Sérgio Moro, el ministro de Justicia de Brasil, renunció a su cargo la semana pasada por discrepancias con el presidente Jair Bolsonaro. La situación del mandatario es cada vez más delicada, ya que varios de sus aliados más cercanos se están volviendo contra él, fundamentalmente porque discrepan con su estrategia de combate al coronavirus. Ayer Bolsonaro negó que su cargo esté en peligro, y dijo que planea terminar su mandato “con la ayuda de Dios”, pero a las pocas horas este se comunicó con el mandatario y le confesó que ya no podía hacer nada para ayudarlo.
Una fuente del gobierno brasileño relató que el Creador “le explicó a Bolsonaro que quienes intentan derrocarlo ya tienen demasiada fuerza, y que ahora ni Él puede detenerlos”. La fuente consultada opinó además que si llega el momento en que Bolsonaro y el vicepresidente Hamilton Mourão se enfrentan en forma abierta, Dios seguramente termine inclinándose por el segundo. “El Señor vio con muy buenos ojos que Bolsonaro hablara tanto de Él y le diera un lugar tan importante, pero con el tiempo se fue dando cuenta de que el presidente es demasiado místico. Porque si bien Dios es una divinidad, hasta Él entiende que a veces se necesita un poco de racionalismo para que el mundo siga andando”. Según la fuente, “si Bolsonaro no habla seriamente con Dios y se convence de que la ciencia dos por tres acierta, no va a durar mucho en el cargo”.