El matutino El Observador divulgó ayer un informe del Banco de Desarrollo de América Latina según el cual Montevideo es una de las ciudades de Latinoamérica en donde el transporte público está peor evaluado.
Desde la Intendencia de Montevideo (IM) aseguraron que la cuestión preocupa, aunque no la consideran grave, ya que, según explicó uno de sus jerarcas, “cuando concretemos la reforma de 18 de Julio, la gente ya no se va a quejar del transporte, sino del tránsito”.
De prosperar esta reforma, solamente podrán circular por la avenida ómnibus y bicicletas, y no vehículos particulares. La empresa transportista CUTCSA se opone a este cambio, aunque no por sus aspectos logísticos. El presidente de la compañía, Juan Salgado, explicó que “si se concretan los cambios que propone la IM, los grandes perjudicados van a ser los usuarios. La van a pasar mal. Y ese es nuestro trabajo, no el de las autoridades. Zapatero a tus zapatos”. Para el empresario, el proyecto de la IM podría hacer que guardas y conductores quedaran obsoletos. “Lo de los vehículos conducidos de forma automática va a llegar inevitablemente. Lo único que les queda a los trabajadores del transporte, lo único en lo que ninguna máquina los va a poder sustituir es en arruinarles el día a los montevideanos. Primero fueron las máquinas expendedoras de boletos, que se quedaron con el trabajo de buena parte de los guardas. Ahora, con esto les van a quitar el trabajo al resto de los guardas y a todos los conductores. Las autoridades tienen que ser más sensibles”.
Fuentes de la comuna reconocieron que la postura de Salgado es “comprensible”, ya que “a nadie le gusta quedar obsoleto”. De todas maneras, señalaron que se está trabajando en un plan para que los trabajadores del transporte puedan hacer sentir miserables a los montevideanos desde otros lugares. “A lo mejor, podemos colocarlos en los mostradores de la IM. Desde allí se tiene una capacidad mucho mayor para provocar disgustos en la población que desde arriba de un ómnibus”, señaló.