La previa era una situación de tensión: el sindicato había anunciado públicamente que a partir del “agotamiento total” de las instancias posibles de negociación y teniendo en cuenta la negación del Ejecutivo a que “participemos en las negociaciones sobre nuestras propias condiciones de trabajo”, se resolvía un paro de actividades durante cinco días a nivel nacional. Buscando evitar la interrupción de los servicios de salud en las áreas anestésico-quirúrgicas, el Ejecutivo presentó el martes 17 al SMU un documento en el que reafirmó la “profundización del cambio de modelo de trabajo médico”, propuso “continuar por el camino de implementación de cargos de alta dedicación para todas las especialidades” y ratificó a la gremial como el “colectivo que representa a todos los médicos”. Una vez aprobado, fue derivado a los anestesistas, quienes lo estudiaron previo al encuentro.
Luego se reunieron el viernes de tarde en la sede del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), representantes del SAQ; el titular de la cartera, Ernesto Murro; el secretario de Presidencia de la República, Miguel Ángel Toma, y el director nacional de Trabajo, Juan Castillo. Dado que el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, no estuvo presente, se le informó constantemente de la evolución del diálogo. Conversaron sobre el documento, que los anestesistas finalmente aprobaron, y se acordó el levantamiento del conflicto. Desde el SAQ destacaron la “buena disposición” del gobierno y principalmente de Murro y Castillo, quienes “con respeto y dedicación dieron a nuestro sindicato los espacios de diálogo en busca de un acuerdo que beneficie a las partes y destrabe la situación”, mencionaron en un comunicado difundido una vez finalizado el encuentro.
El documento aprobado contempla dos puntos cruciales para los anestésico-quirúrgicos: por un lado, que el SAQ concurra a la Comisión Asesora Multipartita (CAM) -asesora del Consejo de Salarios- con dos de sus directivos y hasta dos asesores cada vez que se traten tema que les competan, aunque se advierte que estos últimos no podrán intervenir directamente en la sesión. Se trata de una representación “sin voz ni voto”, dice el acta del encuentro. Al respecto, el presidente del SMU, Julio Trostchansky, sostuvo en diálogo con la prensa que esta propuesta va en línea con la que, en “reiteradas ocasiones”, ha presentado el SMU al SAQ, con el fin de “trabajar en conjunto”. “Los colegas del SAQ comparten muchos de los planteos que hacemos”, sostuvo, por lo que indicó que “es momento de reconstruir la confianza”.
Por otro lado, el acuerdo establece que durante los próximos cinco meses la CAM continuará trabajando sobre el cambio de modelo del trabajo médico. Actualmente, se está culminando el proceso para la especialidad de cirugía general, posteriormente se seguirá por el mismo camino con la especialidad de anestesia, y luego el resto de las quirúrgicas, según el cronograma propuesto por el Ministerio de Salud Pública (MPS). Vencido este plazo, se realizará una evaluación del funcionamiento por parte de los integrantes que será remitida al MTSS, al MSP y al Consejo de Salarios. Trostchansky consideró que esta situación “nos hace plantear la reflexión y convocar nuevamente un diálogo amplio sobre cuáles son los procesos que se deben seguir y también convocar nuevamente al SMU como la casa de todos los médicos”.
En cuanto al más reciente requerimiento del SAQ, de integrarse a la Comisión Tripartita de Laudo Único y a la Comisión para el Desarrollo Médico Continuo, creadas el 9 de octubre, Murro afirmó que el MTSS “se compromete a estudiarlo” y “presentar su propuesta al respecto”. Del SAQ forman parte más de 2.000 profesionales integrados en 13 sociedades científicas.