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Cuestionamiento al uso de la categoría de bullying: uno de los temas planteados en la jornada sobre educación sexual

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El Programa de Educación Sexual (PES) de la Administración Nacional de Educación Pública cumplió diez años desde que se aplica en las aulas, y después de presentar, a principio de año, una evaluación sobre su trayectoria, el PES organizó la jornada internacional Educación sexual en el sistema educativo: vigencia y perspectivas, que se celebró ayer. Según explicó el coordinador del programa, Diego Rossi, el objetivo era analizar con académicos, docentes y técnicos de distintas disciplinas “por dónde podríamos profundizar la educación sexual en el sistema educativo”, y se plantearon cuatro posibles líneas de trabajo sobre las que la educación sexual “puede y debe dar respuestas y herramientas”: masculinidades, embarazo en la adolescencia, redes sociales y violencias.

En la mesa que abordó el tema de las violencias, Andrea Tuana, directora de la ONG El Paso, planteó la problemática que suponen los embarazos forzosos, aquellos que surgen de “relaciones abusivas entre adolescentes y adultos”, aunque las adolescentes o niñas presenten a sus parejas como “el novio” o “mi marido”. Estas relaciones, describió, están marcadas por una diferencia de edad entre el adulto y el niño o adolescente de al menos diez años, involucran a niñas menores de 14 años y son abusivas porque “independientemente de la voluntad, de la elección, cuando nosotros hablamos de relaciones violentas o donde existe abuso de poder y un abuso sexual por parte del adulto al adolescente, el consentimiento no tiene valor”. Bajo esta perspectiva, los embarazos que resultan de este tipo de relaciones “son situaciones abusivas, es un embarazo forzoso o forzado. Y esa es una consideración muy importante, porque en general, cuando hablamos de embarazo y de maternidad, hay un elenco de medidas y de respuestas que, de alguna manera, tienden a acompañar a esa adolescente en la decisión que pueda tomar respecto a seguir con ese embarazo o no. Pero si nos ubicamos en un contexto en el que pensamos que es producto de una relación de abuso sexual deberíamos tener otros posicionamientos”, apuntó. Tuana explicó que para muchas organizaciones sociales “un embarazo en un contexto abusivo debe ser catalogado como un grave daño para la vida de esa adolescente”. De ahí que consideren que en niñas menores de 14 años, en contextos de relaciones abusivas, “esos embarazos siempre deberían ser interrumpidos”. Tuana reconoció que es un posicionamiento “bastante radical, muy debatible, pero del que estamos cada vez más convencidas”.

Contra el bullying

Diego Sempol, integrante de Ovejas Negras, puso en cuestión la categoría de “bullying” para entender los fenómenos de violencia por orientación sexual, porque, aseguró, “refuerza la heteronormatividad”. “¿Por qué esta categoría ha sido tan seductora, tan eficiente, y ha ingresado a todos los campos, todos los sistemas educativos, desde los más conservadores hasta los más progresistas? Tiene que ver con que la categoría da una respuesta a un problema que es evidente y que no se puede tapar, pero por otro lado es una respuesta de mínima, que contribuye significativamente a despolitizar”, dijo. Explicó que el bullying prevé un agresor y una víctima, “hace un recorte en los individuos”, y propone atender esa situación. “Para la institución y los actores implicados estoy dando una respuesta al problema, pero, al mismo tiempo, en realidad sigo reforzando ciertos implícitos universales que están habitando en mi propia institución”. “Si un gurí le dice a otro ‘puto’, no es sólo porque lo aprendió en el barrio, sino porque en el centro educativo hay una cultura institucional que dice que ciertas formas de habitar la sexualidad o el cuerpo son problemáticas”, afirmó Sempol, y puso como ejemplo también la situación de las mujeres trans. “Puedo ser un director sensible y dejarle que use el baño de los profesores, pero mientras haya baños para nenas y nenes en la institución, y siga pensando que [el concepto de] nenas y nenes tiene que ver con la anatomía, en realidad podré trabajar en la discriminación que vive la persona trans en la clase, pero la lógica institucional está reforzando que ese cuerpo no tiene lugar en la institución”.

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