Los pescadores artesanales del Río de la Plata, afiliados al Sindicato Único Nacional de Trabajadores del Mar y Afines (SUNTMA), marcharon ayer hasta el Parlamento para expresar sus reclamos por la falta de peces, su sustento cotidiano. El delegado del SUNTMA, Alejandro Celis, explicó a la diaria que durante los tres meses de otoño, cuando pueden “salir de faena”, tienen dificultades porque los lobos marinos les roban lo que pescan, destrozando las redes. Aclaró que “la idea no es acabar con los lobos marinos”, sino que piden una solución para poder subsistir durante estos meses críticos, manteniendo “un equilibrio dentro del ecosistema”.
Pero la competencia con los “pelucones”, como llaman a los lobos marinos, no es el único problema que enfrentan. Celis afirmó que la pesca artesanal está siendo afectada por las exploraciones submarinas en busca de gas, los dragados para la planta regasificadora y el puerto de aguas profundas en Rocha. Explicó que “las explosiones submarinas realizadas por ANCAP con aire comprimido, en busca de hidrocarburos, mata la cadena trófica [alimenticia]” y ahuyenta los peces de la costa. También indicó que el dragado está provocando que se esté “pescando barro y bolsas por miles”, y se quejó porque se construyen “plataformas regasificadoras en zona de estuario, que bien puede ser un reservorio y zona de recría de especies comerciales de la pesca uruguaya”. La presencia de una flota de más de 200 embarcaciones mercantes entre Punta Negra (Maldonado) y Buceo (Montevideo) es otro factor de preocupación. Esta “invasión de barcos, que para evitar impuestos en el puerto se quedan a tres millas de la costa”, contaminan el mar con “un impacto sonoro gigantesco” y el vertido de desperdicios contaminantes como “‘el achique de Sentina’, que consiste en desechar agua contaminada con combustibles, solventes de limpieza de motores, grasas y aceites”.
Un documento con estas reivindicaciones fue entregado a los secretarios de bancada de cada partido y a la Comisión de Legislación del Trabajo de la cámara baja. Más tarde los pescadores se reunieron con el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, quien se comprometió a crear un ámbito multidisciplinario para tratar este tema, según informó Celis. También se reunieron con autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, para encontrar una manera de afrontar esta crisis del sector, ya que “los pescadores artesanales no tiene seguridad social” indicó. “Quedaron en pedir un Consejo de Ministros para tratar de forma urgente el tema de la pesca cuando vuelva el presidente”, agregó.
Celis también señaló que aunque “hubiera peces no podemos vender”, por la caída en las exportaciones. La pesca artesanal se comercializa en parte del año en el mercado interno, pero durante la zafra más productiva, en los meses de invierno, se exportaba a los mercados de Nigeria y Asia. Sin embargo, Nigeria “nos cerró las exportaciones debido a medidas proteccionistas”. Además, señaló que se importa pescado desde Vietnam, que se vende más barato, lo que genera una “competencia desleal”. “Necesitamos que Uruguay adquiera una cultura de comer pescado, y a su vez que el Estado haga llegar un pescado más barato, porque está muy caro”, concluyó.