“El drama de los funcionarios y ex funcionarios del gobierno de Michel Temer que no tienen espacio en sus casas para guardar todo el dinero que robaban”. Así se titula un informe publicado por la revista Veja pocos días después de que la Policía descubriera 16 millones de dólares en efectivo en el departamento de Geddel Vieira Lima, ex ministro del actual presidente brasileño. Este informe documenta varios casos de jerarcas que deben vivir “rodeados de cajas y valijas de billetes, con dificultades para desplazarse dentro de sus propias casas”, una situación que se vuelve “especialmente dramática” cuando el dueño del dinero está bajo arresto domiciliario. Varios economistas alertaron sobre los efectos negativos que puede tener la corrupción sobre la economía. “Si la Policía sigue incautando dinero mal habido, los corruptos van a empezar a querer gastarlo antes de que se los descubra. Esto podría tener un impacto muy fuerte sobre la inflación”, reconoció una fuente del equipo económico del gobierno. Es por esto que se está manejando la posibilidad de establecer una divisa paralela que pueda ser usada específicamente para coimas y dinero sucio en general. “La corrupción en este país es una verdadera industria paralela. Ya es tiempo de que tenga sus propia divisa”. Una de las ventajas que tendría esta medida es que, según la información que maneja el gobierno, la inmensa mayoría del dinero que reciben los corruptos es gastado en los mismos rubros: residencias de lujo, autos alemanes, prostitución y joyas. “Esta nueva divisa casi no contaminaría la economía real”, explicó el funcionario consultado.
Los impulsores de la propuesta dan por descontado que recibirá la aprobación parlamentaria necesaria, ya que “la inmensa mayoría de los legisladores tiene en su poder dinero sucio, y los que no, no se animan a decirlo para no quedar como unos idiotas, o, peor aun, como personas que no apoyan la corrupción y por lo tanto no estarían dispuestas a recibir sobornos”.