El viernes se produjeron decenas de miles de ataques informáticos en casi 100 países por parte del virus Wannacry, que encripta archivos en la computadora atacada y pide un rescate para liberarlos. En caso de que el dinero no se pague, los archivos son destruidos. La magnitud de este ataque puso en alerta roja a muchos gobiernos, pero no a todos. En el caso de Estados Unidos, la situación no generó demasiada alarma, ya que, según explicaron desde la Casa Blanca, “toda la información sensible de nuestro gobierno es robada más o menos una vez por año y publicada en Wikileaks”.
En Uruguay la situación es muy diferente. Desde el gobierno reconocieron que existe “preocupación” por este asunto. Uruguay no fue atacado, pero es precisamente este el motivo por el que preocupa la situación. “Cuando escuchamos que estaba circulando por todo el mundo un virus que secuestraba y destruía archivos, creímos que estábamos ante una oportunidad irrepetible para deshacernos de toda la información que tenemos sobre contratos con empresas multinacionales, exenciones fiscales, espionaje militar en democracia, el destino de los desaparecidos, y muchas cosas por el estilo que, con esto de las leyes de acceso a la información pública, estamos obligados a compartir. Y por eso tenemos todo abierto, pero siguen sin atacarnos. Desinstalamos todos los antivirus, tenemos las computadoras conectadas a internet las 24 horas, pero nada”, reconoció un funcionario de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento.
De todas maneras, fuentes del Ministerio de Defensa Nacional reconocieron que allí se está trabajando, “desde los tiempos en que Eleuterio Fernández Huidobro era ministro”, en desarrollar un virus propio para eliminar información sobre el destino de los desaparecidos durante la dictadura. “El Ñato estaba muy entusiasmado. Hasta se puso a estudiar informática para encargarse él mismo”, aseguró la fuente consultada.