“La democracia del futuro en el contexto evolutivo de la inteligencia artificial” es la consigna de la II Cumbre Mundial de Comisiones de Futuros, que este año se desarrollará en Uruguay. Desde el próximo lunes y hasta el miércoles, actores nacionales e internacionales de la sociedad civil, la academia y el gobierno se encontrarán en el Palacio Legislativo para debatir e intercambiar sobre los “desafíos, amenazas y oportunidades” que trae la inteligencia artificial (IA).

Nuestro país “pertenece al club de los más vanguardistas”, dijo el diputado del Partido Nacional (PN) Rodrigo Goñi al referirse a la Comisión Especial Bicameral del Futuro, en diálogo con la diaria. El legislador contó que la comisión que preside -creada en el marco de la ley 19.509, de 2017, en la que se declaró Día del Futuro el último lunes de setiembre de cada año- es una de las únicas 15 que hay en el mundo, y representa “un cambio de paradigma” a nivel parlamentario.

Según Goñi, el esquema en el Parlamento “siempre fue tradicionalmente reactivo” y esta comisión permitió pensar la agenda desde otro lugar. En vez de “legislar sobre conductas ya consolidadas”, este espacio propone una metodología que busca anticiparse a los cambios que apenas comienzan a surgir para incidir en ellos”, explicó. Para el diputado, la idea es adaptarse al contexto actual, en donde se viven transformaciones “aceleradas y complejas”.

En 2022, la comisión presentó un informe llamado “El futuro del trabajo, el trabajo del futuro”, en el que se observaron las complejidades del presente a nivel laboral, a partir de los insumos que brindaron unos 50 expertos del ámbito multisectorial. De él surgió la necesidad de repensar “el aprendizaje permanente que involucra no solamente al trabajador, sino también a la empresa y al Estado”, mencionó Goñi.

Luego, “lo que pasó en 2023 fue que al ser designados como sede de la nueva cumbre, de alguna manera todas las energías de la comisión se han volcado a su preparación”, dijo el legislador. Respecto de la IA, que motiva el encuentro, Goñi destacó que su regulación es “un tema principal en la agenda de los parlamentos” de todo el mundo -especialmente, después del nacimiento del Chat GPT-, porque se reconoce la existencia de ciertos riesgos a nivel democrático, electoral y de derechos humanos. “El gran reto ineludible que se plantea la cumbre es cómo poner un marco para que estos riesgos se minimicen sin frenar la innovación”, señaló el diputado.

Herramientas “muy potentes para la manipulación política”

La IA “está en todas partes” y es “una asignatura pendiente” incorporar sus herramientas al ámbito de la administración pública, consideró José Luis Martí, docente de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y coordinador del Global Democracy Project, en diálogo con la diaria. El académico, que visitará Uruguay para participar del primer conversatorio de la cumbre, llamado “Desafíos que enfrentan las democracias del mundo”, destacó la importancia de comprender que lo que surge con esta tecnología “es una realidad, no es ciencia ficción, ni una predicción de futuro”.

Es cierto que “todavía es embrionaria” y que aún queda mucho por desarrollar, aclaró Martí. En ese sentido, “es necesario aprobar con bastante urgencia” una regulación internacional, pues en este caso las legislaciones de un solo país “no pueden servir de nada”. Al tratarse de una herramienta virtual, tiene la capacidad de “alojarse en cualquier país del mundo y ejercer efectos sobre el resto del planeta”, argumentó.

Para Martí, el de la regulación “es un reto enorme, gigante”. De acuerdo a su mirada, la IA “tiene muchísimas potencialidades” y “puede hacer no sólo más fácil, sino también más legítima la tarea del gobierno”, porque facilita la posibilidad de que la toma de decisiones “sea mucho más transparente”, a la vez que “ahorra tiempo”. Sin embargo, todo lo que la inteligencia artificial tiene de bueno, también podría tenerlo de malo: su potencial trae “amenazas que presentan algunos peligros”, alertó el investigador.

En esa línea, Martí comparó su descubrimiento con el de la tecnología nuclear. Cuando surgió, quienes trabajaron con ella comprendieron que era “demasiado buena”, tanto, que no se podía prohibir a pesar de sus riesgos. Ahora el panorama es similar. En este caso, lo complejo es que las herramientas que otorga la inteligencia artificial “pueden muy fácilmente romper la barrera de la privacidad”, y resultan “muy potentes para la manipulación política”, añadió.

“Ahora mismo parece imposible” crear una regulación global, aseguró Martí al ser consultado al respecto. “Las organizaciones internacionales no han tomado nota de esto hasta hace muy poco”, y en general, “son pocas las que lo hacen”, argumentó. Además, a la falta de iniciativas se le suma otro aspecto complejo: “es muy difícil” lograr acuerdos entre países cuyos intereses “están absolutamente contrapuestos”, como Estados Unidos, China y Rusia. En definitiva, “siendo realistas, estamos muy lejos, pero lo que pasa es que no hay otro camino”, explicó.

“Más vale llegar tarde que nunca, porque el riesgo que corremos si no lo hacemos es demasiado grande”, subrayó el investigador. Es clave comprender que “el riesgo está siempre” presente, porque aunque los algoritmos sean diseñados con la mejor de las voluntades, “pueden producir resultados que no eran los planteados inicialmente”. De todos modos, “bien usada puede ser fundamental”, resaltó. Lo importante es tener presente que “la última decisión la sigue manteniendo un ser humano” y este “debe entender muy bien cómo funciona la herramienta para saber también qué sesgos o errores puede tener”.

“Nadie puede imaginar que el mundo dentro de 20 años sea menos digital que hoy, será mucho más”, reflexionó Martí. Reconocerlo supone asumir que “necesitamos una ciudadanía que comprenda las herramientas que tiene a su alcance y que sepa utilizarlas correctamente”, porque “el desarrollo de la IA es como poner en el bolsillo de cualquier persona que tiene acceso a internet y a medios digitales una pequeña tecnología nuclear”, concluyó.

El día después

Este jueves 28 de setiembre a partir de las 19.00 en la sala Delmira Agustini del teatro Solís, la iniciativa Día del Futuro de la diaria y la Comisión de Futuros del Parlamento invitan a una actividad en la que especialistas internacionales expondrán sobre los desafíos que la IA le plantea a la democracia, en el marco de la II Cumbre Mundial de Comisiones de Futuro. Participarán como oradores José Martí; Lydia Garrido, directora de la Cátedra UNESCO en Anticipación Sociocultural y Resiliencia; Lorena Echeverry, integrante del Centro Interdisciplinario en Ciencia de Datos y Aprendizaje Automático; y Eleonora Lamm, responsable del sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO para América Latina y el Caribe. Oficiarán como comentaristas el diputado Goñi, presidente de la Comisión de Futuro, y la senadora Silvia Nane, vicepresidenta del organismo.