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Ilustración: Ramiro Alonso

La seguridad social más allá del plebiscito

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Leído por Mathías Buela.
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Hoy es 8 de agosto. Faltan 80 días para las elecciones nacionales.

Nadie sabe si la propuesta de reforma constitucional sobre la seguridad social planteada por el PIT-CNT será aprobada, pero es importante ver que las opciones no son solamente esa reforma y el mantenimiento del sistema actual, establecido por la ley que aprobó el oficialismo el año pasado. Se podría decir incluso que, sea cual fuere el resultado de la consulta popular simultánea con las elecciones de octubre, habrá problemas y convendrá encararlos más temprano que tarde, porque se deben a tendencias que, desde lo demográfico a lo tecnológico, van a mantenerse con creciente fuerza.

En este sentido, resulta útil leer la entrevista con Jimena Pardo que publicamos hoy. Pardo, exintegrante del directorio de República AFAP, fue integrante de la delegación del Frente Amplio (FA) a la comisión de expertos que discutió, sin alcanzar un acuerdo, la reforma de 2023. Señala que, a su entender y el de otros especialistas, tanto el régimen actual como el que propone el proyecto de reforma constitucional son inadecuados para resolver varias cuestiones centrales.

Entre estas cuestiones, menciona el acceso a un retiro adecuado para cualquier persona, el avance hacia criterios de equidad en las prestaciones (no sólo las jubilaciones y pensiones, sino también las que recibe la población activa, como el seguro de desempleo), la adecuación a las nuevas realidades del mundo laboral y nada menos que el financiamiento sostenible del sistema.

También plantea que hay caminos distintos que la permanencia de las actuales administradoras de fondos de ahorro previsional (AFAP), potenciadas por el aporte de toda la población trabajadora que estableció la ley del año pasado; y la eliminación total del pilar de ahorro individual que impondría la reforma constitucional. En este sentido, adelanta la posibilidad de un régimen en el que la administración de las cuentas de ahorro individual esté a cargo de una institución estatal.

Se puede coincidir mucho o poco con las ideas que expone Pardo, pero en la entrevista realiza por lo menos dos aportes muy positivos. En primer lugar, le da un marco conceptual a la decisión frenteamplista de impulsar, después de las elecciones, un amplio diálogo que busque acuerdos para reformar mejor el sistema. El contexto de ese diálogo dependerá mucho, por supuesto, de los resultados electorales (incluyendo el del plebiscito de reforma constitucional), pero es relevante saber que el FA no se propone simplemente establecer una mesa de debate, sino que está preparando propuestas para presentarles a los demás participantes.

En segundo lugar, pero no con menor importancia, la especialista nos recuerda la dimensión de las cuestiones que urge abordar. En el marco de la actual campaña electoral, es esperable que quienes defienden la reforma propuesta por el PIT-CNT aseguren que es una gran solución y que el oficialismo se dedique a bombardearla, hablando maravillas de la ley que aprobó en 2023, pero no debería tratarse de que la ciudadanía decida a quién le quiere creer. Hace falta una discusión a fondo y aún estamos lejos de que comience.

Hasta mañana.

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