Ingresá

Andrés Peri, Wilson Netto y María Sánchez, ayer, en la presentación de los nuevos datos de las pruebas PISA. Foto: Federico Gutiérrez

Mala nota

4 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Las pruebas PISA se hicieron por última vez en 2015, y los principales resultados –la evaluación de los desempeños de los estudiantes en ciencias, lectura y matemática– fueron divulgados y generaron bastante repercusión en diciembre de 2016. Pero además de las pruebas propiamente dichas, PISA aplica encuestas a los 6.000 estudiantes relevados sobre diversos temas. Ayer el Programa PISA Uruguay, de la División de Investigación, Evaluación y Estadística de la Administración Nacional de la Educación Pública, presentó algunos de los datos que surgen de esos relevamientos, en tres áreas: el compromiso de los estudiantes con las ciencias, las habilidades socioemocionales y la facultad para resolver problemas de forma colaborativa.

La prueba de 2015 hizo énfasis en las ciencias, y Marcela Armúa, de PISA Uruguay, presentó los datos relacionados con el interés y el compromiso que manifiestan los estudiantes por esa área del conocimiento. La actividad vinculada con las ciencias que hacen con más frecuencia los estudiantes fuera del ámbito curricular es mirar programas de televisión vinculados con la temática: 29% de los estudiantes dijo que “muy a menudo” o “regularmente” mira estos programas de televisión, 21% visita sitios web sobre ciencia y 11% dice asistir a clubes de ciencias. En comparación con el relevamiento de 2006, las dos actividades que aumentaron fueron visitar sitios web y asistir a clubes de ciencia, mientras que en esos años disminuyeron la compra de libros y la lectura de revistas o artículos periodísticos sobre ciencia.

La encuesta también consultaba acerca de qué ocupación se imaginaban los estudiantes, todos de 15 años, que tendrían a los 30 años. 28% de los estudiantes dijeron que se imaginaban que tendrían una ocupación vinculada a las ciencias: 16% mencionó una profesión del área salud, 9% profesionales de ciencias o ingeniería, 2% profesionales de tecnologías de la información y la comunicación y 1% técnicos relacionados con la ciencia. Estos datos son levemente superiores al promedio (25%) de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que organiza las pruebas PISA.

Luego presentaron los datos cruzados sobre las expectativas de ocupaciones vinculadas con ciencias y el desempeño en las pruebas en ciencias, lo que revela que 56% de quienes tuvieron un desempeño de nivel 4 en adelante (las pruebas PISA se miden en niveles de 1 a 6) respondieron que cuando tengan 30 años van a tener una carrera científica; entre los estudiantes con nivel 2 y menos, el porcentaje de interesados en carreras científicas baja a 26%. También se cruzó este dato respecto del nivel educativo de los padres: 40% de los jóvenes de hogares cuyos padres terminaron la educación terciaria quiere estar haciendo algo vinculado a ciencias cuando tenga 30 años.

Acoso

Otro segundo conjunto de datos presentados ayer tiene que ver con las habilidades socioemocionales de los estudiantes. Los resultados determinan que 63% de los encuestados tienen alta o muy alta satisfacción con su vida. En una escala de 1 a 10, el promedio de Uruguay da 7,7 puntos, superior al 7,3 de los países que integran la OCDE. 78% de los estudiantes dijeron sentirse parte del centro educativo, 73% dijo que hace amigos con facilidad y 86% respondió que en el centro hay gente a la que le cae bien. Si bien los datos hablan de grandes mayorías, en la comparación con 2003 y 2012 estos porcentajes han disminuido. Por otra parte, aumentaron algunos indicadores negativos: 24% de los estudiantes dice que se siente como un extraño en el liceo, 21% que se siente raro y 21% que se siente solo. De todas formas, Mariana Sotelo, que presentó los datos, acotó que el sentido de pertenencia también bajó en los países que integran la OCDE.

El cruzamiento de datos da cuenta de que el nivel socioeconómico del hogar de los estudiantes influye en el sentido de pertenencia: a mayor nivel socioeconómico, mayor sentido de pertenencia. Además, los investigadores determinaron que cuando aumenta el sentido de pertenencia al centro educativo, mejoran los puntajes en las pruebas PISA, luego de controlar por las características de los estudiantes y de los centros.

En este apartado también se consultó por situaciones de acoso que sufren los adolescentes: 17% de los estudiantes uruguayos dijo haber sentido algún tipo de hostigamiento en su centro educativo al menos algunas veces al mes; el promedio de la OCDE es de 19%. Entre los tipos de acoso por los que se consulta están los insultos, burlas, golpes o amenazas, o cuando se los deja de lado, se hacen circular rumores desagradables sobre ellos o les sacan o rompen sus pertenencias. Finalmente, el estudio indica que estas situaciones de acoso generan efectos en los desempeños académicos: en los liceos con baja prevalencia de acoso el promedio de resultados de las pruebas en ciencias fue de 448 puntos, mientras que en los de alta prevalencia de acoso el puntaje desciende a 420, lo que constituye una diferencia significativa.

Otros aspectos sobre los que recaba datos la encuesta son el ausentismo y la impuntualidad de los estudiantes. 64% responde que llegó tarde al menos una vez a la semana en las dos semanas previas a la prueba, y 26,3% dice haber llegado tarde a clase tres, cuatro o cinco días de la semana en las últimas dos semanas. Uruguay lidera en ausentismo: 11,5% faltaron al menos una jornada entera, mientras que para los países de la OCDE la cifra baja a 5% y en Chile a 2,2%. De todas maneras, Sotelo arriesgó que “llegar tarde parecería ser un factor cultural”, ya que no se encontró evidencia de que el ausentismo o la impuntualidad tuviera efectos en los resultados de las pruebas de desempeño en ciencias.

Más colaboradoras

En cuanto a la resolución de problemas de forma colaborativa, los estudiantes uruguayos se ubican en el nivel 2 de desempeño, en una escala que va de 1 al 4 y que incluye un nivel de -1 (cuando no hay resolución de problemas). Los resultados ubican a Uruguay con 443 puntos, debajo del promedio de países de la OCDE, que es de 500 puntos. En estas pruebas existen diferencias entre los y las adolescentes: ellas alcanzan los 451 puntos, mientras que ellos llegan a 434.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura