En el principio de los 80, cada día que caía a ensayar con su saxofón, Roberto Pettinato sentía que estaba viviendo en Londres pero tomando un té en Hurlingham”, y que el sonido de la banda en la que tocaba “no era muy argentino”, por eso pensó que iba a vivir la mejor época de su vida, pero también que no llegarían “absolutamente a nada”. Le erró, porque Sumo se convirtió en uno de los grupos más singulares y emblemáticos del rock argentino.
Hoy el saxofonista está al frente de Sumo x Pettinato, un proyecto que empezó el año pasado. Pero no se trata de un homenaje a Sumo, porque no aparecen imágenes de Luca Prodan “cuando era bebito, tomando la mema”, y tampoco es como “la fantochada de Soda Stereo con el Cirque Du Soleil”, según cuenta Pettinato, con su clásico estilo corrosivo. El multifacético músico se presentará hoy a las 21.00 en La Trastienda, con el proyecto que para él tampoco es una banda tributo, “porque en general tienen que disfrazar a un tipo de Peter Gabriel para hacer de Genesis, y acá es al contrario, canto yo, que soy un tipo totalmente distinto a Luca, y además toco la guitarra y el saxo”.
Pettinato le agregó “un montón de cosas” a los temas de Sumo para que sean reconocibles en relación a la energía y el “diseño verdadero” que tenían en vivo. Porque en los albores de la banda, los liderados por Prodan solían despacharse con largas zapadas, que con el tiempo dejaron de existir. Aquella primera etapa, del demo Corpiños en la madrugada (1983), es la que más le gusta a Pettinato, porque para él, “era el Sumo verdaderamente psicodélico”. “Tenía mucho toque de banda tipo Pink Floyd, era más loco. Vos ibas a vernos, como fueron a La Trastienda la vez pasada en Uruguay, y no sabías si habían fumado ellos o nosotros. Era la violencia psicodélica que veías en Pink Floyd en 1968”, agrega el saxofonista, que además, al pasar al frente del escenario por primera vez y encargarse de más de una actividad, se dio cuenta de “lo difícil que es ser frontman” de una banda estilo Sumo: “Descubrí el gasto de energía que hacía Luca en cada show, porque canto cinco temas y quedo hecho concha. No es como cantar cinco temas del Negro Rada... Canto ‘El reggae de paz y amor’, miro la lista de temas y pienso ‘no puede ser... ¿todavía faltan 16?’”.
Curiosamente, cuando se le pregunta a Pettinato cuál fue el aporte de Sumo al rock argentino, contesta “nada”. “Porque nadie tomó nada de Sumo, por eso sigue quedando. En Argentina hay mucho grupo tipo Soda Stereo, o Redondos, que es un virus maléfico, pero porque es una música fácil de tocar. Ahora yo agarro la guitarra y te hago un tema de los Redondos, son como los de Calamaro pero con guitarra distorsionada, una cosa muy sencilla de hacer. Pero los temas de Sumo son verdaderos inventos. En cambio, agarrás un tema de Soda Stereo y uno de Ultravox, y son iguales. Nosotros no le copiamos a nadie”.
“José Luis y su novia se besan ahí por el Abasto, / yo paso y me saludan bajo la sombra del Abasto”, cantaba Prodan en uno de sus temas más emblemáticos. Si bien era tano, pintó como nadie una “Mañana en el Abasto”, pero para Pettinato, el cantante tenía “mucho cinismo e ironía”, por eso no sabe si se estaba riendo o realmente le daba pena esa pareja. Además, plantea un ejercicio: “Habría que ver cómo pintaría un argentino a Londres caminando por Camden Town”.
Por más que Pettinato dice que lleva el sonido de Sumo “en la sangre”, también tiene grandes concentraciones de una larga trayectoria como conductor de radio y televisión. Hoy está al frente de La hormiga imperial, un late night show en la señal de cable C5N. De todos modos, dice que la televisión argentina actual le parece “horrible”. “Es para tu mamá, que está sentada, tomando mate, en ese rincón en un Montevideo todo nublado, y para tu abuela, que tiene una faldita con una especie de colcha. Ese es el estilo, sea Guido Kaczka o una telenovela, da igual, es todo así. Pero bueno, es un sistema. Si vos sos un poco más joven y piola, pondrás Netflix”.
Pero al final, Pettinato dice que los uruguayos no necesitamos televisión, porque ya tenemos la “marihuana libre”. Aunque confiesa que nunca fue muy amigo de ella ni de ninguna otra droga. “Siempre fui un conocido de todo y amigo de nada, por eso muchos de los amigos que tuve alrededor están muertos, y yo todavía estoy acá, perfecto”.