“En 2016 el entonces presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, entregó a las hijas de José Agustín Potenza y de Rafaela Filipazzi documentación sobre la pareja desaparecida con importantes detalles acerca de la persecución que sufrió. Tabaré pidió disculpas públicas a las dos hijas por el secuestro de los dos militantes en Montevideo y dijo que eso nunca debió haber sucedido. Junto a la carta de disculpa, entregó también mucho material que informaba que el secuestro fue realizado por militares del Fusna [Fusileros Navales] y entregó el listado del personal que intervino”. Este martes, Pablo Vassel, jurista y exsubsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Argentina, dio su testimonio frente a la Tercera Sección del Tribunal de Primera Instancia de Roma, presidido por la jueza Antonella Capri, en el segundo juicio que se está llevando adelante en Italia en contra de Jorge Néstor Tróccoli por la muerte y desaparición de Elena Quinteros y de la pareja italo argentina.

Tróccoli ya tiene una condena a cadena perpetua de la Justicia italiana por la causa que investigó el Plan Cóndor y los crímenes de lesa humanidad contra 38 ciudadanos italianos en Sudamérica.

Vassel relató sobre la búsqueda de Filipazzi, sus contactos con Beatriz García, hija de Rafaela, y con ex presos, en particular Sotero Franco y su esposa, Lidia Cabrera, que habían visto a Filipazzi y Potenza detenidos en Asunción.

Filipazzi y Potenza fueron secuestrados por personal del Fusna en Montevideo, en mayo de 1977, en el hotel Hermitage de Pocitos, y llevados a las instalaciones de esa unidad de la Armada en el puerto de Montevideo. En el marco del operativo Cóndor, el 6 de junio de ese año, el director del Registro de Extranjeros del Departamento de Investigaciones de la Policía de la Capital (DIPC) de Asunción, Victorino Oviedo, viajó de la capital paraguaya a Montevideo. El 8 de junio, según consta en los registros de la Dirección Nacional de Migraciones, Filipazzi y Potenza fueron los pasajeros 12 y 10 en un vuelo de LAP (Líneas Aéreas Paraguayas) que los trasladó a Paraguay. En el mismo avión viajó Oviedo como el pasajero 11.

La pareja italo argentina permaneció en el Departamento de Investigaciones de la Policía Federal Paraguaya, donde figuraban como “detenidos sin entrada”, en un documento fechado el 14 de junio de 1977.

Según el testimonio de Lidia Cabrera, Filipazzi y Potenza fueron vistos por última vez en diciembre de 1977 cuando fueron trasladados a raíz de una visita de la Cruz Roja. En marzo de 2013 sus restos fueron hallados enterrados en una fosa común en la Agrupación Especializada de la Policía paraguaya. Fueron identificados luego de tres años por el Equipo Argentino de Antropología Forense en coordinación con la Dirección de Memoria Histórica y Reparación de Paraguay.

Vassel, en su testimonio a la corte, contó sobre la búsqueda e identificación de los cuerpos y los mecanismos de entrega de los restos a las familias “para que puedan ejercer el derecho al duelo”.

“El lugar donde fueron sepultados era un pozo, no una tumba”

El segundo testigo de la jornada fue Federico Jorge Tatter, hijo de Federico Jorge Tatter Morinigo, detenido desaparecido perteneciente al Partido Comunista paraguayo, secuestrado en Buenos Aires en octubre de 1976 en el marco del Plan Cóndor. Tatter, periodista y miembro de la Comisión por la Verdad del Paraguay, habló sobre el funcionamiento y la ubicación de los organismos represivos en Paraguay y sobre algunos documentos relativos al caso Filipazzi-Potenza encontrados en el Archivo del Terror.

El Archivo del Terror fue hallado el 22 de diciembre de 1992 en la Sección Producciones de la Policía Nacional de Paraguay, en Lambaré. La documentación encontrada en el sitio, volcada en un cuarto y completamente desordenada, recopilaba tres toneladas de documentos relacionados con el operativo Cóndor: fichas y expedientes relativos a personas secuestradas, declaraciones de detenidos, libros de entrada y salida de presos, información de inteligencia, cintas de audio, fotografías y materiales bibliográficos secuestrados en los allanamientos domiciliarios. Entre ese material se encontraron también dos documentos de junio de 1977 relativos a la detención de Filipazzi y Potenza en Asunción, que probaban que la pareja había transitado de un país a otro, lo que se confirmó después por el hallazgo de los restos en 2013.

Tatter, que participó en la búsqueda de los restos, describió las condiciones en las cuales fueron encontrados: “Huesos amontonados con algún pedazo de tela, cuerpos echados uno arriba del otro. El lugar donde fueron sepultados era un pozo, no una tumba”.

Alessia Merluzzi, abogada que representa a Uruguay, comentó a la diaria las declaraciones de los testigos, y destacó “las importantísimas actividades de investigación hechas por Pablo Vassel, a través de la recopilación de los testimonios de sobrevivientes o familiares, así como de la importante labor de recolección, investigación y estudio de los documentos que permitieron reconstruir los horrendos crímenes sufridos por las víctimas y el camino que siguieron entre Argentina y Uruguay”.

“Muy importante”, subrayó Merluzzi, “es el estudio de los documentos que afirman que ‘no hay duda’ de que las operaciones militares y policiales sufridas por Filipazzi y Potenza estaban relacionadas con el Plan Cóndor. De hecho, el testigo confirma cómo la policía y los militares uruguayos y argentinos colaboraron y llevaron a cabo operaciones conjuntas en los dos países. Un testimonio importante para comprender la gran búsqueda de las víctimas, sin las cuales existiría la oscuridad de un abismo sin nombre”.

Sobre el testimonio de Tatter, la abogada destacó la importancia del “trabajo documental y testimonial llevado a cabo para reconstruir los horribles acontecimientos e identificar los lugares donde podrían estar enterrados los cuerpos de las víctimas”, y agregó que fue importante que Tatter confirmara “que Filipazzi y Potenza fueron detenidos ilegalmente y que la fuerza especial de la policía paraguaya intercambiaba información con la policía de inteligencia argentina y operaba directamente en Argentina”.

Merluzzi remarcó también que Tatter “fue un importante testigo presencial del hallazgo de los restos óseos de los detenidos desaparecidos asesinados en el interior del departamento de policía de Asunción, donde también se encontraron los restos de Filipazzi y Potenza”.

En la parte final, la Corte fijó una nueva audiencia para el 4 de julio. En la anterior, el 4 de abril, declararon Beatriz García Filipazzi y Silvia Potenza, hijas de la pareja italo argentina.