Las principales repercusiones de los cambios propuestos por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para bachillerato pasaron por las cargas horarias o el pasaje a la optatividad de algunos cursos que ahora son obligatorios. Sin embargo, uno de los cambios que más llamaron la atención por su contenido temático es el propuesto para la asignatura Física, que pasaría a una fusión con Robótica.

Esta iniciativa tomó por sorpresa a docentes de la asignatura, que, por intermedio de la Asociación de Profesores de Física del Uruguay (APFU), emitieron una declaración en la que afirman que la propuesta no tiene “fundamentación pedagógica ni didáctica” y, por lo tanto, consideran que su concreción no es “deseable ni viable”, ya que implicaría que la Física quede “diluida”. En diálogo con la diaria, Pablo García, presidente de la APFU, explicó que la asociación viene discutiendo sobre la enseñanza de la Física desde hace más de 30 años en sus encuentros anuales, y no vieron venir una fusión con robótica.

Al respecto, García aclaró que la asociación no se opone a que exista un curso de robótica en bachillerato, sino que, al contrario, considera que “tiene un montón de valores positivos”. Lo que los profesores sostienen es que ambas disciplinas son “muy distintas” y, entonces, el vínculo entre ellas es forzado y conspirará contra la formación en ambas áreas.

En ese sentido, planteó que el vínculo entre las dos disciplinas no es nuevo y que algunos profesores de Física acuden a ejemplos de robótica para ilustrar sus conceptos, pero “una cosa es usar placas de Arduino en un curso de Física y otra cosa es hacer un curso mezclando física y robótica”. Al respecto, marcó lo arbitrario de esa fusión y señaló que la Física tiene posibles vínculos con otras asignaturas, pero no por ello está bien que sean fusionadas.

Entrevistada por la diaria, la directora ejecutiva de Políticas Educativas de la ANEP, Adriana Aristimuño, señaló que la propuesta apunta a “imprimirle a todo el currículo más tecnología, sobre todo al de Secundaria”, y a ello se suma una “congruencia curricular” que permite “sumar más horas de robótica”, que ya está presente en los grados anteriores. Respecto de esa explicación, García valoró que entonces no se apunta a generar robótica educativa y señaló que las computadoras son usadas en las clases de Física desde hace años. De hecho, apuntó que los profesores de esa asignatura son “pioneros en el mundo” en introducir esos dispositivos en el laboratorio. Entre algunas tecnologías empleadas en los últimos 30 años el profesor nombró software para la adquisición y procesamiento de datos, robótica con Arduino y Lego, sensores, drones y distintas herramientas para trabajar sobre electrónica, entre otros.

El presidente de la APFU ilustró que cuando en los cursos actuales de la asignatura se dan las leyes de Newton, más allá de ese contenido concreto, se apunta a que los estudiantes entiendan cómo se desarrolla y fundamenta una teoría científica.

Didáctica de la Física

En una línea similar, Gustavo Klein, también integrante de la APFU y docente de Didáctica de la Física desde hace 35 años, consideró que la propuesta de la ANEP es “una mezcla” que será “una forma de destruir la enseñanza de la disciplina”. Por lo tanto, pidió a las autoridades “hacer un llamado a la reflexión” antes de concretar los cambios, que implicarían que el último curso de Física a secas se dé en noveno año de la Educación Básica Integrada.

Klein apuntó contra el proceso de elaboración de la propuesta y señaló que ni la APFU ni los profesores de didáctica de la asignatura fueron consultados, cuando estos últimos son los que van a las aulas y tienen más claro lo que ocurre en ellas. Si bien la ANEP aclaró que el documento preliminar es sometido a consulta a partir de su aprobación, el docente advirtió que sacar una propuesta con el cambio de nombre de un curso sin saber su contenido y sin haber podido opinar genera malestar en el colectivo docente. Al respecto, planteó que, incluso estando en desacuerdo, si los profesionales de la educación se hubieran enterado directamente de los cambios y no a través de la prensa, la reacción hubiera sido otra.

En ese sentido, consideró que el sistema educativo debe “romper con la visión verticalista” por la que los inspectores les dicen a los docentes lo que deben hacer, a partir de instrucciones que reciben de sus superiores. “No funciona así. Nosotros opinamos, tenemos formación, hay documentos, pero además trabajamos a nivel colectivo”, apuntó Klein. Además, lamentó que en el actual proceso de reforma “se consulta pero no se escucha”, ya que no se considera lo que puedan aportar estos docentes”.

Por su parte, valoró que un cambio curricular de esta naturaleza debería ser producto de consensos, algo que no fue buscado por las actuales autoridades de la ANEP. Klein analizó que cuando estos procesos no logran consensos “terminan en una formación fragmentaria”. En otras palabras, el curso que reciben los estudiantes pasa a “depender del docente que te toque en el lugar que te toque”, ya que “algunos van a dar formación importante en física que te va a servir para el presente y para el futuro, pero otros te van a decir algo medio diluido entre algo que consideran que es robótica y otra cosa que es física”. En suma, planteó que también puede ocurrir que “robótica no se dé”, porque es vista como “un título que aparece ahí, al final” del nombre del curso.

Miradas externas

La propuesta tampoco fue bien recibida por físicos que trabajan a nivel académico y científico. Ernesto Blanco es físico, divulgador científico y actualmente dirige el Instituto de Física de la Facultad de Ciencias (Fcien) de la Universidad de la República. Consultado por la diaria, señaló que la fusión le “choca enormemente” y en especial colide con su “concepción de lo que es la física”. “Para mí la física es una ciencia natural, es una ciencia básica”, señaló, y contrastó que ve la robótica como “una tecnología circunstancial” que “no estuvo presente en 99,9% de la historia” de la humanidad, y en algún momento dejará de estarlo. En ese sentido, apuntó que la física es una ciencia desarrollada desde hace cientos de años, y que entre ambas disciplinas hay una diferencia de escala y “de percepción y filosófica” muy grandes.

De la misma manera que García y Klein, Blanco entendió que la robótica “sin duda puede ser una vía de entrada a algunos conceptos de física”, pero entonces sería “un elemento didáctico para aprender”, como también puede serlo, por ejemplo, el péndulo. En cambio, si la intención de las autoridades es que la física sea la herramienta para abordar la robótica, el académico consideró que sería mejor que la materia no lleve el nombre de la disciplina. Si bien señaló que también podrían existir otro tipo de cuestionamientos por parte de los docentes, el divulgador apuntó que desde el punto de vista científico sería mucho más natural una unión con la química o la biología.

Martín Monteiro, coordinador de laboratorio de física de la Universidad ORT e integrante de la directiva de la Comisión Directiva de la Sociedad Uruguaya de Física (SUF), trabaja desde hace años con smartphones para la enseñanza de la ciencia, entre otros proyectos. Consultado por la diaria, coincidió en que ese tipo de herramientas son “una excusa para hacer y aprender física”, además de “buenas herramientas para hacer experimentos”, pero “otra cosa” distinta es que ello se conjugue en una asignatura de la educación obligatoria.

El físico coincidió en que la robótica tiene mucho de física y que un curso de esta última puede incluir a la primera, pero que “no queda claro con qué pretenden llenar de contenidos” a una asignatura que se llame Física y Robótica y, por el contrario, “más bien parece un vaciamiento de contenido”. Monteiro dijo tener la impresión de que se busca mostrar que “se está cambiando algo, pero no sabemos qué”, y que se agrega la robótica porque “suena más moderno”. El integrante de la SUF se mostró crítico con otros cambios a nivel de la enseñanza de la ciencia que también propone la ANEP, como el pasaje a la optatividad de la Astronomía, y analizó que la reforma le suena a “una plataforma política” de las autoridades.

Por su parte, Monteiro analizó que con difundir primero el nombre de nuevas asignaturas y luego elaborar los programas “se pone la carreta delante de los bueyes”: “Primero ponemos la etiqueta y decimos que estamos cambiando algo, y después vemos qué le ponemos adentro”, lamentó. En tanto, señaló que “una reforma educativa profunda no viene por el lado de cambiar etiquetas”, sino de “aumentar las horas de escolarización” y, en ese tiempo, “agregar a lo que ya hay”.

¿Formación docente?

De todas formas, Monteiro señaló que “lo peor” de la propuesta es que no hay formación docente específica en varias asignaturas que se estarían creando, entre ellas Física y Robótica. Al respecto, el físico consideró que por ese aspecto la propuesta curricular constituye “una estafa”, a lo que se suma que no todos los cursos que se definen como optativos se darán en todos los centros educativos.

Si bien Aristimuño habló de la generación de cursos híbridos y obligatorios para los profesores de Física, a Klein no le parece que esa idea vaya a resultar, ya que es algo que se ha hecho y no funcionó. En ese sentido, el profesor planteó que se trataría de “un barniz” para decir que se cumplió con formar a los profesores. En suma, consideró contradictorio que se incluya esta asignatura pero la reforma curricular de formación docente no incluya componentes de robótica para el profesorado de Física.

Consultado por la diaria, José Miguel García, excoordinador del Departamento de Tecnología Educativa de la ANEP y docente de Flacso Uruguay, coincidió en que uno de los principales problemas de la propuesta es la falta de formación. García consideró que, más allá de los distintos puntos de contacto entre la física y la robótica, la fusión de las dos disciplinas en un curso es “tirada de los pelos”. En ese sentido, apuntó que formar docentes realmente capacitados para encarar un curso de ese tipo puede llevar varios años, y también habló de la necesidad de contar con infraestructura y equipos que se adecuen a las necesidades de enseñanza. Según planteó, todos esos aspectos son claves para que estudiantes y docentes no se desmotiven y no se repitan errores del pasado cuando se han querido generar vínculos con la tecnología en el currículo.

De todas formas, el presidente de la APFU señaló que el foco no debe estar en si hay o no docentes formados, sino en que “no puede haber un curso de Física y Robótica”. Según apuntó, desde la asociación plantean esta crítica en forma constructiva y en las próximas semanas tomarán distintas acciones para incidir en la propuesta curricular para bachillerato.

Aportes de la formación en Física

“Hoy la Física es más necesaria que nunca”, resumió Monteiro, y para fundamentarlo citó al científico Carl Sagan, quien planteó que “la ciencia es la base de la tecnología”, que, a su vez, “es la base del mundo moderno”. Por su parte, Blanco también consideró clave contar con una formación sólida en física en la educación obligatoria para tener una buena formación científica en general, pero destacó que también contribuye a mejorar desempeños en otras áreas, como la matemática. Además, valoró que es importante que los estudiantes de bachillerato tengan “la posibilidad de acceso” a la disciplina, para que después “elijan hacia dónde ir”.

Tanto Blanco como Monteiro coincidieron en que los cambios propuestos pueden afectar la formación de los estudiantes que se dedican a carreras científicas. Al respecto, Monteiro señaló que actualmente los estudiantes que entran a facultad ya visualizan “un escalón” importante respecto de la formación con la que llegan, pero considera que estos cambios “retroceden bastante” en ese sentido.

El Instituto de Física de la Fcien tiene a cargo cursos relacionados con la disciplina científica en varias licenciaturas de la facultad y en particular en la Licenciatura en Ciencias Físicas que brinda ese centro de estudios. Su director consideró que una pérdida de la solidez de la formación con la que los estudiantes llegan a ese tramo implicaría “un problema muy serio” que habría que abordar, por ejemplo, con cursos de nivelación o cambiando la forma de enseñar. “Nosotros asumimos que por lo menos las personas entran a la universidad a estudiar ciencias naturales con una idea general de la física como ciencia natural, no como disciplina que ayuda a desarrollar tecnologías”, definió.

Más allá de las implicancias para el mundo académico, también defendió la importancia de esta formación para los ciudadanos en general, ya que “la ciencia te enseña a cuestionarte las cosas y a tomar decisiones basadas en información en datos, gestionar a la realidad, y eso también es muy importante para construir una sociedad como la que creo que la mayoría de los uruguayos queremos”. Por todos estos motivos, distintos actores de la Fcien y del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas están comenzando a intercambiar sobre los cambios propuestos por la ANEP y no descartan organizarse para “aportar alguna idea”, contó Blanco.