El presidente del Partido Nacional (PN), el senador Luis Alberto Heber, dijo que una de las “luces amarillas” de la democracia en el país es el relacionamiento y el diálogo del gobierno con la oposición. “En el Parlamento se dialoga menos que antes”, aseguró el senador, quien ocupa un lugar en el Palacio Legislativo desde 1985. La explicación, sostuvo, radica en que la “coalición de gobierno” tiene que pactar en su interna, lo que hace que luego le resulte difícil negociar con el resto de los partidos. “Hay un intercambio democrático dentro de la fuerza política, pero luego está más atada de manos para dialogar con los otros partidos, con los que hay poco diálogo”, agregó.
Heber también se refirió a la relación del PN con el actual presidente. “Con [Tabaré] Vázquez tenemos muchísimo menos diálogo que con [José] Mujica”, dijo el legislador, quien, a pesar de la intención del actual gobierno de comunicarse con la oposición ante el envío de cada proyecto de ley, describió la situación como de “poco diálogo”.
La consecuencia de la falta de diálogo entre el gobierno y la oposición, aseguró Heber, es la “judicialización de la política”: “Muchos temas que no se pueden acordar se terminan resolviendo en la Justicia”, ya sea debido a posibles inconstitucionalidades o a tareas de contralor parlamentario (como ocurrió con el caso Pluna, en el que el PN efectivizó una denuncia).
Heber hizo estas declaraciones en el marco de una mesa acerca de los “desafíos de la democracia en Uruguay”, organizada por las presidencias de ambas cámaras del Poder Legislativo y el Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales. Al finalizar el evento, el historiador y politólogo Gerardo Caetano destacó que la situación de la democracia uruguaya es sólida en comparación con la del resto de la región, en la medida que hay un “acuerdo de régimen”. No obstante, sostuvo que el problema del país es la “autocomplacencia”, y destacó algunos puntos a mejorar, como la inequidad de género. El politólogo dijo además que el país no privilegia suficientemente a los jóvenes y que se está “fracasando” ante el principal desafío del país: la “transformación educativa”. Por último, sostuvo que cualquier propuesta de reforma constitucional debería implicar un acuerdo entre varios partidos: “una Constitución es el pacto de los que piensan distinto”.
Los restantes oradores fueron la senadora Lucía Topolansky (Frente Amplio, FA) y los legisladores José Amorín (Partido Colorado) y Pablo Mieres (Partido Independiente). Las exposiciones de estos últimos dos se parecieron bastante. Ambos denunciaron el silencio del gobierno frente a la situación política que vive Venezuela y reclamaron un mayor fortalecimiento del Poder Judicial y los organismos de contralor del gobierno. Amorín cuestionó al FA por convocar a protestas frente a la sede de la Suprema Corte de Justicia tras la inconstitucionalidad de la ley interpretativa de la Ley de Caducidad y de la resolución de esta corporación para trasladar a la jueza Mariana Mota de la órbita penal a la civil. También criticó el artículo del proyecto de ley del Presupuesto Quinquenal, que establece que las sentencias que obliguen al Estado al pago de montos por reclamos salariales se efectivizarán tras dos instancias presupuestales. “Es el Poder Ejecutivo el que decide cuándo se va a pagar, y el Poder Legislativo si se paga o no”, dijo el ex candidato a presidente, que aseguró que el artículo “será declarado inconstitucional”.
Tanto Amorín como Mieres pidieron que el Tribunal de Cuentas de la República (TCR) tenga mayores competencias. El colorado dijo que sería bueno que este organismo pudiera controlar las sociedades anónimas que son controladas por el Estado. En tanto, Mieres denunció que actualmente la junta anticorrupción “se dedica a archivar declaraciones juradas”. El senador independiente también subrayó otro desafío: la debilidad en el contralor de las finanzas partidarias. “La Corte Electoral no puede hacer el contralor, debería hacerlo el TCR”. Además, Mieres y Amorín cuestionaron la cantidad de oficinas públicas que se crean en la órbita de Presidencia. “El Parlamento está perdiendo su función controladora”.
La exposición más abstracta de todas fue la de Topolansky. La senadora hizo su intervención en términos más generales. “La democracia para nosotros es además una filosofía”, sostuvo la senadora, que dijo que este régimen político “no se puede ejercer sin soberanía y autodeterminación”. Topolansky afirmó además que no concibe una democracia que no sea participativa, y culminó su intervención formulando una pregunta: “¿Cómo juegan las redes sociales en la construcción de la democracia?”.