la diaria publicó el 7 de octubre un artículo sobre el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán que nos interesa responder.
Nagorno Karabaj es un territorio histórico de Azerbaiyán, reconocido por la comunidad internacional como parte integral de mi país. Tras la caída de la Unión Soviética, Armenia llevó adelante una agresión militar contra Azerbaiyán, ocupando Nagorno Karabaj y siete distritos adyacentes (lo que constituye el 20% del territorio del país), realizó una limpieza étnica contra un millón de azerbaiyanos que se convirtieron en refugiados y personas internamente desplazadas. Armenia violó gravemente el derecho internacional humanitario y cometió masacres contra civiles azerbaiyanos, incluso el genocidio de Jodyali.
Hoy en día en los territorios ocupados no quedó ni un solo azerbaiyano y fue destruida allí toda la herencia cultural-histórica de Azerbaiyán. El Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU, la OSCE, el Consejo de Europa, el Parlamento Europeo, OTAN, Movimiento de Países No Alineados y otros organismos internacionales mediante sus resoluciones y documentos han reconocido la integridad territorial de Azerbaiyán y a Nagorno Karabaj como parte integral de mi país y han exigido la retirada de las tropas de Armenia de los territorios de Azerbaiyán y el regreso a sus hogares de los azerbaiyanos desplazados. Armenia rechaza esa posición de la comunidad internacional y trata de mantener el status quo en el conflicto.
El principal obstáculo para la solución del conflicto es la posición no constructiva de Armenia que tiene un régimen represivo de una dictadura militar-criminal, irrespetuoso del derecho internacional y de los principios democráticos fundamentales. Los dirigentes de este régimen son las mismas personas que anteriormente lideraron a los separatistas de Nagorno Karabaj y cometieron masacres contra civiles azerbaiyanos, incluso el genocidio de Jodyali y luego, han conquistado el poder en Armenia asesinando y provocando el terror en sus ciudadanos por sus opiniones políticas. Este régimen no quiere lograr la solución del conflicto dado que esa situación de status quo le brinda la “excusa” para frenar las amplias protestas de la población que cada año emigra del país por la pobreza y las dificultades económicas. El actual proceso de reforma constitucional promovida por el régimen de Armenia es un intento por eternizarse en el poder.
Con esa política Armenia se ha convertido en uno de los países más atrasados del mundo y la solución de los graves problemas de Armenia depende solamente de la cooperación con Azerbaiyán, dado que mi país posee el 80% de la economía del Cáucaso Sur y es el núcleo del desarrollo regional. La agresión de Armenia contra Azerbaiyán es la principal amenaza a la paz y seguridad en la región. Armenia tiene que apurarse en lograr la paz con Azerbaiyán y como primer paso tiene que retirar sus tropas de los territorios ocupados.