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Milonga en la plaza del Entrevero. Foto: Javier Calvelo (archivo, octubre de 2009)

Un corte y una quebrada

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Instituciones públicas evalúan caso de dos mujeres que fueron expulsadas de milonga en Plaza del Entrevero por bailar tango juntas.

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El domingo de tardecita era poca la gente que circulaba por el centro de la capital, zona que ofrece varias ofertas culturales. Una de ellas fue el espectáculo Mujeres de las dos orillas, que Liliana Herrero y Ana Prada ofrecieron en la sala Zitarrosa, en la avenida 18 de Julio y Julio Herrera y Obes, justo enfrente de la Plaza Fabini, más conocida como del Entrevero. Junto a otras amigas, Lucía y Florencia, que estaban esperando para ingresar a la sala, vieron que en la plaza, como casi todos los domingos, había una milonga y mucha gente bailaba tango.

Como Lucía es profesora de tango y Florencia estaba tomando clases, decidieron ponerse a bailar mientras hacían tiempo, pero se sucedió una serie de hechos que las dejaron sorprendidas e indignadas. A la mitad del primer tango que bailaban, una mujer se acercó a ellas y les dijo que no estaba permitido que dos mujeres conformaran una pareja de baile. Al principio, ambas pensaron que se trataba de una broma, por lo que siguieron adelante. Esto motivó que la mujer las tomara del brazo y les reiterara la prohibición. Las dos jóvenes preguntaron de dónde provenía la prohibición, a lo que la mujer respondió que de la Intendencia de Montevideo (IM). Enseguida se acercó otro hombre, apodado el Oreja, que en nombre de la organización de la actividad les dijo: “Acá no queremos ni maricones ni tortas. Acá no pueden bailar y es una falta de respeto que estén haciendo cosas inadecuadas”, según explicó Florencia a la diaria. Además, el hombre les dijo que entre la concurrencia había “niños y familias”, que no podían ver “ese tipo de cosas”.

Entrar en razón

La protagonista explicó que con su amiga intentaron argumentar que lo que les decían no tenía sentido, pero indicó que “fue imposible” porque las personas de la organización no tenían el menor interés en escucharlas. Es más, al poco rato el hombre interrumpió la música, tomó un micrófono y por los parlantes dijo que “había pasado algo y que dos personas habían empezado a actuar de una forma inadecuada”, contó Florencia.

En una mezcla de impotencia e indignación, las jóvenes se dirigieron a la sala Zitarrosa, donde se cruzaron con su director, el músico Jorge Schellemberg, a quien le comentaron lo sucedido. Schellemberg inmediatamente fue a la plaza con la intención de hablar con los organizadores, pero tampoco tuvo suerte: lo invitaron a retirarse, advirtiéndole que terminaría “en el hospital”. Después de eso el director de la sala Zitarrosa informó de la situación a jerarcas de la IM. Florencia dijo que no entiende por qué, al verlas bailar, los organizadores de la milonga dedujeron que eran lesbianas, y expresó su rechazo a ese tipo de prácticas discriminatorias en caso de que efectivamente lo fueran.

Esa misma noche, la situación comenzó a ser difundida en las redes sociales. Desde allí se convocó una “milonga inadecuada”, en la que se invita a varones y mujeres de todas las edades a concurrir el domingo 22 a las 20.00 para bailar tango en la Plaza del Entrevero, en rechazo a la actitud de los organizadores de la milonga. Además, en las próximas horas las protagonistas de la situación presentarán una denuncia formal, probablemente ante la Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda forma de Discriminación.

En diálogo con la diaria, el director de Cultura de la IM, Héctor Guido, informó que los directores de distintas dependencias departamentales involucradas comenzaron ayer a intercambiar información sobre el tema. El jerarca aclaró que la IM no es la que organiza la actividad, sino la que da el permiso para que se use el espacio, y que aún no se ha identificado a los organizadores. No obstante, sostuvo que los jerarcas se sienten “responsables por el nivel de convivencia y de respeto que deben existir en el espacio público”, y definió al hecho como “un momento de intolerancia que no se debe aceptar así nomás y dejar pasar”, por lo que estudiarán qué acciones tomar.

Consultada sobre el caso, la directora de la Secretaría de la Mujer de la IM, Elena Ponte, lamentó que esto ocurriera, especialmente en el Mes de la Mujer, en el que a modo consigna la IM hace énfasis en “el disfrute de la ciudad” por parte de las mujeres.

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