La espera es un rasgo que caracteriza a los trabajadores de la aerolínea de bandera uruguaya, Alas Uruguay. Tres años esperaron desde el cierre de la ex Pluna para que, también con alguna demora, llegara al país el primer avión de la empresa administrada por sus trabajadores. Si bien estaba previsto para las 17.30 de ayer, el vuelo recién llegó al Aeropuerto de Carrasco una hora y 45 minutos después, luego de haber sido demorado por Migraciones en la terminal aérea de Porto Alegre, donde la aeronave estaba siendo acondicionada.
Compartir la alegría
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, no asistió a la presentación del primer avión de la futura aerolínea porque cerró el primer Foro Internacional de Puertos, celebrado ayer. No obstante, Rossi dijo a la diaria que mantuvo una reunión ayer con la directiva de Alas U, en la que “compartimos la alegría de la llegada del primer avión”. Los representantes le informaron de “la situación de la empresa y de los pasos que tienen previsto tomar”. Rossi, quien previamente había tomado distancia, reiteró que “es un proyecto muy valiente que asume enormes riesgos”, pero sostuvo “que sería muy bueno que fuera exitoso, para ellos [por los integrantes de Alas Uruguay], pero mucho más para Uruguay”.
A las cinco de la tarde eran más de 300 las personas que esperaban en los pocos espacios de sombra del galpón del aeropuerto viejo, previsto para alojar en la espera a autoridades, prensa, y familiares y amigos de los trabajadores.
En diálogo con la diaria, la dirigente de la empresa Sabrina Acevedo explicó que actualmente la aerolínea da trabajo a 55 trabajadores de la ex Pluna y se prevé que para octubre de este año la cifra ascienda a 220. Además, no ocultó la emoción que la llegada del avión generaba en ella y en el resto de los trabajadores, algo para lo que pusieron “mucho esfuerzo” y de lo que estuvieron “siempre convencidos”, aunque admitió que ahora llega una etapa de mucha responsabilidad en la que tienen que “demostrar”. Acevedo informó que la empresa está abriendo en varias bases aéreas del exterior, y que también está trabajando en el área comercial, al igual que para obtener las certificaciones que les permitan operar. El segundo avión de la aerolínea está siendo acondicionado en Porto Alegre, y se prevé que también llegue en los próximos días. Los trabajadores estiman que en poco tiempo despegará el primer vuelo a Asunción, y que en dos meses estarán cubriendo todos los destinos que se proponen alcanzar (entre ellos, Río de Janeiro, San Pablo, Buenos Aires y Santiago de Chile).
César Iroldi, dirigente de la empresa, indicó que actualmente quedan 11 millones de dólares en la línea de crédito que les aprobó el Fondo de Desarrollo (Fondes), que inicialmente fue de 15 millones. Al respecto agregó que para lograr el financiamiento, los trabajadores debieron pasar por cinco etapas “muy exigentes” y las sortearon con éxito.
Arribos
A medida que pasaba el tiempo, la impaciencia crecía y varias de las autoridades que se habían acercado a saludar se retiraban por temas de agenda. Pese a que no concurrió el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, que a esa hora se encontraba en otra actividad (ver recuadro), sí lo hizo su antecesor Enrique Pintado y también la actual ministra de Turismo, Liliam Kechichián. Consultada por la diaria acerca de cuál será el vínculo del nuevo gobierno con la aerolínea, la ministra señaló que “todo aquello que mejore la conectividad del país” tendrá un buen relacionamiento con el ministerio que comanda. Acerca de este tema, Iroldi respondió que aún no tienen elementos para juzgar si el vínculo con el gobierno cambiará, porque las nuevas autoridades recién se están instalando.
Ya con las luces de la pista encendidas, el avión Boeing 737-300 que en letras azules tiene pintado el nombre de Alas Uruguay, hizo primero una recorrida de demostración para después aterrizar definitivamente y ser “bautizado” por dos chorros de agua que venían desde dos carros de bomberos, como se acostumbra ante este tipo de hechos aeronáuticos. Apenas se pudo ver el avión en el cielo comenzó el aplauso, que se reactivó al momento del aterrizaje y de la bajada de quienes venían con él desde Porto Alegre. En un acto que se volvió emotivo y también patriótico sobre el final, quienes esperaban comenzaron a agitar banderitas de Uruguay y una vez en la pista, antes de una nueva ronda de abrazos y saludos, se entonaron las estrofas del Himno Nacional.