Hubo fiesta en los barrios bajos de Colombia, Venezuela, Perú, Paraguay, Argentina y Ecuador. Hoy se darán otras tantas. La gente se junta porque el fútbol une. A no creerse la pavada de que es el fútbol el que rompe las sociedades o las violenta. Esa eterna discusión del opio o la salvación, la pobreza o el color, la ostentación, la humildad, lo inolvidable, esa discusión las hacen los hombres y las mujeres. El fútbol, el fútbol sigue siendo el mismo. Lo hostil es afuera.

Paraguayos y peruanos se debatieron en Ciudad del Este, más precisamente en el estadio Antonio Aranda. Los equipos no vulneraron los arcos, pero desataron oes y ues con pelotas en los palos y una en el travesaño sobre el final del pucho que fue la rúbrica, por un Paolo Guerrero que lucha por mantenerse vigente. Y lo está.

El equipo peruano jugó todo el segundo tiempo con diez hombres tras la expulsión de Luis Advíncula. El futbolista de Boca Juniors, que disputará la semifinal de Copa Libertadores con la azul y oro, atropelló a Diego Gómez en dos oportunidades y eso le valió la acumulación de avisos. El equipo paraguayo peleó por aprovechar esa ventaja, pero el conjunto incaico que dirige Luis Reynoso supo cerrarse como en un gueto. Perú enfrentará a Brasil el martes en Lima, y los paraguayos del Mellizo Barros Schelotto harán lo propio en tierras venezolanas.

En Colombia, el Estadio Metropolitano de Barranquilla estuvo repleto. La selección local se medía ante su símil vinotinto y el pueblo lo supo. La visita comandada por Néstor Lorenzo clavó dos líneas de cuatro para anular las subidas furtivas de Juan Cuadrado y Luis Díaz. Colombia se las ingenió para soltar de todas maneras esas armas por las bandas y Venezuela sostuvo.

En dos ocasiones, el equipo cafetero perdió la pelota en salida, y fue de contra que Venezuela pudo encontrar la ventaja. Por errores propios fue vulnerado el patio de Camilo Vargas. Pero la vinotinto no supo pegar primero.

El ingreso en el segundo tiempo de Jorge Carrascal le dio a Colombia el aire que necesitaba. Apenas iniciado el segundo tiempo y cuando aún no había embarrado la camiseta, abrió el juego para ubicar a Jhon Arias, que tiró el centro letal. Rafael Santos Borré convirtió el gol del partido y aunque Fernando Batista buscó entre los suplentes a Josef Martínez, el jugador compañero de Messi en el Inter Miami, no supo contrarrestar la supremacía colombiana. Venezuela recibirá a Paraguay y Colombia viajará a Chile para la segunda fecha.

En el Monumental de Núñez se encendió el fuego definitivo. Messi con unos Adidas impecables igualó a Luis Suárez en el podio de los máximos goleadores de las Eliminatorias. El diez tuvo un partido trabajoso pero nunca bajó los brazos. Atrás quedó aquel Lionel del ceño fruncido y la mano amasando la frente. La dura selección ecuatoriana se plantó en tierras porteñas y el juego fue friccionado. Por momentos siempre un partido de barrio. La selección argentina debutó en el certamen como campeona del mundo.

El mundo palpita el debut de Bielsa con el equipo del pueblo, la explosión de las joyitas chilenas, un baile incalculable de Brasil o la rebelión originaria de Bolivia. Estamos en las Eliminatorias.