El silencio que había al mediodía de este domingo en el corazón del Prado podría ser el de un domingo cualquiera en una zona residencial de Montevideo. Pero era diferente; era un silencio abrumador que hablaba por todos los que llegaban, como en una procesión, a Buschental 3484. Con actitud solemne, familias enteras y personas de todas las edades se acercaron a la puerta de la casa donde vivió sus últimos años el ex presidente Tabaré Vázquez, para dar su último adiós, y la llenaron de flores, cartas y banderas. Tras dejar la ofrenda allí se quedaban, durante minutos e incluso horas, rodeando la entrada de la residencia en un semicírculo, como montando una guardia improvisada.
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Los vehículos aminoraban la marcha cuando pasaban por el lugar y sus ocupantes contemplaban la escena; algunos se detenían por completo para poner en palabras lo que otros parecían pensar –“gracias, presidente”; “arriba, compañeros”– y seguían su camino para que el desfile continuara. Algunos se secaban las lágrimas con las banderas que llevaban atadas al cuello, que eran en su mayoría del Frente Amplio, pero también las había de Uruguay y de algunos sindicatos. La solemnidad sólo se interrumpía cuando alguno de los presentes aplaudía y su gesto era replicado de forma espontánea, lo que sucedía intermitentemente.
“Decir ‘Tabaré Vázquez’ era decir ‘Frente Amplio’”. Santiago
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Parte de los vehículos que siguieron el cortejo fúnebre por la avenida Agraciada hacia el cementerio de La Teja tomaron un desvío para pasar por la casa de Vázquez, y sobre las 14.00 se duplicó la cantidad de personas en el lugar, que ahora ocupaban la vereda de enfrente y parte de la calle. En un momento sonó “A redoblar”, seguida de “A don José”. Ambas fueron coreadas con emoción, pero especialmente lo fue el pasaje de la primera que dice “porque el corazón no quiere entonar más retiradas”, que resonó en la cuadra como un manifiesto de los dolientes.
Las cientos de cartas que dejaron en la puerta estaban repletas de mensajes de agradecimiento, y algunas resaltaban los hitos de las gestiones del ex mandatario, como el Plan Ceibal y su lucha contra el tabaquismo. “Gracias por hacernos creer que puede existir un Uruguay del cual enorgullecernos”, “hoy el cielo está de fiesta”, “gracias por darnos herramientas” y “hasta la victoria siempre”, rezaban algunas. Una maestra escribió en una bandera del Frente Amplio: “Va para vos, compañero, mi querida bandera de Otorgués, de tantas luchas, de tanta vida. Me enojé contigo algunas veces, como quien se enoja con un padre, pero se me pasó, como tiene que ser. Porque supe desde siempre que eras y serás nuestro mejor presidente”.
“Los invito desde mis sentimientos, mis convicciones y mi responsabilidad a trabajar juntos en la construcción de un Uruguay donde nacer no sea un problema, donde ser joven no sea sospechoso y donde envejecer no sea una condena”. Tabaré Vázquez, discurso de asunción en 2005
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Siempre presente
Beba y Santiago viajaron desde la Barra de Santa Lucía para despedir al presidente que votaron dos veces. Beba consideró que “nunca” va a haber “otro gobierno como los de Tabaré Vázquez”, “ni parecido”, y aseguró que su llegada al poder los sacó de “muchas miserias” que vivieron con “otros gobiernos”. “Desde que llegó Tabaré pudimos vivir un poco mejor”, expresó la mujer, que apenas podía contener las lágrimas. Su esposo, que estaba visiblemente emocionado, opinó que los logros de Vázquez “fueron muchos”: “Que la indigencia bajara, ayudar a los más pobres, combatir el tabaquismo” y “tratar de buscar la igualdad social, que es muy difícil”. “Hay muchos que gobiernan para los capitales. Él gobernó para tratar de sacar al pobre de la calle y que la desigualdad social no fuera tan grande”, afirmó.
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Aunque dijeron sentir “un profundo dolor” por la partida del “mejor presidente” que tuvo el país, la pareja confía en que el legado de Vázquez lo trascenderá. “Se va físicamente, pero Tabaré nos quedará siempre en el recuerdo. Siempre va a estar presente, porque fue un estandarte, principalmente para el Frente Amplio. Decir ‘Tabaré Vázquez’ era decir ‘Frente Amplio’”, afirmó Santiago, que recuerda con emoción el triunfo en las elecciones de 2004: “Preveíamos que iba a ser mejor que lo que había hasta el momento. Era una algarabía; nos abrazábamos y llorábamos de alegría. [Tabaré] cumplió, faltaron algunas cosas, pero lo grande trató de cumplirlo”, manifestó.
“Si tengo que elegir entre tapar un pozo de la calle y darle un litro de leche a un niño, elijo darle de comer al niño”. Tabaré Vázquez, campaña electoral de 1989
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Ronald llegó con sus hijos y estuvo un tiempo largo en silencio, mirando. Según contó, Vázquez significó “mucho” para él, porque vivió de primera mano la implementación del Plan Ceibal. “Yo trabajé en las escuelas rurales haciendo la colocación de las antenas. Fue algo tan lindo... los niños venían a abrazarte, contentos por algo que les dio su gobierno”, contó, con la voz quebrada. “Me afecta muchísimo su muerte porque yo viví cómo la pobreza disminuyó cuando ganó el Frente Amplio. Por eso hoy estoy acá, con mi familia y con mis hijos, para que ellos entiendan todo lo que hizo este gobierno. Vázquez fue un referente muy grande para Uruguay y es un ídolo de muchos”, reflexionó.
El Plan Ceibal fue uno de los hitos más destacados en los testimonios que recabó la diaria. “La herramienta que ellos tienen en sus manos, la computadora, es algo a lo que sólo algunos podían acceder antes. Ahora todos pueden acceder; eso es un elemento de igualdad y es fundamental”, expresó Soledad, una maestra de primaria que llegó acompañada por Eugenia, también maestra y compañera de trabajo. Eugenia era adolescente cuando Vázquez obtuvo el primer gobierno. “En aquel entonces no sabía lo que realmente significaba. A partir de entonces el país fue progresando y las clases más desfavorecidas pasaron a ser las más favorecidas. Yo pude estudiar magisterio por una beca que él promovió. Pude acceder a recursos a través de las asignaciones familiares y los planes de emergencia; todas iniciativas que él promovió”, apuntó.
“Cuando se anunciaba por todos lados que era imposible concebir para Uruguay un gobierno de izquierda, demostró que no era la realidad, que había otra mirada y otras verdades posibles; eso va a quedar en la historia nacional”. Lucía Topolansky
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Además de sus conquistas al frente del Ejecutivo, y previamente en la Intendencia de Montevideo, sus seguidores destacaron sus cualidades en el plano personal. “Mi padre fue director técnico de Progreso cuando él lo presidía, y ahí tuve el placer de conocerlo personalmente. Ya entonces se destacaba en su relacionamiento con la gente. Una persona que seguía asistiendo, cuando podía, al Club Arbolito. Eso no lo hace cualquiera”, apuntó Pablo, que visitó la casa del Prado con su esposa, Guillermina, quien calificó a Vázquez de “estadista” y un “gran ser humano” que “dejó a Uruguay muy bien parado”.