“Ya es oficial, ahora tenemos un Tamboril en el espacio”, exclamaba con alegría el astrónomo del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República en sus redes sociales.
De esta manera comunicaba que “uno de los cráteres en el impactado asteroide Dimorphos” lleva el nombre “Tamboril”, señalando que “Dimorphos es el asteroide con el cual impactó la misión NASA/DART el 26/9/2022”. ¿Por qué Tamboril? Tancredi señala que “todas las estructuras catalogadas en la superficie de Dimorphos”, tales como cráteres, rocas, depresiones, regiones, etcétera, “llevan nombres de instrumentos de percusión” que son aprobados por el Grupo de Trabajo para la Nomenclatura de Sistemas Planetarios de la Unión Astronómica Internacional. ¿Por qué de percusión? ¡Para reconocer que fue el primer objeto celeste impactado por un objeto humano con la intención de alterar el período de su órbita alrededor del asteroide Didymos en torno al que orbita!
De esta manera, el cráter planetocéntrico que llevaba el número 16.264, ubicado cerca de los 90° Oeste de longitud y entre los paralelos 15° y 20° de latitud Sur, según el grupo ahora lleva el nombre del instrumento propuesto por Uruguay, que denomina a un “tambor en forma de barril utilizado para tocar la música candombe, un estilo creado por los esclavos africanos”, según refiere la Enciclopedia de música popular latinoamericana, editada por Goerge Torres en 2013.
¿Seguirá estando Tamboril allí tras el impacto de la misión DART? Dado el violento impacto de la sonda DART, que generó un “efecto cocoa”, como predijeron Gonzalo Tancredi y otros colegas, que terminó haciendo que el asteroide tuviera una cola de partículas, lo que lo hacía ver como un cometa -y por ello en una nota nos referimos a este objeto que cambiaría su apariencia debido a una acción antrópica como un “asteroide drag”-, podríamos preguntarnos si Tamboril aún estará allí.
“El punto de impacto está en el medio de las rocas en el centro de la imagen que llevan los nombres Atabaque, Bodhran, Caccavella”, explica Tancredi, señalando entonces que el impacto fue un poco más al norte y al oeste de nuestro Tamboril. De todas formas, no podemos cantar demasiada victoria: “No sabemos cuánto de la superficie de Dimorphos se modificó, cuánto afectó la sacudida”.
Si Jaime Roos nos regaló “Cometa de la Farola”, Gonzalo Tancredi y sus colegas no se quedaron atrás y nos legan un tamboril del espacio. La ciencia es cultura. Y si le damos más piola, llega hasta el Sol.