. Así fuimos armando un equipo en que cada uno cumple un rol, todos fuimos llevando el carro para adelante y se fue alineando todo.

Tenemos que tratar de fomentarlo y que crezca. Es como un carro que se va tirando entre todos, que cuesta muchísimo, plata también muchísima, y a veces uno termina poniendo plata de su bolsillo porque no dan los números, eso es una realidad. Esto es parte de la historia, no estoy inventando la pólvora ni descubriendo nada; en realidad casi todas las actividades han sido propias y naturales para el masculino en todos los ámbitos, y el femenino está buscando su lugar y lo ha encontrado. En Aguada en estos dos últimos años hemos logrado estar en papel preponderante, que nos ha ido ayudando a crecer, a darle más visibilidad, a que la gente nos venga a apoyar, a lograr que se vayan acercando más espónsores. El femenino está ganando ese papel que es relevante y hay pila de tela para cortar.

El año pasado Aguada cayó en la final luego de cinco partidos, ¿qué sabor les dejó esa temporada?

Es un todo, como te digo, es aprendizaje. Lo tuvimos ahí al campeonato y para nosotros fuimos campeones igual, aunque no lo ganamos. Nos sirvió para aprender a prever situaciones y a seguir reaprendiendo cosas y reorganizándonos. Este año nos armamos más para la Sudamericana, nos llevó mucho más presupuesto, que eso nos quitó un poco de potencia después, para ahora, para la final, en lo económico más que nada. Porque afrontar una Sudamericana implica un costo que de repente no pensabas que iba a ser tanto, y eso también es aprendizaje para el año que viene.

Otro punto que logramos fue que hubo una constancia de las empresas que estaban, y tímidamente se fueron acercando algunas otras, pero como que les cuesta, porque no es lo mismo que el masculino. Realmente es así. Me duele reconocerlo, pero no puedo ser necia. Ojalá más empresas dijeran ‘ah, qué bueno esto que están haciendo, vamos a apoyarlos’.

El verano de 2023 fue atípico para Aguada. Venía de ser vicecampeón, pero a pesar de eso parecía un mercado muy tranquilo hasta que empezó a oficializar jugadoras. ¿Qué pasó en el medio, fue complicado?

Mirá, en realidad no es que fuera complicado. Nosotros arrancamos un poco tarde porque no contábamos qué presupuesto íbamos a tener. Entonces, incluso a las chicas les sorprendía porque no sabían mucho de nosotros, pero estábamos tratando de ordenarnos y ver cómo planificar. Por eso se arrancó un poquito más tarde con las negociaciones, con las búsquedas. No era por desinterés, sino porque no sabíamos con qué íbamos a contar y nos parecía una falta de respeto plantear algo sin saber si realmente lo íbamos a tener. Además, también teníamos la doble competencia este año, donde la búsqueda de las jugadoras es con el cuerpo técnico y tuvo sus complejidades.

Hace pocas semanas estábamos complicados para ver cómo nos seguimos armando para afrontar los últimos partidos, para llegar a la final, antes de que vinieran [Jacqueline] Soto y [Rocío] Estrada [las dos extranjeras del plantel]. Esto es como una bandita elástica, se tiene que estirar, pero no se tiene que romper, y uno tiene que saber estirar y achicar, ¿no es así?

Foto del artículo 'Karla Bartel: “Aguada es desafío”'

Foto: Ernesto Ryan

También hubo un sueño de ser sede de un torneo internacional, como el final four de esta Liga Sudamericana, y, a pesar del malestar de los hinchas por la elección de que la sede fuera Argentina, la verdad es que el club no llegó a presentar la candidatura.

Hay equipos que ya tienen otra experiencia, otro sustento, otro respaldo económico y obviamente ya tenían la facilidad de llegar a la reglamentación, que nosotros no la teníamos. Nosotros empezamos a tratar de pensar ser sede, pero cuando pudimos empezar a armar algo ya se nos venció el plazo. O sea, fue total inexperiencia. Y en un momento estábamos hasta molestos, pero en realidad tenemos que reconocer que nos faltaba un montón de recursos y un montón de apoyo.

De igual manera, de no habernos podido candidatear rescatamos puntos positivos. El aprendizaje y aparte el unirnos, el potenciarnos, el desafío. Porque Aguada es desafío, Aguada, el hincha de Aguada es eso. No hay un ‘no’, hay un ‘se va a hacer’, y lo vamos a intentar. Lo que vamos a hacer es agotar todas las posibilidades para lograr por lo menos estar en el tapete.

A la altura de hoy, ya sabemos que en 2024 tendremos competencia internacional, si es Sudamericana o WBLA dependerá de las finales, pero sabemos que en uno de los dos estamos. Entonces ya con eso termina este campeonato y arrancamos a plantear la intención de ser sede.

Pasos profesionales

En la dirección de la búsqueda de recursos, volviendo al plano local, este año se dio un cambio que para algunos es positivo y para otros es negativo: el torneo pasó de tener entrada gratuita en la fase regular a cobrar 250 pesos en fase clasificatoria.

Es una decisión de los clubes, pero por una cuestión de ¿queremos profesionalizar o queremos seguir jugando como un grupo de amigos? O sea, si querés profesionalizar tenés que enfrentar el cambio, que no es simpático, es verdad, que nos gustaría que no tuviéramos que pagar nuestras jugadoras, nuestras familias y los hinchas, pero alguien tiene que pagar las fiestas, los gastos, todo el sustento del aparato que respalda, los sueldos de las jugadoras, los gastos que tenemos de pelotas, de viáticos; esto se tiene que pagar de alguna forma.

¿Bajó el público que estaba viniendo a raíz del aumento o fue un par de partidos y después se controló?

Sí hubo un par de partidos que quizás a la gente no le era atractivo, o capaz que por la altura del mes en el que cae sí hubo algunas bajas, pero siempre Aguada lleva gente. Aguada es el equipo que más entradas vende. Ahora con la final, y hagamos el paralelismo con el masculino, todos pagan entrada, todos quieren recaudar, y es lógico porque hay que pagar una cancha que es neutral, entonces hay que soportar los gastos y de algún lado tiene que salir.

Con las finales en curso, ¿ya tienen algo planificado para el año que viene?

Tenemos planeado cómo generar o pensar en el presupuesto para 2024. En cómo va a estar integrado el plantel o en cómo se va a instrumentar no, porque por una cuestión de respeto y de cabeza estamos enfocados hoy en esto. Este es el proyecto, esto es lo que estamos dando este año. El día siguiente vamos a empezar seguro, aspiro a que mínimo se mantenga el presupuesto. Uno siempre mira las cosas de manera más empresarial, siempre planifica y, en la gráfica, la línea tiene que apuntar para arriba. Nosotros siempre apuntamos a más y a tratar de mejorar y superarnos.

Contamos con los patrocinadores y contamos con que la gente se acerque, y también estamos abiertos a que siga llegando gente, ayudas, porque las necesitamos. Y queremos seguir creciendo. Creo que se puede crecer todavía en la parte humana y la parte profesional. Tenemos que apuntar a mejorar, por ejemplo, en la parte psicológica.

¿Cuáles son los objetivos a corto y mediano plazo?

Ser campeonas. Ese es el objetivo fundamental. Ser campeonas, crecer, tener más categorías, competir a nivel profesional con más categorías y participar en otros campeonatos hasta más lejos.

Ser sede en un torneo internacional: ¿es un sueño o es un proyecto?

Es un proyecto. Ser sede es el proyecto 2024 para mí, lo tomo a nivel personal, porque cuando pasó esto con el final four me lo planteé como un desafío. Fue mi espina y quizás por mi profesión y como soy yo, hago mea culpa. Porque yo soy fanática de los reglamentos y de estar mirando y leyendo cada contrato por defecto de profesión. Entonces me echo las culpas de cómo me dormí.

Para esto, quienes tienen empresas o tienen algo para publicitar o se sienten atraídos por el equipo, colaboren y apoyen y que no piensen en el apoyo para este año, que piensen en el apoyo para el año que viene porque necesitamos redoblar esfuerzos. Porque si queremos ser sede también vamos a necesitar mayor dinero. Mucho. Yo ya estoy generando lazos, o sea, termina el campeonato y yo voy a arrancar ya para el año que viene porque yo no me quiero dormir. No, no otra vez.