Los productos de gestión menstrual ya son gratuitos en Escocia para todas las personas menstruantes. El lunes, luego de un período de dos años, entró en vigencia la llamada Ley de Productos para la Menstruación, avalada por unanimidad por el gobierno escocés en noviembre de 2020. Así, Escocia se convirtió en el primer país del mundo en consagrar y proteger en su legislación el derecho a acceder a productos de higiene menstrual de forma gratuita y universal.

Hasta ahora, las toallitas y los tampones eran gratuitos en el país sólo para estudiantes de liceos y universidades, después de una medida establecida por el gobierno en 2018. Con la aplicación de esta ley, las autoridades de los edificios públicos también deberán garantizar la disponibilidad y el acceso gratuito a estos artículos a “cualquier persona que los necesite”. La norma incluye a las niñas, adolescentes, mujeres y personas trans.

La propuesta votada en 2020 fue presentada por la portavoz de Salud y Deporte del Partido Laborista Escocés, Monica Lennon, tras una campaña que lideró durante cuatro años contra la “pobreza del período menstrual”, como se denomina la situación de las personas que no pueden comprar productos de higiene menstrual debido a dificultades económicas. “Las mujeres, las niñas y las personas que menstrúan nunca deberían enfrentarse a la indignidad de la pobreza durante el período. Estamos orgullosas y orgullosos por hacer realidad la menstruación digna”, celebró Lennon en Twitter este lunes.

Georgie Nicholson, presidenta de la organización británica Hey Girls, que busca que los artículos de gestión menstrual sean gratuitos en todos los países que integran Reino Unido, señaló a la cadena BBC que “una de cada cuatro mujeres” en Escocia se enfrentó a la pobreza menstrual en algún momento de su vida, según un estudio realizado por la asociación en 2020. “Entender qué es la pobreza del período menstrual es tan fácil como imaginar que una persona va al supermercado y tiene que elegir entre comprar un paquete de fideos o una caja de tampones”, ilustró Nicholson. En esa línea, consideró que la ley escocesa es un “hito realmente importante” en la defensa de los derechos de las personas y marca un antecedente para que otros países puedan avanzar en este tema en sus propias legislaciones.