El jueves de noche tuvo lugar la reapertura del hotel. Fue una noche de gala a la que concurrió mucha gente muy arreglada y entusiasmada por ver cómo había sido restaurado el edificio. También generaba curiosidad probar el menú elegido para la ocasión. La propuesta gastronómica conjugó ingredientes de la cocina local con toques de la francesa, y si bien, en varias oportunidades, los invitados no distinguían qué estaban comiendo, con frecuencia se escuchaba: “¡Mmm! Es algo así como...” o “Está hecho a base de... pero está muy bueno”.
La convocatoria fue a las 20.00 y en punto la explanada del hotel estaba colmada. Las puertas demoraron en abrirse, ya que se esperaba la llegada de Danilo Astori, presidente de la República en funciones el jueves de noche, y de autoridades departamentales, del Ministerio de Turismo y Deporte y del Ministerio de Educación y Cultura, entre otras.
Ni bien se habilitó el ingreso los más ansiosos por ver cómo había quedado el edificio tuvieron que contenerse porque en el hall principal que da la bienvenida se realizó un corte de cinta y se desarrolló una amplia oratoria. Martín Blaquier, presidente de Carrasco Nobile (empresa adjudicataria del Hotel Casino Carrasco); Nagi Naoufal, director de Sofitel para América Latina (operador hotelero); José Antonio Martínez Sampedro, director del Grupo Codere (multinacional de origen español con parte en Hípica Rioplatense); Guillermo Arcani, gerente general de Carrasco Nobile; la intendenta de Montevideo, Ana Olivera, y Astori hicieron uso de la palabra. Entre todos plantearon diversos aspectos implicados en la reapertura del hotel.
En la mayoría de los casos coincidieron en el valor patrimonial del edificio, en la recuperación de un punto de encuentro social y cultural, en que dará trabajo en forma permanente a unas 480 personas, y en el vínculo entablado con los vecinos de la zona. En este sentido, durante la fiesta de gala se hizo un reconocimiento del niño que ganó el concurso Carrasco Mío, en el que participaron escolares de los centros educativos del barrio.
Además, se resaltó que el emprendimiento, en el cual se invirtieron más de 75 millones de dólares, será “un hotel a puertas abiertas” para que quienes lo deseen puedan recorrer parte del edificio y apreciar el reciclaje.
Por lo pronto, el jueves de noche, la participación fue limitada y los vecinos que no fueron invitados a la fiesta y que quisieron ser parte de la reapertura estuvieron presentes detrás de las vallas colocadas sobre la rambla y a los costados del hotel. Desde allí apreciaban el movimiento que se generaba en su entorno y también vieron pasar los autos de época en los que llegaron a la fiesta la intendenta Olivera; la ministra de Turismo y Deporte, Liliam Kechichian; y el ministro de Educación y Cultura, Ricardo Ehrlich, entre otros. Éstos fueron recibidos por los flashes y las luces de las cámaras que cubrían la celebración.
De elite
En diálogo con la diaria, Kechichian detalló que la reinauguración del hotel significaba una “noticia extraordinaria”. “Brindará un servicio que va a permitir captar turistas de mayor poder adquisitivo; no hay duda”, enfatizó. Además, la consideró una muy buena noticia también desde el punto de vista patrimonial: “Es realmente una recuperación extraordinaria para Carrasco y para Montevideo, por toda la historia que tiene el hotel, por todo lo que ha significado en la vida de los uruguayos”.
Consultada sobre la necesidad de contar con hospedaje para viajeros de alto poder adquisitivo en un momento en que en el mundo hay cada vez más hostales y posadas y se buscan alternativas económicas para viajar, se refirió a la tendencia internacional. “En el mundo el turista de alto poder adquisitivo es un segmento que viene creciendo. Realmente hay un tipo de turista que requiere ese estilo de servicio de alta gama”, indicó. En la lista de los usuarios que solicitan estos servicios figuran rusos, asiáticos, europeos y norteamericanos. Según la ministra, estos visitantes “están empezando a llegar” a Uruguay.
Por otra parte, valoró la inversión para la zona porque se trata de un hotel con 93 habitaciones comunes y 23 suites de lujo; “tampoco es un hotel que no esté adaptado a Uruguay”. “Con más de 100 habitaciones, es un hotel medio en capacidad y un hotel vip en servicios”, concluyó.
En opinión de Nelly da Cunha, licenciada en Ciencias Históricas de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República y docente de Introducción al Turismo en el área de Estudios Turísticos de esa casa de estudios, el Casino Carrasco se construyó hace 100 años también pensando en los “turistas con dinero”. En este caso se esperaba la llegada de la elite de la sociedad rioplatense. Allí arribaban familias enteras, que incluso llegaban a incluir en el traslado al personal de servicio, y permanecían largas estadías. Se solían alojar en el hotel no menos de un mes y había quienes pasaban los tres meses del verano.
La piedra inaugural del Casino Carrasco se puso en 1913 en una zona de arenales donde se proyectó la creación de un balneario. Hacia 1915 fue adquirido por la Intendencia de Montevideo (IM) y en 1921 se inauguró. Da Cunha relató que entre 1921 y 1950 la afluencia de turistas fue muy buena y el espacio se consolidó como un centro de sociabilidad. No obstante, se vivieron leves períodos de estancamiento en la crisis de los años 30 y durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1939 y 1945.
Luego, “hacia la década del 50, Punta de Este cumplía muy bien el rol del turismo elitista, por lo que la clientela se corrió más al este y Carrasco se volvió barrio”, detalló. La docente, autora del libro Montevideo ciudad balnearia (1900-1950), relató, recordando el testimonio de una vecina del lugar, que en los años 50, cuando empezaron a aparecer colegios en Carrasco, comenzó a consolidarse el pasaje de balneario a barrio y lentamente decayó la presencia de turistas.
Al comparar el presente con el pasado, Da Cunha sostuvo que a principios de 1900 se privilegiaba el lujo sobre el confort. Eso explica el refinado diseño y ornamentación del edificio, construido a partir del proyecto de los arquitectos franceses Jacques Dunant y Gaston Louis Mallet, producto de un concurso internacional. “Se creía que sólo podías atraer a un público elitista con una construcción ostentosa”, especificó.
En la actualidad, si bien se cuidó el estilo original, el confort es lo que caracteriza al hotel cinco estrellas, pues se le han agregado espacios y servicios que prácticamente antes no existían o no eran tenidos en cuenta. “Era otro mundo, pero ese ejemplar se recicló para este nuevo mundo”, agregó.
Cuando la presencia de turistas en el hotel comenzó a decaer, el casino continuó siendo un atractivo para los montevideanos y para quienes visitaban la ciudad. Hacia 1975 el edificio fue declarado Patrimonio Histórico Nacional y en 1997 las habitaciones cerraron definitivamente, mientras que la sala de juegos y de fiestas siguió funcionando un tiempo más.
En opinión de la investigadora, la única manera de sacar adelante el hotel era con la participación de una cadena internacional, porque tiene desarrollado un sistema que “te trae turistas todo el año”. “Que no tenga carácter municipal ni nacional”, sostuvo en relación a una posible administración de la IM o de otro organismo estatal.
Otro cambio histórico que tuvo en cuenta es que Montevideo carece del perfil de ciudad balneario porque las playas del este del país resultan más atractivas para uruguayos y visitantes, por lo que en su nueva era el hotel trabajará con viajeros de congresos y negocios (y de juegos, por la presencia del casino), perfil que la ciudad ha procurado “cultivar” en los últimos años.