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Gustavo López y Gonzalo Abella, en el acto de proclamación de la fórmula presidencial de Unidad Popular. Foto: Pedro Rincón (archivo, abril de 2013)

Unidad Popular afirma que su banca será “la viva encarnación” de lo mejor de la lucha popular “desde Artigas al presente”

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“Reavivando la llama” es el título que “a partir de un trabajo colectivo” eligieron los ex candidatos de Unidad Popular (UP) para el libro que intenta nuclear las memorias de la campaña electoral 2013-2014 y aportar a la metodología de la militancia, según explicó a la diaria quien se postuló a la presidencia por ese partido, Gonzalo Abella, mientras autografiaba y dedicaba algunos ejemplares previo a la presentación, que se realizó el viernes pasado. El libro, escrito por Abella y por el candidato a la vicepresidencia por UP, Gustavo López, explica que se trata de una historia “con miles de protagonistas anónimos” y de “un puñado de orientales” que “denunciaron con coraje que detrás del discurso del partido gobernante había una acuerdo tácito de las cúpulas de los partidos en el Parlamento con las transnacionales y la embajada de Estados Unidos para el saqueo y el despojo de los derechos de nuestro pueblo”. Además, se sostiene que la llegada a la Cámara de Diputados de UP “es apenas un paso en su marcha hacia el rescate de la patria”, pero se afirma que se trató “de un paso de gigante”.

Acerca del rol que ocupará la fuerza política en el Parlamento, se señala que el diputado de UP “tendrá que ser el más fiel amigo de los excluidos, los oprimidos, los explotados y al mismo tiempo la pesadilla más aborrecible de los que explotan, los que oprimen y los que claudican”. El libro añade que el diputado será representante “de los de abajo” y, a la vez, “la viva encarnación de lo mejor de la lucha de nuestro pueblo desde Artigas al presente”.

La fórmula de UP en las elecciones de 2014 sostiene que en la campaña electoral hubo una “enorme desproporcionalidad de medios y recursos” y que por ello debieron enfrentarla “confiando en el trabajo organizado y en las reservas de dignidad” de los militantes. “Millones de dólares fueron puestos al servicio de la continuidad en esta campaña, nosotros apostamos al método histórico de la izquierda, es decir, tomar las calles y las plazas, recurrir al mano a mano como ámbito privilegiado” de la campaña, añade el libro. Además, sostiene que el resultado demostró “el acierto del método aplicado” y que por ello “las voces del pueblo volverán al Parlamento y en el nauseabundo palacio de la burguesía [en alusión al Palacio Legislativo] se amplificarán las expresiones de los que luchan”.

Todo muy rico

Entre el “rico anecdotario” de la campaña pueden encontrarse historias que van desde esperas de los candidatos en terminales de ómnibus a altas horas de la noche hasta los festejos del último campeonato uruguayo de fútbol obtenido por Peñarol. Justamente, el que encabeza las historias es un relato de las consecuencias de la acusación del Ministerio del Interior a UP por haber participado y orquestado incidentes en la Suprema Corte de Justicia durante los festejos por el campeonato del club de fútbol. Acerca de ese hecho, el libro relata que los diarios El Observador y El País titulaban dando como un hecho la participación del partido político en los disturbios, igual que lo hacían los canales de televisión con las grabaciones que difundían. Según narra la anécdota, todo termina con una denuncia de UP contra El País, que a diferencia de El Observador se negó a dar derecho a réplica a los implicados.

Otra de las historias data de la preparación de la Corte Electoral para la primera vuelta de octubre, cuando la dirección del partido fue “alertada” de que en la planilla de escrutinio se quería dejar dos renglones para las seis listas de UP, cuando en realidad corresponde un renglón por lista presentada. Pese a que en un principio la Corte Electoral “respondió con evasivas”, terminó aceptando el reclamo porque “comprendió que la UP no daría un paso atrás”, sostiene el libro. También recuerda que días antes de las elecciones, se invitó a los “tres partidos menores” a intercambiar durante una hora con observadores internacionales, mientras que los partidos con representación parlamentaria les habían presentado sus programas de gobierno durante una tarde entera. “En la tarde del día siguiente, uno de esos observadores internacionales, vinculado a la industria del libro, visitó a un conocido librero uruguayo que por razones comerciales no dice que es votante de la UP. El librero, por su parte, conocía la filiación de extrema derecha del industrial y político extranjero, quien comentó: 'ayer oí la exposición de vuestros presidenciables. Ojo con la UP, me parece que es un lobo con piel de cordero'”, cierra la anécdota.

Acerca del pasaje de los candidatos por distintas localidades del interior, el libro cuenta numerosas esperas nocturnas en terminales de ómnibus y dormidas en casas de militantes locales, porque “la presencia del candidato es para los compañeros un día especial”. “Por eso, a veces dormimos entre muñecas, pues a la niña le pusieron un colchón en el cuarto de los padres […], o la frazada nueva que nos abrigó fue prestada por un vecino”, añade. Otra de las anécdotas tuvo lugar previo a un acto en la plaza de Paysandú, cuando les anunciaron que un muchacho de 16 años que “padece el síntoma de Down” tocaría la batería durante un espectáculo musical previo al discurso de los candidatos. Al finalizar el discurso los candidatos fueron a saludar al joven, que consultado acerca de qué le había parecido el discurso les respondió: “¡qué pesado!”.

La publicación también recuerda la concurrencia al congreso de la Juventud Agraria, que además de Abella, únicamente fue visitada por el candidato colorado, Pedro Bordaberry. Según añade el libro, “el discurso de Bordaberry fue patético” y dijo que lo único que le faltaba a la escuela agraria donde sesionaba el congreso era mejor conectividad, porque internet funcionaba mal. En las miradas de los jóvenes, que mayormente tenían pegotines de Aparicio Saravia en sus termos, Abella dijo haber descubierto que “Bordaberry estaba muerto” y que el Frente Amplio “estaba implementando la política agraria que él hubiera aplicado”.

Historia reciente

El libro hace un breve resumen del surgimiento, primero, de Asamblea Popular y, luego, de UP, y se centra en el relato de las expectativas del partido previo a las elecciones. En primer lugar, recuerda que la fórmula reunió a dos personas que no tenían filiación a ninguno de los sectores que componen el partido y que ya en aquel momento se definió que las recorridas por todo el país, “las veces que fuera necesario”, serían la principal herramienta. Como no había competencia dentro del partido, una buena votación en las elecciones internas fue considerada como una oportunidad de contar con mayor visibilidad ante los medios de comunicación. Para las internas, UP se propuso “como meta mínima” superar en votos al Partido Independiente (PI), meta que era vista como accesible por los militantes, porque “el PI es un partido burgués sin militantes voluntarios” y tampoco tenía competencia interna, asegura el libro. Además, desde UP consideraban que también era una forma de rebatir el argumento que esgrimían muchos medios para no entrevistarlos por no contar con representación parlamentaria.

Según cuentan los candidatos, el plan de comunicación del partido partía de que “la carta fundamental del gobierno contra la UP fue al principio la conspiración del silencio”, y que al comenzar la campaña, dos tercios de los uruguayos no sabían que el partido existía. Ante una eventual “campaña de calumnias contra la UP”, el partido tenía un fondo reservado que permitiera a los candidatos “una gira de respuesta inmediata de los integrantes de la fórmula por los 19 departamentos”. La estrategia de UP contó también con una gira “post-electoral” que funcionó a modo de “rendición de cuentas” y que contó con la presencia del diputado electo por el partido, Eduardo Rubio.

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