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Gregory Randall

Foto: Javier Calvelo

Tierra adentro

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La Universidad de la República avanza en el interior del país.

La Universidad de la República (Udelar) cuenta con 12 carreras en marcha en el interior, a las que concurren cerca de 10.000 estudiantes en tres regiones: noreste, noroeste y sudeste. Su prorrector de investigación, Gregory Randall, es además el presidente de la Comisión Coordinadora del Interior (CCI). En entrevista con la diaria habló de esas ofertas educativas, que ya superaron las metas que la Udelar asumió ante el Parlamento para todo el quinquenio. Además, señaló que se hace difícil trabajar cuando las propuestas del poder político sobre nuevas instituciones universitarias en el interior son tan variables.

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-¿Cuál es el balance de esta nueva etapa de la presencia de la Universidad en el interior del país?

-Es difícil encontrar el momento inicial de ese proceso, pero puede tomarse 2007, cuando el Consejo Directivo Central [CDC] tomó una serie de resoluciones que trazaron el camino para fortalecer la presencia en el interior. Se puede ubicar un segundo momento en 2009, cuando se aprobaron estrategias específicas que hoy están en marcha. Las expectativas son tener una universidad presente y pujante en todas las partes del territorio, con varias ofertas. Creo que aún estamos lejos de cumplirlas pero hemos avanzado a buen ritmo. Nos propusimos construir centros universitarios regionales, que son una figura nueva en la estructura universitaria. En 2012 ya aprobamos el ordenamiento jurídico de esas nuevas estructuras y se decidió que el año que viene se realizarán las elecciones del claustro, consejo y el director del Centro Universitario Regional [Cenur] del noroeste. En el caso del noreste -con un proceso que viene un poco más atrasado y débil que el resto- hay un acuerdo para que el proceso de elección sea en 2015. En cuanto al sudeste, todavía se está discutiendo en qué momento se van a hacer las elecciones; probablemente a fines del año que viene. El balance general es muy bueno, tenemos una estrategia que fue aprobada unánimemente por la Udelar después de una discusión democrática que llevó su tiempo. La estrategia fue financiada por el gobierno, lo que expresa una confianza del país por medio de sus representantes.

-¿Cómo se avanzó en materia de 
enseñanza?

-La elaboración de programas regionales implica procesos complejos que incluyen discutir con actores de las intendencias y la sociedad civil, acordar ejes temáticos prioritarios y armar un plan estratégico en la región. Otro eje tiene que ver con la conformación de núcleos docentes de alta dedicación, junto con equipamiento y edificios. Ya creamos 127 cargos docentes con dedicaciones altas o totales, que conforman 30 grupos de investigación. Llenamos cerca de 70 de esos cargos y el resto está en proceso con llamados a concurso. El proceso lleva un tiempo: luego de los llamados está la radicación de las personas en los lugares, la construcción o reparación de los laboratorios y la compra de equipamiento. Ir más rápido hubiera sido malo porque es un proceso novedoso en el país y hay que ver cómo va saliendo. En cuanto a la ampliación de la oferta de enseñanza, sobrepasamos nuestras expectativas. Le prometimos al Parlamento que finalizaríamos el quinquenio con 15 ofertas nuevas en el interior y la rebajamos a 12 por los recursos que nos dieron. Sin embargo, ya creamos 16 ofertas nuevas, seis que empezaron en 2011, seis en 2012 y otras que ya están financiadas y se implementarán en 2013.

-¿Cómo ha funcionado la gestión?

-En materia del diseño de estructuras de gestión y edificios estamos más atrasados que con el resto porque decidimos avanzar en los otros aspectos, en parte porque así nos fueron otorgados los recursos por el Parlamento. Eso nos genera dificultades de gestión porque las sedes en el interior no tienen las condiciones de recursos humanos para atender el nivel explosivo de actividad. Ahora estamos avanzando en el diseño de un organigrama.

-¿Cuáles han sido las principales fortalezas y debilidades del proceso?

-Las mayores fortalezas son el amplio apoyo político en la Udelar y la enorme avidez de las comunidades locales. En Maldonado recuerdo el gesto del intendente, que cedió la mitad de su sueldo durante un tiempo para la construcción de un centro universitario, y otro de la Junta Local de San Carlos, que cedió parte del presupuesto de obras con el mismo fin. Hay decenas de docentes que se han sumado a la estrategia y asumieron el reto, sumado al apoyo del país por la vía presupuestal. Otra fortaleza es la estrategia misma, que se basa en la construcción de autonomía académica y administrativa crecientes. Las dificultades pasan por aspectos culturales: nuestra propuesta se basa en regiones y el país se construye con base en departamentos. Además tenemos problemas de gestión causados porque nos asignaron recursos de una manera no apropiada, demasiados recursos al final del proceso y no al principio. Otra dificultad es propia del país y tiene que ver con un déficit de participación de los colectivos, tanto de docentes como de estudiantes y de egresados. Un punto aparte es la reforma universitaria: este proceso es lo que es porque está inscripto en la reforma.

-¿Cómo se vio afectado el proceso ante la no reforma de la Ley Orgánica [LO] de 1958?

-La actual LO se basa en una lógica de facultades que se articulan en el CDC. Los centros universitarios regionales tienen una lógica diferente: son estructuras con carácter territorial que abarcan todas las áreas del conocimiento, involucran a muchas facultades y van a tener sus propias estructuras y docentes. Se ha ido lo más lejos que se puede ir con la actual LO. En las condiciones actuales podemos ir bastante lejos, pero no todo lo que quisiéramos. Por ejemplo, no podemos cambiar el CDC y es lógico que en una futura estructura universitaria los directores de los Cenur tuvieran una presencia similar a la que tienen hoy los decanos de las facultades. La Udelar encontrará la forma de darle lugar hasta que se apruebe una nueva LO, pero hay algunas limitaciones para un despliegue pleno de las atribuciones en el marco de una ley que fue hecha para otra época.

-¿De qué depende el desarrollo académico de los servicios del interior en casas, centros departamentales o centros regionales?

-Un centro tiene un número de carreras correspondientes a más de dos áreas del conocimiento. Una casa no tiene cogobierno, tiene un director y una comisión asesora, porque se entiende que al principio es una persona sola quien aterriza en el lugar y crea las condiciones para que la Universidad pueda desarrollar sus actividades. Poco a poco va creciendo, como pasó en Tacuarembó. En este momento ese departamento tiene tres carreras, más de 300 estudiantes, 30 docentes y está en condiciones de tener una comisión directiva con representantes de los órdenes. Es por eso que el CDC le dio carácter de centro. Para ser un Cenur se requiere aún más.

-¿Qué lugar tiene la innovación en los nuevos centros?

-El interior es un terreno propicio para la innovación, pero es temprano para decir que ya se ha puesto en marcha masivamente. Conozco muchas experiencias que van en ese sentido, como carreras multidisciplinarias o espacios de formación integral, que van en sintonía con las ideas de los procesos de enseñanza y aprendizaje, como plantea la reforma.

-¿Qué avances se registraron para la instalación de la regional sudoeste?

-En una reunión con el Ministerio de Educación y Cultura, la ANEP [Administración Nacional de Educación Pública] y los seis intendentes involucrados se definió la creación de un grupo de trabajo que estableciera las condiciones para avanzar. Éste funciona desde hace algunos meses. Un grupo técnico de la Udelar hizo un relevamiento de la realidad social y productiva de los departamentos y recopiló material que hoy está en condiciones de ser presentado para definir qué hacer en términos del sistema nacional de educación pública, no sólo de la Udelar.

-¿Cómo trabaja la Udelar a partir de otras ideas del sistema político de universidades en el interior?

-En nuestra estrategia para el interior trabajamos para que los desarrollos sean convergentes con otras instituciones, y para que seamos eficientes en los recursos tanto materiales como humanos que el país destina. Es difícil trabajar con el nivel de variabilidad de las demás propuestas. En algún momento el poder político decidirá qué es lo que quiere hacer. En ese momento la Udelar responderá dando su opinión cuando le sea pedida, que será siempre generosa para buscar el bien nacional, lo que también implica decir con qué no estamos de acuerdo. Espero que los esfuerzos se piensen en función de potenciar lo que se está haciendo y no para generar acciones que vayan en direcciones distintas. Hasta ahora hemos hecho esfuerzos de colaboración y no de enfrentamiento, como el trabajo en conjunto con la UTU para varias carreras.

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