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Portones Shopping.

Foto: Difusión

Yendo del sanatorio al shopping, donde la mascota es bienvenida

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La relación con los animales cambió, y los espacios que habitamos también, como puede verse en este panorama de iniciativas pet friendly en Uruguay de los últimos meses.

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Desde hace varios años cafeterías, ferias y espacios turísticos permiten el ingreso de mascotas junto con sus humanos. Los espacios pet friendly ya no son novedad en Uruguay. Sin embargo, en el último tiempo, algunas iniciativas dieron un paso más allá. Ya no se trata sólo de salir a pasear con el perro, sino de integrarlo en ámbitos antes impensados: recibir su visita durante una internación o compartir con él una jornada laboral.

En mayo, el Casmu se convirtió en la primera mutualista del país en permitir que pacientes internados reciban a sus perros. Poco después, Portones Shopping anunció que ahora se puede ingresar con mascotas a sus instalaciones, sumándose así a otros centros comerciales que ya habían adoptado esta modalidad, como Nuevocentro, Punta Carretas y Punta Shopping.

La expansión de este tipo de iniciativas no es casualidad. En Uruguay la relación con los animales domésticos está en transformación. Según el Censo 2023, en el 67,2% de los hogares de Uruguay hay al menos un perro o un gato. En Montevideo, esa cifra sube a 69%. Y en zonas como Carrasco o Punta Gorda —áreas de influencia directa de Portones Shopping— ese número es aún más alto, lo que motivó al centro comercial a avanzar con su plan pet friendly tras años de análisis. “Sabíamos que los perros y los gatos son una parte muy importante de la vida de las personas, pero cuando vimos los datos del censo fue un catalizador”, explicó Virginia Martínez, gerente de marketing del shopping, donde el sábado pasado hubo una jornada de adopción en el nivel 1.

Y las cifras locales dialogan con tendencias globales. En América Latina, la humanización de las mascotas y su inclusión en la vida social de sus dueños crecieron exponencialmente. Un artículo de Euromonitor International (2024) reportó que más del 70% de los dueños de mascotas en la región consideran a su mascota como parte de la familia. Esta percepción incide además en el crecimiento de servicios especializados, como guarderías, seguros de salud, ropa, psicólogos y diversos espacios pet friendly. En ese contexto, Uruguay no es la excepción.

Mientras la mayoría de las políticas públicas ponen el foco en el control y la tenencia responsable, desde el sector privado surgen propuestas que, además de responder a una transformación en el vínculo con los animales, también funcionan como estrategias de posicionamiento, fidelización y, por qué no, marketing emocional.

Visitas en cuatro patas

En el Casmu la idea de integrar a las mascotas al entorno hospitalario no es completamente nueva. La institución cuenta con visitas de perros entrenados que, cada jueves, interactúan con niños internados. “Es un servicio que ofrece el Casmu desde hace tiempo. Los niños salen, los ven, los acarician, están con ellos. Son perros de una ONG [IAPUy - Equipo Interdisciplinario Intervenciones Asistidas por Perros], entrenados y autorizados para ingresar al centro”, explicó el doctor Nicolás Maseiro, director técnico de la mutualista. La novedad es que ahora se habilitó la visita de mascotas propias a pacientes internados en cuidados moderados.

La propuesta, pionera en Uruguay y sin antecedentes regionales directos, fue diseñada a lo largo de dos años. “Empecé a trabajar directamente con el aval del presidente, Raúl Rodríguez, que es muy afín a la protección de los animales y al cuidado del medioambiente. Eso abre muchas posibilidades”, contó Maseiro. Durante ese proceso, se sumó como asesora técnica la veterinaria Martina Landó, con quien elaboraron un protocolo sanitario específico.

Este servicio, que no forma parte de la cobertura habitual de internación y debe ser contratado por el paciente, está disponible únicamente en habitaciones individuales, ya que el protocolo exige que el paciente esté solo. Además, el usuario debe presentar una serie de chequeos sanitarios del animal: certificado de vacunación al día, desparasitación interna y externa, buen estado general de higiene (pelaje, uñas, dientes) y vínculo de al menos seis meses de convivencia con su humano. Sólo se permiten perros, por su mayor capacidad de adaptación a distintos ambientes, ya que los gatos suelen estresarse en este tipo de entornos. Las visitas pueden durar hasta una hora diaria y deben coordinarse con antelación. Si bien recién ayer se concretó el primer caso, la mutualista ya recibió numerosas consultas.

“A nivel emocional tiene un gran impacto. Mejora la salud mental, reduce el estrés, puede acelerar la recuperación. Incluso a nivel fisiológico: baja la presión arterial, mejora la respuesta inmunológica, potencia tratamientos médicos”, señaló Maseiro. Y lo que explicó el médico del Casmu tiene asidero en la evidencia científica. A modo de ejemplo, un artículo publicado en la revista Frontiers in Psychology vinculó el contacto humano-animal con mejoras en parámetros hormonales, cardiovasculares y de salud mental.

Según la revisión mencionada, interactuar con mascotas puede activar áreas del cerebro relacionadas con la regulación emocional, como la corteza frontal y la amígdala, y estimular la liberación de oxitocina (conocida popularmente como la hormona del amor o del vínculo), mientras también reduce el cortisol (generadora de estrés).

Casmu.

Foto: Difusión

Para garantizar las condiciones sanitarias de la mutualista, el protocolo incluye una ruta específica de ingreso, personal capacitado y una limpieza exhaustiva de la habitación luego de cada visita. También se contempla el comportamiento del animal, que siempre debe ser cuidado por un acompañante.

No es la primera experiencia del Casmu en este camino. En 2023 una funcionaria administrativa llevó a su perra Berta al trabajo durante un año. El animal estaba en proceso de entrenamiento por una ONG para convertirse en perro guía. “Fue una experiencia muy positiva, que mostró que es posible la convivencia armónica”, afirma el médico. A futuro, el Casmu proyecta habilitar la asistencia a consultas de salud mental con mascotas, así como organizar jornadas internas para el personal.

De compras

Tras más de una década de trabajo conjunto con Fundappas -entrenando perros guías- y campañas de adopción junto con la asociación protectora de animales El Refugio, Portones Shopping lanzó su modalidad pet friendly en junio. “Tuvimos muy buena respuesta. El primer mes recibimos unas 200 visitas con mascotas, todo muy ordenado y sin resistencias”, afirmó Martínez.

El protocolo establece que se puede ingresar con perros o gatos por tres puertas específicas (Cine, Banco y Bolivia), y circular por zonas habilitadas con correa o en carrito (que el shopping presta sin costo), dependiendo de cada local. Al ingresar, el cliente debe compartir sus datos y se le informa sobre las normas, además de que se le entrega una bolsita higiénica.

Las áreas de exclusión incluyen la plaza de comidas, baños y el supermercado, por razones de higiene y seguridad alimentaria. “Cuidamos tanto la experiencia de quienes vienen con su mascota como la de quienes no lo hacen”, explicó la gerente de marketing. El shopping se basa en la normativa de la Intendencia de Montevideo para espacios públicos.

En cuanto a la higiene, el reglamento establece que los dueños son responsables de juntar las necesidades de sus animales. Si usan el carrito, deben devolverlo en las mismas condiciones de limpieza en que lo recibieron. Luego, el personal del shopping realiza un repaso general del área.

Mientras la mayoría de las políticas públicas ponen el foco en el control y la tenencia responsable, desde el sector privado surgen propuestas que, además de responder a una transformación en el vínculo con los animales, también funcionan como estrategias de posicionamiento, fidelización y, por qué no, marketing emocional.

“No es un permiso sin reglas, es un sistema cuidado y pensado para que funcione”, indicó Martínez. Aunque todavía no se cruzaron con fechas de promociones fuertes, la experiencia inicial fue positiva incluso durante las vacaciones de julio. “No tenemos previsto dejar de ser pet friendly. Estamos atentos a lo que ocurra, pero por ahora todo indica que es una buena decisión”, agregó la gerente.

Sea trabajo o relax

Más allá del Casmu y Portones, otras propuestas siguen impulsando el vínculo humano-animal en Uruguay. En el café solidario Cafelino, en Ciudad Vieja, se realizan jornadas de cat yoga junto a gatos rescatados y en adopción. Las clases, a cargo de la instructora Laura Domínguez, se realizan dos lunes al mes y combinan el movimiento y la relajación, con la convivencia con los felinos.

También en el mundo corporativo empieza de a poco a ganar terreno el día mundial de llevar al perro al trabajo, que internacionalmente se celebra el 21 de junio. En el mundo, empresas como Amazon, Google o Uber ya implementan estas políticas, y en Uruguay compañías como Essen diseñaron protocolos que fomentan espacios de trabajo en los que se admite la presencia de mascotas.

Estas acciones también tienen que ver con estrategias de reclutamiento y retención de personal. En efecto, un estudio de Harvard Business Review señaló que los entornos laborales pet friendly pueden reducir el estrés y mejorar la satisfacción y el compromiso de los empleados.

Uruguay todavía tiene varios desafíos en materia de protección animal y políticas públicas integrales sobre tenencia responsable. Sin embargo, el avance de iniciativas pet friendly en distintos sectores —desde la salud hasta el comercio y el ámbito laboral— muestra un cambio de paradigma: la creciente incorporación de las mascotas como parte activa del entramado social.

Más allá de una tendencia global o una estrategia de marketing, este tipo de propuestas responden a una transformación cultural en marcha. Una transformación que obliga a repensar cómo diseñamos los espacios comunes, qué lugar ocupan los vínculos afectivos con los animales y qué impacto tiene esa presencia en términos de salud, convivencia y calidad de vida.

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