Desde hace 13 años Marisa Caballero lleva adelante el local gastronómico Bita, ubicado a pocos metros del denominado Muelle Viejo de Colonia del Sacramento, propiedad de la Administración Nacional de Puertos (ANP).
Tras varios años de espera, en agosto de 2024 comenzaron las obras de remodelación de esa infraestructura portuaria, algo que fue reclamado largamente por los locatarios.
Hasta ese momento, Caballero y dos empleadas que trabajaban en ese comercio obtenían el sustento económico. Sin embargo, una vez que la empresa Stiller colocó los chapones para cercar el predio donde se desarrollaría la obra de remodelación del viejo muelle, la actividad de Bita cayó estrepitosamente. “Automáticamente las ventas cayeron en un 80%, y eso fue empeorando con el correr de los días, porque quedamos prácticamente encerrados detrás de los chapones, y la poca gente que venía no podía permanecer mucho tiempo por los ruidos de la obra que se generaban al lado nuestro”. En efecto, la puerta del comercio se enfrenta a una voluminosa chapa azul que marca el inicio del obrador.
Afectada por esa situación, que derivó en una baja ostensible de las ventas, la comerciante despidió a las dos empleadas que trabajaban con ella y comenzó a hacer frente a los costos fijos de mantener abierto un comercio sin lograr una facturación acorde. “Hasta agosto del año pasado estuve al día con el pago del BPS y la DGI”, pero tras el comienzo de las obras “la situación se complicó y fuimos generando deudas”, comentó Caballero, y agregó que “el impacto de haber iniciado esta obra sin prever lo que nos iba a pasar a nosotros como vecinos, por parte de la ANP, nos trajo también consecuencias a nivel psicólogico, porque esto también genera angustia”.
Caballero recordó que, en primera instancia, “hablamos con profesionales que trabajan en Stiller, para ver cómo iban a resarcir nuestra situación, y nos dijeron que nos comunicáramos con la ANP”.
Tras ello, “nos reunimos con el presidente, Juan Curbelo, y él nos dijo que nos iban a resarcir económicamente”, porque “correspondía que así fuera y porque, de acuerdo a las estimaciones que nosotros hicimos de las pérdidas que generaba tener el comercio cerrado, ese monto significaba 'un vuelto' para la ANP”.
El funcionario recomendó a Caballero que iniciara “un expediente en la ANP” para solicitar ese resarcimiento. “El expediente ha sido contestado por algún arquitecto”, y, de una forma poco esperada por Caballero, “ese arquitecto dijo que nos veremos beneficiados una vez que termine la obra, pero no hizo referencia a lo que hemos atravesado en este proceso”, criticó la comerciante.
Asimismo, “Curbelo ha cambiado su postura últimamente con relación a lo que nos había dicho en primera instancia, y pone en duda que nos vayan a indemnizar, como siempre ocurre cuando una obra pública afecta a un particular”. “Estamos esperando que nuestro pedido sea tratado en la próxima reunión del directorio de la ANP, y si no llegamos a obtener una respuesta positiva, vamos a iniciar demandas para que alguien se haga cargo de resarcir las pérdidas que hemos tenido tras el comienzo de esta obra, que también nosotros queríamos que se hiciera, y juntamos firmas para eso, pero con otras previsiones”, estableció Caballero.