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Bienvenido a la electrodomesticometría

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¿Cuánto gasta cada electrodoméstico?

Comencemos por el principio, seamos honestos y no lo hagamos perder tiempo. Si usted es del tipo de persona que en invierno prende el aire acondicionado a 33 grados y cuando la habitación se calienta mucho abre la ventana, tiene en su casa lamparitas comunes y su freezer tiene tanto hielo que la puerta queda abierta perdiendo frío pero eso no le importa (efectivamente, conozco a una persona que le pasa esto), entonces detenga la lectura, ya que este artículo no le interesará en lo más mínimo. Si, por el contrario, usted es del tipo de persona que tiene un timer en el calefón, pone lamparitas de bajo consumo por toda la casa y apaga el módem antes de salir porque le molesta lo que puedan llegar a gastar esas lucecitas led prendidas todo el tiempo (efectivamente, conozco a alguien que hace esto), entonces le recomiendo continuar la lectura, que sin dudas le resultará interesante.

El presente artículo se enmarca dentro de la ciencia de la electrodomesticometría, cuyo objeto de análisis es el gasto de los electrodomésticos del hogar. Esta disciplina busca conocer cuánto gasta cada aparato en pesos, obviamente, no en kilovatios hora, que es una medida energética que a nadie le importa salvo que sea físico o ingeniero. En línea con el espíritu festivo y amplio que nos envuelve en fin de año, este informe se encargará de los grandes electrodomésticos, pero también de los más pequeños. Porque, como dijo Confucio, “tan importante como tener información para limitarse en el uso de los electrodomésticos de alto consumo es tener información para gastar con tranquilidad los electrodomésticos de bajo consumo”.

(Aclaración previa y final: las siguientes líneas no son, ni de cerca, un estudio sesudo y científico sobre el tema. Son nada más ni nada menos que un conjunto de observaciones y cálculos caseros de un simple mortal, ajeno a los intrincados recovecos de las leyes de Maxwell, pero apasionado por el conocimiento sobre el gasto eléctrico de sus aparatos. Para mayor detalle metodológico, ver ficha técnica.)

La cocina

Si hay un lugar donde los electrodomésticos reinan es la cocina, así que empecemos por aquí. De todos los electrodomésticos de la cocina, la heladera debe ser el que más gasta. Mantener sus productos refrigerados durante un mes le costará 205 pesos en una heladera clase A; si usted tiene una heladera vieja que heredó de sus suegros, gastará 350 pesos por mes.

El resto de los electrodomésticos son menos gastadores: la vaporera le permitirá cocinar un zapallo al vapor durante 45 minutos por tres pesos; la jarra eléctrica le proporcionará un litro de agua hirviendo por un peso (un valor despreciable al lado de los diez pesos que le cuesta la cebadura de yerba, ese oro verde); la panificadora le proporcionará el placer de levantarse de mañana con olor a pan recién hecho por la módica suma de tres pesos de electricidad (si le suma el costo de la harina y el resto de los ingredientes anda por los 15 pesos, un monto irrisorio al lado de los 44 pesos del pan flauta del supermercado); cocinar un pollo durante una hora en un horno eléctrico le sumará siete pesos a su factura de UTE; mantener congelados sus alimentos en un freezer vertical durante un mes le costará 67 pesos.

Si de mañana quiere desayunar, no se haga problema: ponga tranquilamente dos rebanadas de pan en la tostadora, que en cinco minutos se convertirán en ricas tostadas por tan sólo 40 centésimos. Entretanto, el microondas le calentará en dos minutos su café con leche gastando 16 centésimos. (Información adicional sólo para nerds: el panel led que indica la hora y siempre está prendido representa un gasto de nueve pesos por mes; si su microondas tiene el irritante defecto de mantener la luz interna prendida en tanto la puerta queda abierta –al mío le pasa–, y olvida cerrar la puerta durante toda la noche, entonces habrá dilapidado dos pesos).

¿Todavía lava los platos a mano? ¡Pffff...!, qué anticuado. Por tan sólo siete pesos de electricidad, un lavavajillas de 14 cubiertos le ahorrará una hora fregando platos y ollas. Si quiere algo más pequeño, el lavavajillas de seis cubiertos hará ese trabajo, en su programa normal, por tan sólo cinco pesos.

El baño

El baño, ese lugar húmedo donde habita el terror de la factura de UTE: el calefón. Según la Dirección Nacional de Energía, 37% de la energía eléctrica se dedica a calentar agua. Existen estudios pormenorizados sobre este elemento, que dependen de cuántas veces se vacía este, qué temperatura hay en el exterior, a qué temperatura quiere uno el agua caliente, etcétera (para profundizar en este tema, es muy recomendable la página www.google.com). Según el cartelito del lugar donde los venden, un calefón con una extracción completa diaria de agua caliente consume 412 pesos. Según los cálculos que ha podido hacer un servidor, un mes de calefón cuesta, en el caso de un hogar con dos adultos y un bebé que se bañan (casi) todos los días, 654 pesos.

El lavarropas es un electrodoméstico fantástico y sorprendente; es imposible pensar la vida moderna sin un aliado tan fantástico. Aquí la clave radica en si se usa agua caliente o agua fría. Si usa agua bien caliente (90 o 70 grados), puede llegar a gastar unos diez pesos por lavado. Con agua no tan caliente (40 grados), entre dos y tres pesos. Si usa agua fría, el programa normal gasta un peso, mientras que el programa rápido de diez minutos gasta 25 centésimos. Antes de conocer estos datos, en mi casa era pecado prender el lavarropas sin que estuviera lleno; ahora, luego de conocer la verdad, si el pronóstico es que mañana va a arrancar a llover por tres días, se lava lo que haya, así sean un par de calzoncillos y unas medias, con una sonrisa pintada en la cara por la satisfacción de saber que esa operación provocará un aumento de apenas un peso en la factura de UTE.

Los médicos aconsejan, después de la ducha, no salir del baño con el pelo mojado en invierno. ¿Para qué correr el riesgo de engriparse, si por 20 centésimos el secador de pelo le dejará el pelo seco en tan sólo un minuto?

Los cuartos

Aire acondicionado, otro tema fundamental. Según un relevamiento realizado por SEG Ingeniería, el aire acondicionado es la opción más barata para calefaccionarse en invierno. Para tener una idea del gasto, aquí van algunas mediciones caseras de un aire acondicionado Inverter de 9000 BTU, para calefaccionar un cuarto de 20 metros cuadrados: noche del 23 de abril, a 20 grados: 14 pesos; noche del 15 de junio, a 18 grados: 24 pesos; 14 noches seguidas en julio, a 18 grados: 396 pesos.

Del otro lado de la escala de eficiencia energética se encuentra la pequeña y práctica estufa halógena. Y sí, uno está en el supermercado, la ve, sabe que se viene el frío y bueno, la compra, por 700 pesos es una verdadera ganga, cómo decir que no. El problema es que luego uno llega a casa, la prende una horita nomás y, sin saberlo, habrá incrementado en nueve pesos la factura de UTE. Así que, ¡cuidado!

¿Y en verano? Hasta el momento no hemos obtenido registros para el aire acondicionado. Pero sí para el ventilador. Si usted es de los que se duermen con el ventilador prendido y lo deja toda la noche, tenga cuidado porque se puede enfermar, pero no se preocupe tanto por el costo, porque será de tan sólo dos pesos.

Si está leyendo este artículo con la luz de la portátil prendida, debería saber que una hora de lectura le costará 43 centésimos con una lamparita incandescente de 60 watts, y seis centésimos con una lamparita de bajo consumo de 8 watts.

El living

¿Le gusta el fútbol? Dos horas de televisión para ver el partido de Barcelona con Real Madrid le costarán 50 centésimos. Llamativamente, ver el partido de El Tanque Sisley con Sudamérica cuesta exactamente lo mismo. Si el partido es malo, suba el volumen del minicomponente nomás, que a veces es mucho mejor escuchar al relator de la radio y fantasear con los jugadores haciendo piruetas, y además le costará sólo 13 centésimos.

Qué linda la Navidad, qué lindas las luces del arbolito. Dejarlo prendido durante 12 horas iluminará su hogar con alegres colores, al módico costo total de 30 centésimos.

Hasta aquí las medidas que teníamos para compartir. Esperamos que le permitan tomar mejores decisiones de consumo eléctrico, o que siga tomando las mismas pero con mayor información y paz espiritual. Y por favor, no se haga mala sangre con la factura de UTE ni la suba de tarifas; recuerde, como dice ese famoso proverbio escocés, que la sonrisa cuesta menos que la electricidad, y da más luz.

Ficha técnica | Los datos recabados son de medidas eléctricas tomadas en una casa habitada por dos adultos y un bebé de menos de un año. El precio que se utiliza para hacer los cálculos es el de la tarifa residencial simple en el segundo escalón (entre 101 y 600 kWh mensuales): 5,931 pesos $U/kWh más IVA. O sea, básicamente se multiplica el consumo eléctrico del electrodoméstico por 7,2 pesos. Vale aclarar que la suma de todos los gastos de los electrodomésticos no será igual a la factura, porque esta incluye cargo fijo y el primer escalón de la tarifa tiene un precio menor. Adicionalmente, si usted tiene otra tarifa o está colgado, los cálculos podrían no ser precisos para su caso específico. Se agradece especialmente a los ingenieros Ruiz y Azarola y al economista Gerschuni por algunas medidas de electrodomésticos que el autor del artículo aún no posee.

Una versión previa de esta nota fue publicada en Razones y personas.

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