Este año se cumplen 15 años de la creación de la marca de indumentaria autoral Ana Livni. Para celebrarlo, la diseñadora y su compañero de creación, Fernando Escuder, decidieron organizar el espectáculo TANGOtex, un evento que también conmemora los 100 años de La cumparsita, el miércoles 23 a las 20.00 en el Teatro Solís. Las melodías de los actos fueron creadas por Luciano Supervielle, en un espectáculo que mezcla moda, música, danza y arte, siempre con la premisa de fomentar la “moda lenta”.
Ana Livni explica el concepto, que integra a todos sus productos: “No al consumismo, sí al consumo ético y responsable”. Para la creadora, sus diseños cuentan una historia a través de los años y son como el capítulo de un libro. “Cada colección o línea de productos está unida a la anterior. Guarda una unidad cromática, un concepto morfológico. Desde ese lado vamos creando. No desechamos, al revés: sumamos. La idea es la adición y no el descarte”.
Livni relató que no es poco común que la gente compre una prenda y a los dos o tres años vuelva porque la quiere seguir usando, pero con cambios. “Nuestros diseños tratan de inducir a que el cliente use las prendas de otra manera. Jugamos mucho con la metamorfosis y la transformación. El producto va por delante de la marca. La gente ve una prenda e identifica que es de Ana Livni porque una de las cosas que hacemos es, por ejemplo, no jugar con los colores del momento”. Livni comentó que desde 2005 trabajan con el concepto de la moda lenta, que se contrapone a la moda rápida, “fast fashion” o de descarte. “Nunca estuvimos dentro de la cadena del negocio de liquidar, vender y volver a hacer. No creamos algo para después decir que lo que compraron ya no se usa”, dijo. La diseñadora comentó que en estos 15 años ha mantenido una identidad definida: “No es que un año seamos maximalistas, al otro minimalistas y después hindúes. Retomamos molderías, estampas y conceptos para generar historias que tienen que ver con la anterior”.
Un diferencial de las creaciones de Livni es que es son prendas confeccionadas en Uruguay, aunque hay materias primas regionales, como la lana, pero la producción siempre es local. “Hemos exportado pero nunca importado”, aclara.
La organización de un espectáculo a la medida del Solís les llevó dos años. “En el evento hay un relato sobre la forma en la que vemos el diseño, conjugado con la música y con nuevos sonidos. Es una revisión desde un lado personal. Son guiños de tango. En cuanto a los colores, va a haber rojos, negros, blancos”, dice en referencia a los típicos, “pero también habrá colores del atelier”. La elección del lugar no fue casual. Podría haber sido un hotel u otro espacio, pero en todas las presentaciones se decantan por un sitio que cuente una historia que tenga que ver con la cultura y el arte. “Siempre elegimos lugares que nos conmuevan. La última presentación individual fue en el Museo de Artes Visuales, antes estuvimos en el Palacio Santos y en una fábrica textil que había cerrado. Buscamos lugares que nos aporten una historia, generalmente unida al arte y la cultura”, dice Livni.
La escenografía fue realizada por Beatriz Arteaga, que viajó especialmente desde Bélgica, donde reside. El espectáculo en sí –hasta donde pudimos saber– contará con bailarines y modelos y se dividirá en tres actos, con una historia y una musicalización especial. Las entradas se pueden adquirir en la boletería del teatro o mediante Tickantel desde $ 150 a $ 400.