Ingresá

Luis Almagro en la toma de posesión como nuevo secretario general de la Organización de Estados Americanos, ayer, en Washington, Estados Unidos. Foto: Lenin Nolly, Efe

Rezo por vos

2 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Con énfasis en los derechos y citas al papa Francisco, Almagro asumió al frente de la OEA.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Luis Almagro ya es el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Se convirtió ayer en el segundo uruguayo en ocupar ese cargo luego de que entre 1956 y 1968 lo hiciera José Antonio Mora. Asumió al caer la tarde, a seis cuadras de la Casa Blanca y a pocos metros del lugar donde hace un mes fue votado por los cancilleres del continente. Acompañado por su termo Stanley de color verde, reconoció su nuevo despacho y se tomó fotografías con su amigo y asesor Luis Porto. “Su compromiso denota esperanza, en su tarea tendrá que enfrentar algunos problemas que surgirán, e incluso tendrá que hacer tambalear el statu quo en algunos casos”, advirtió Neil Parsan, presidente del Consejo Permanente de la OEA, al inicio de la ceremonia, dirigiéndose al propio Almagro.

Con los representantes de los 34 países miembros activos de la institución, salvo Cuba, y todos los invitados especiales de pie, el presidente del Consejo Permanente invistió a Almagro. El ex canciller uruguayo posaba de perfil, a un costado. Por un instante se lo vio emocionado. Fue cuando el aplauso, más cerrado, parecía abrazarlo. Un mensaje de José Mujica (de viaje por Europa) le recordó, quizá, el origen de todo. “Me hubiera gustado darte un abrazo al asumir”, escribió el ex presidente. Y agregó: “La OEA necesita un líder con humildad, mucho diálogo y trabajo. No te será fácil como no ha sido nada para nosotros, pero cuando te dije ‘Dale, presentate’ es porque estaba seguro de que los principios y los valores con los que trabajamos juntos son los que necesita la OEA”.

En su primer discurso, Almagro citó al papa Francisco, en lo que podría interpretarse como un guiño a muchos de los países del continente, con una fuerte tradición católica, y, más precisamente, a quien oficia como mediador en el deshielo entre Estados Unidos y Cuba. “Él decía que los esfuerzos por tender puentes, buscar el entendimiento, nunca son en vano [y] señalaba que todas las guerras, las luchas, los problemas que no se resuelven se dan por falta de diálogo”, recordó. También hubo referencias para el sacerdote salvadoreño Óscar Romero: “Si las dos partes de un conflicto solamente van a defender sus posiciones, saldrán como han entrado”. Y frente a un hemisferio al que caracterizó como “harto de exclusión [...], cansado de racismo, de persecución, de prejuicios y antagonismos estériles”, describió la misión de la organización como “la voz que no calle ni transe ante las violaciones de derechos humanos”.

“No me interesa ser el administrador de la crisis de la OEA, sino impulsar su renovación”, reiteró durante su intervención. Anunció además que dará a la OEA “un modelo de gestión moderno”. Detrás de la mesa con forma de u que ocupaban los representantes de los países ante la OEA, lo seguía con atención Edison Lanza, el uruguayo que se desempeña desde octubre como relator especial para la Libertad de Expresión. En el otro extremo estaban el ex prosecretario de la Presidencia Diego Cánepa y el embajador uruguayo en Washington, Carlos Pita. Casi al final, Almagro pidió a los países de América “elecciones transparentes, en los tiempos constitucionales establecidos”, y compromiso con “los valores esenciales de la democracia”. También mencionó la presencia de Cuba en la última Cumbre de las Américas y dijo que trabajará por integrar a Cuba al seno de la OEA. Pero, muy medido, pidió “respetar tiempos y procesos”.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura