El lunes quedó inaugurada en la Casa del Vecino al Sur (Zelmar Michelini 993 esquina Carlos Gardel) una muestra que recorrerá distintos puntos del Municipio B. El montaje recoge relatos de personas que viven en pensiones y los representa gráficamente.
Esta instancia se enmarca en el proyecto que el Instituto de Promoción Económico Social del Uruguay (IPRU) y el Municipio B desarrollan desde hace cuatro años buscando conformar un colectivo de una población con múltiples vulnerabilidades.
En Montevideo hay 250 pensiones registradas en donde viven alrededor de 5.000 personas. Se estima que si se sumaran las no registradas ese número se duplicaría.
Desde 2020 IPRU trabaja junto con la Intendencia de Montevideo primero y el Municipio B después en distintas líneas de abordaje que han implicado conocer la realidad de estas personas, así como visualizar acciones posibles que mejoren su calidad de vida.
Lucía Olivari, integrante de IPRU, indicó que procurarán que la exposición vaya por los lugares donde circulan personas que viven en pensiones, como pueden ser los vinculados a las políticas públicas o de asistencia, como Nexo, GenerAcciones o distintas policlínicas, así como otros con una heterogeneidad mayor de público, como la plaza Libertad, diversas facultades, además de Mundo Afro y espacios LGBT. Si bien el cronograma completo de fechas no está terminado, el próximo destino de la muestra será la biblioteca Morosoli, ubicada en la plaza Seregni.
Por sus características, la muestra requiere cierto cuidado, ya que se trata de una maqueta de pequeñas dimensiones, y a través de ella se apunta a “que las personas que viven en pensiones se reconozcan como parte de una realidad más grande”, dijo Olivari. “En general, el relato es que tienen vidas accidentadas, que casualmente están ahí, y no tanto reconocer o identificar una complejidad social, económica, cultural, de la que son parte. Por otro lado, es bueno que haya otras personas, que no vivimos en pensiones, que puedan mirar a esos otros y otras con otros ojos, que puedan conocerlos, en ese sentido”. Señaló que aunque la mayoría de las pensiones están en el centro neurálgico de la ciudad, en el centro administrativo, político y cultural, fundamentalmente en el Municipio B, resulta una realidad bastante lejana, por momentos excluida, de puertas para adentro.
Existe cierta negación, como deja traslucir la consultada, de una situación que usualmente no es circunstancial, sino que hay gente que vive años en una pensión: “Nosotros, y también la Defensoría del Vecino, en su momento, hicimos una serie de entrevistas intentando reconstruir las trayectorias habitacionales, como le llamamos. Lo que vimos, justamente, es que, lejos de ser una solución momentánea -que por supuesto puede haber, porque falta un conocimiento más sistemático-, un núcleo importante de la población más pobre, y más complicada, ha vivido su vida de pensión en pensión. Si bien, por la propia dinámica de las pensiones, tienen algo momentáneo, no tienen una perspectiva de ir hacia otro tipo de vivienda”.
Esta realidad coincide con trabajos precarios, ingresos muy bajos, pero también, observa Olivari, “se mezcla con una historia de vínculos fragmentados”, o con lo que podría denominarse una falta de redes. Algunos de ellos son migrantes, tanto extranjeros como del interior del país. A ellos se suman situaciones familiares de desamparo, como es el caso de embarazos en la adolescencia o situaciones de abuso y de violencia. Es decir que esas experiencias se solapan a una dimensión económica.
De las 1.700 entrevistas que el IPRU logró concretar en 2021 surgió que, evidentemente, la gente que se presentó a un subsidio durante la pandemia era la que tenía mayores urgencias, porque no podía pagar un alquiler. La gran mayoría son hogares unipersonales, no tanto familias, puesto que la gran mayoría de las pensiones no aceptan niños.
En los paneles de la muestra se pueden ver representaciones de habitaciones compartidas o individuales, así como espacios comunes, baño, cocina, escenas complementadas por relatos e información. “La intención, la idea fuerza, es como dice el título, que De lejos no se ve, porque hay una distancia simbólica importante, pero además hay algo que no ha sido atendido y que no es conocido”, dijo Olivari. “Por eso hicimos pequeñas maquetas, para jugar con eso de los tamaños, de lo que se ve y lo que no. Nos basamos en los relatos, porque es lo más potente que tenemos en estos cuatro años que venimos trabajando. Primero, hay muchos puntos en común, y son muy gráficos”.
En cuanto a la consolidación de un colectivo que agrupe a esta población y le permita construir una agenda propia buscando incidir en las transformaciones necesarias, Olivari contó: “Desde 2022, después de la primera ola de subsidios, en el marco de la pandemia, en acuerdo con la intendencia y con el municipio, convocamos a las personas que habíamos contactado para devolverles esta información que había surgido y proponerles formar un colectivo. Ahí se empezó a juntar un grupo de aproximadamente 15 personas, pero ha sido difícil sostener ese espacio. Seguramente sea un proceso de mucho tiempo”, evaluó.
Presentan libro sobre gatos
Este miércoles, 18 de diciembre, a las 18.30, en After Hotel Montevideo (Arturo Prat 3755), se presenta Juana, una gata en casa, de Esteban Leonís (ediciones Cafelino), un homenaje a la relación entre humanos y felinos. “Más que un libro, es un proyecto educativo social, es un instrumento más para llevar adelante nuestra misión de concientizar y educar en materia de bienestar animal y tenencia responsable. Un instrumento que puede usar tanto el gobierno como las organizaciones privadas”, adelanta Alén Machado, quien lleva adelante el proyecto Cafelino, que comprende una cafetería y un centro de adopción.
Nuevo Espacio Pagola
Este jueves, 19 de diciembre, a las 18.30, en Costa Rica entre Lieja y Eduardo Couture, quedará habilitado Espacio Pagola, un nuevo centro comunitario. Para la ocasión habrá partidos de pickleball, acrobacia en telas, una presentación de la Escuela de Música Groove, y se inaugurará un mural creado por Aleja.
Renace la feria de Serrato
La Intendencia de Montevideo inauguró una renovada feria Serrato 1, ubicada en la Unión, con la intención de que sea un modelo de inclusión, sostenibilidad y promoción de empleo formal y digno.
Las nuevas instalaciones incluyen 33 locales construidos con contenedores marítimos reciclados, cuatro probadores, dos baños (uno accesible) y un sector de vigilancia con kitchenette. La comuna apostó a la optimización de la iluminación y la incorporación de pavimentos accesibles, y la distribución de los puestos fue a través de un sorteo entre los permisarios de la feria. El rediseño integra los puestos al entorno urbano mediante recorridos laterales y añade un área infantil con juegos interactivos, que utilizan materiales reciclados.