Acusan a Dominique Strauss-Kahn de haber empujado a la prostitución a cientos de ministros de Economía entre 1997 y 1999

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En el día de ayer, tres militantes del movimiento feminista Femen se arrojaron sobre el vehículo que transportaba al ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, a un juzgado en donde debía prestar testimonio en el marco de un caso por proxenetismo que lo tiene entre los acusados. Una de las activistas, que llevaba el torso completamente desnudo, logró subirse al capó del automóvil, en una acción que el abogado de Strauss-Kahn calificó de “cruel e inhumana”. “Todo el mundo sabe que ponerle un par de tetas a pocos centímetros de la cara, pero con un vidrio de por medio que no le permite tocarlas, es una tortura para él”, aseguró su representante legal. El ex número uno del FMI había sido acusado en 2011 de haber abusado sexualmente de una empleada de un hotel neoyorquino, y más recientemente se lo acusó de participar en orgías con prostitutas. Strauss-Kahn reconoció que había formado parte de estas orgías, pero aseguró que no sabía que las mujeres eran prostitutas. “En mi mundo, las personas que se prostituyen son mayoritariamente hombres de entre 45 y 65 años, que visten de traje, tienen posgrados en economía y cierta trayectoria política”, afirmó. Es que según varias investigaciones llevadas a cabo por medios de prensa, entre 1997 y 1999 el político francés habría montado una red de proxenetismo de ministros de Economía de varios países, mayoritariamente del Tercer Mundo. “Strauss-Kahn reclutaba a los funcionarios en los foros internacionales sobre economía, y les prometía préstamos multimillonarios a cambio de que aprobaran los paquetes económicos que les proponía”, aseguró un ex funcionario del FMI a un periódico francés. “Se aprovechaba de los ministros que provenían de entornos de bajos recursos y por ello se encontraban en una situación particularmente vulnerable. Los deslumbraba con líneas de crédito extremadamente atractivas para alguien que necesita dinero desesperadamente, y les hacía creer que en algún momento iban a poder pagarlas, pero en realidad los dejaba enganchados”, relató la fuente consultada.