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Nuevos y viejos grandes

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G20 acuerda medidas para impulsar el crecimiento, pero se evidencia 
una división entre desarrollados y BRICS.

Señales diversas de reactivación económica en países desarrollados y economías emergentes con signos de enlentecimiento son los dos hechos que enmarcan el clima en el que los líderes de las economías más grandes se reúnen para acordar medidas. Sin embargo, las posiciones manifestadas sugieren que el G20, más que un solo grupo, son dos.

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En este sentido, el viceministro de Economía chino, Zhu Guangyao, dijo que Estados Unidos debería ser consciente del impacto de sus decisiones y reclamó a este país mayor cooperación para estabilizar los mercados financieros. En una reunión informal de líderes del bloque de los BRICS (sigla tomada de las iniciales de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el dirigente chino mencionó que Europa “apenas salió de la recesión” y dijo que este bloque debería adoptar más medidas para reactivar el crecimiento. “Están lejos de resolver sus principales problemas, no es momento de ser arrogantes”, afirmó. “Creemos que las principales economías pueden hacer mucho más por impulsar la demanda global y la confianza de los mercados”, concluyó una declaración de los líderes de este subgrupo de países.

Ahora no sirven

Durante la cumbre también se acordó revisar la actuación de algunas agencias de calificación y se cuestionó la objetividad de sus valoraciones, “habida cuenta de su impacto en el mercado y en la imagen de las economías analizadas”. Además, se elaboró una lista de 28 grandes bancos y nueve aseguradoras que no pueden declararse en ningún caso en bancarrota, y se puso sobre la mesa una nueva serie de exigencias a sus accionistas.

A pesar de estas declaraciones, los 20 pudieron acordar un mínimo plan de fomento al crecimiento y la creación de empleo, del que no se dio a conocer mayores detalles. Según explicó en rueda de prensa el ministro ruso de Finanzas, Antón Siluánov, el plan “alude a la necesidad de adoptar medidas para estimular la inversión y prevenir la volatilidad del flujo de capitales”. Siluánov comentó que el problema del desempleo es “especialmente doloroso” en algunos países de la eurozona y dijo que con el apoyo al plan “los desarrollados envían señales positivas”.

Durante la reunión, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió que su país reducirá “gradualmente” la política monetaria expansiva de estímulo al crecimiento. Consultado sobre esta declaración, Siluánov dijo: “No hay que apretar demasiado las tuercas para no estropear el tornillo. Esto es absolutamente correcto”.

La mayoría de los países presentes en la cumbre también mostró su intención de continuar reduciendo su deuda soberana y sus déficits fiscales tanto a mediano como a largo plazo, porque entienden que la consolidación fiscal no es un obstáculo al crecimiento económico y estimula las inversiones privadas.

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