Pedro Bordaberry: Yo me siento orgulloso de ser uruguayo cuando veo cómo tratamos aquí el tema de los Panama Papers. Mientras que en todo el mundo los periódicos se afilaban las uñas para ensuciar el buen nombre de personas que simplemente estaban apostando a un futuro mejor, El Observador y Búsqueda decidieron mantener los nombres de los acusados en reserva.
Verónica Alonso: Ojo que Búsqueda publicó todos los nombres.
Pedro Bordaberry: ¿Búsqueda? No puede ser. Ni lo leí porque daba por descontado que no íbamos a aparecer.
Verónica Alonso: Lo que pasa es que justo Danilo Arbilla no aparecía en ningún documento. De todas maneras, creo que sería un buen momento para legislar sobre el manejo de la información sensible.
Rafael Michelini: Esto es un escándalo, la oposición quiere legislar para protegerse de los escándalos por sus maniobras turbias.
Pedro Bordaberry: ¿La oposición? ¿Y qué pasa con la esposa de Nin Novoa? Acá los Damiani tienen el récord de participación en sociedades offshore.
Rafael Michelini: Eso es diferente. Cualquiera que haya visto las tapas de la revista Caras sabe que entre ellos hay un amor que va más allá de la política, y que se fue forjando en encuentros en casas de amigos donde la cercanía era cada vez mayor. No sé, por lo menos eso dice en los recuadros de Caras. Yo la leo cuando voy al dentista.
Verónica Alonso: Ah, no, momento, Nin Novoa tiene una pareja que aparece en los Panama Papers y es un triunfo del amor, yo tengo una pareja que aparece en los Panama Papers y soy una villana.
Rafael Michelini: Lo que pasa es que en su caso, señora Alonso, hubo un matrimonio por interés, un caso paradigmático de billetera mata galán. O por lo menos eso es lo que dice Daniel Alejandro. Lo sigo en Twitter cuando las sesiones son muy aburridas.