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Oficial de inteligencia encargado de escuchar las conversaciones de los gobernantes reconoce estar perdiendo la fe en la democracia

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“Cuando escucho cómo se deciden las cosas en la política y la clase de gente que se mete, me da por pensar que a lo mejor la monarquía no está tan mal”, afirma.

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En un audio que se viralizó la semana pasada, en el que la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, le advierte a un relacionista público que no divulgue información sensible sobre algunas autoridades, se menciona un sistema de escuchas gubernamental. Algunas declaraciones surgidas luego de el episodio confirman la existencia de este sistema. “Sí, es cierto, yo y otros compañeros nos dedicamos a escuchar las conversaciones que tienen las principales figuras del gobierno. Es un trabajo muy duro, no sólo porque exige mucha dedicación horaria, sino porque las cosas que uno escucha lo llevan a cuestionarse muchas cosas. En mi caso, por ejemplo, perdí la fe en la democracia”, admitió un agente de la inteligencia policial. “Es terrible. Todo el tiempo hablan de devoluciones de favores, de cómo cagar a otros, de tapar escándalos y cosas por el estilo. Cuando escucho cómo se deciden las cosas en la política y la clase de gente que se mete, me da por pensar que a lo mejor la monarquía no está tan mal”, agregó.

Pero no todos los encargados de las escuchas ven su trabajo de la misma manera. “Reconozco que es todo muy patético, pero en mi caso me divierto mucho. Es más, desde que empecé este trabajo me borré del cable y de Netflix, y ni siquiera miro tele. Las cosas que escucho son mucho más divertidas. No creo que haya guionista capaz de imaginarlas o retratarlas mejor que como se nos presentan a nosotros”.

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