La Red de Género de la zona 14 de Montevideo organizó ayer una charla en la que se discutió acerca de la imagen de la mujer en los medios de comunicación. Lilián Celiberti, de Cotidiano Mujer y la Coalición por una Comunicación Democrática, centró la mayoría de su exposición en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Celiberti sostuvo que este año estará pautado por la “disputa” sobre la reglamentación de la norma, y en particular habló del artículo 29, que refiere a la prohibición de discriminación hacia determinados colectivos a partir de otras leyes uruguayas y convenciones internacionales, y que es una de las partes de la ley que fue impugnada por los medios audiovisuales privados. Además, señaló que desde su punto de vista ese artículo es “escaso” para regular en la materia, porque tiene “un nivel de generalidad muy grande”.
No es lo mismo
Virginia Martínez, ex directora de Televisión Nacional de Uruguay, lamentó que cada vez que se hable de regulaciones a los medios siempre se la asocie “deliberadamente” a la censura, y los únicos marcos legales de referencia sean los de Argentina y Venezuela. De todas formas, señaló que sería bueno que también se impulse la autorregulación de los medios, para que se constituya un espacio en el que el resto de la sociedad pueda opinar sobre la explicitación de las pautas de determinado medio de comunicación.
Celiberti sostuvo, además, que la formación de los ciudadanos sobre los medios de comunicación se vuelve fundamental para el debate democrático, y aseguró que el país necesita una sociedad activa y crítica en relación a los medios. Según dijo, le gustaría que gran parte de la población rechazara “cuando [Marcelo] Tinelli le corta una pollera a una mujer” o que existieran miles de quejas cuando una mujer en ropa interior aparece promocionando un auto. Como ejemplo de malas coberturas periodísticas nombró la de Subrayado, cuando una adolescente de 15 años fue asesinada en Maldonado y ese medio informó cuestiones de su vida privada, como la relación que tenía con sus padres o cómo se vestía, “como si eso importara”.
Espacio publicitario
Sabrina Martínez, del instituto de educación sexual Sexur, consideró que en los medios audiovisuales “sigue faltando la diversidad” en la representación de mujeres y varones. Al respecto, consideró que los estereotipos que se forman en los medios “establecen mitos, tabúes y prejuicios” y “normas sobre lo que está bien o mal”, debido a su importante rol constructor del sistema de valores de una sociedad.
En relación a la imagen que los medios presentan de las niñas, Martínez apuntó que “el prejuicio de la niña princesa está muy presente” y que en general, mayoritariamente hablan de los niños en casos de tragedias. Acerca de la imagen de las adolescentes, indicó que esa franja etaria casi siempre aparece representada como un problema, ya sea por el embarazo, por ser víctimas de violencia o como potenciales criminales. Además, señaló que el cuerpo de las adolescentes a menudo aparece “cosificado” y que los medios buscan generar modelos del deber ser que están especialmente destinados a mujeres jóvenes.
Sobre la mujer adulta, sostuvo que aparece principalmente representada como consumidora y a la vez como objeto de consumo, y agregó que la relación mujer-madre suele aparecer “como una díada inseparable”, algo que también ocurre con la relación madre-abuela en las mujeres de la tercera edad. Martínez analizó que otra forma de representación de las mujeres es en función de una pareja heterosexual, y también que las mujeres de 40 años son el principal objetivo de los productos de belleza. Para que la sociedad sea más consciente de esta situación, entre otras cosas reclamó un sistema de formación sexual “mucho más amplio que el actual”.
Acerca de la publicidad, el integrante de la Mesa de Equidad y Género de la Intendencia de Montevideo Mauricio Ostria señaló que “estimula valores sexistas, individualistas y posesivos”, y se mostró extrañado de cómo en Uruguay “no existe un movimiento contra la publicidad”. Ostria analizó varias publicidades, entre ellas las de toallitas higiénicas femeninas, de las que dijo que abordan la menstruación como “tabú”: esa palabra nunca es nombrada y abunda el color blanco, sin que nunca esté presente el rojo de la sangre.