Para muchos de nosotros los shar pei son relativamente nuevos. Sin embargo, hay que remontarse unos dos siglos antes de que crucificaran al compañero Jesús para encontrar los orígenes de estos bichos. En China, durante la dinastía Han (206 a. C. y 220 d. C.) se pueden encontrar los primeros registros de la raza, aunque pueden ser aun más remotos. Ya sea en figuras de arcilla o vasijas, se alcanza a ver siluetas de perros que encajan en un cuadrado, con la cola enroscada y las extremidades cortas, similares al animal en cuestión. La mayoría de los historiadores concuerdan en que entre las razas que dieron como resultado el shar pei figuran los mastines tibetanos y el chow (los dos tienen la lengua de color negro azulado); posiblemente también haya habido algunas razas de Occidente, ya que por esos años el Imperio romano se encontraba en su máximo esplendor y, dentro de las rutas comerciales de la época, el intercambio de animales era moneda corriente.
Pero todas las razas se crean por algo, o, mejor dicho, para algo. Al parecer la flexibilidad de la piel era útil en aquel entonces para las peleas caninas. Al ser atrapado por su contendiente, el shar pei podía girar y atacar, logrando sacarse de encima al otro perro. Del mismo modo, sus orejas tan pequeñas ayudaban a la causa, ya que era casi imposible que otro animal pudiera morderlas, que lo sujetara de ellas o lo lesionara.
En sus inicios el shar pei fue utilizado como guardián de tumbas, posteriormente fue empleado como perro de caza del jabalí, luego para tareas algo más livianas, como custodiar el rebaño, hasta que fue apreciado simplemente como mascota.
La peculiaridad de su piel bautizó a la raza: shar pei en chino significa “piel de arena”, y parece lógico. Esa característica lo llevó a ser galardonada como la raza de perro más rara del mundo, tanto por el Guinness World Records como por la revista Time. Esos llamativos pliegues se deben a una enfermedad conocida como mucinosis. Se caracteriza por una excesiva producción de ácido hialurónico, uno de los principales componentes que se encuentran entre célula y célula del tejido cutáneo, y, por ende, por su acumulación.
Al nacer es cuando más evidente se hace el problema. Los cachorros tienen muchas arrugas y, a medida que el perro crece, la piel comienza a estirarse, lo que hace que las arrugas en un adulto se vean claramente en la cabeza y el cuello, disminuyendo hasta casi desaparecer a medida que nos acercamos a la cola.
En la década de 1950, cuando en China se empezó a tratar de otra manera a la burguesía, la raza no la pasó del todo bien. Al ser considerada un bien de lujo por la sociedad pudiente, la resistencia se generalizó y casi desaparecen del mapa. Pero como hablamos de un país enorme, algunos ejemplares sobrevivieron en áreas rurales y se los empezó a contrabandear hacia Hong Kong, Taiwán y Macao. Por los años 1960 un tal Matgo Law se encargó de administrar los pocos ejemplares que estaban en el exilio e inició un plan de cría para darle forma al shar pei actual. Años después fueron exportados a Estados Unidos, pero no pegaron mucho en la gente ya que, además de lo raro que se veían, se los conocía simplemente como perro de pelea chino, y esa etiqueta no vende mucho. Pasaron varios años hasta que el mismo criador escribió un artículo hablando sobre la raza y, sobre todo, de los escollos que tuvo y tenía que pasar para no engrosar la plantilla de razas extintas del mundo, y esa historia parece que conmovió a parte del mundo perrero, con lo que su extinción quedó en el recuerdo.
Recién en 1988 el American Kennel Club aceptó e incorporó a la raza en sus registros genealógicos, y desde entonces este peculiar cuadrúpedo está presente en los clubes caninos de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y América del Sur. Dentro de Europa, la raza es bastante popular en Alemania, puesto que fue el primer país del continente en importarlo.
Este viejo perro arrugado mide en promedio entre 45 y 51 centímetros, pesa de 17 a 25 kilos aproximadamente y su esperanza de vida oscila los diez años. Dentro de las enfermedades más frecuentes que presenta la raza se destacan displasia de cadera, entropión, prolapso de la glándula nictitante, hipotiroidismo, amiloidosis y varios problemas cutáneos, como foliculitis, intertrigo y dermatitis de los pliegues cutáneos.