Ha logrado lo que pocos: volver a las raíces de su cultura con sensibilidad propia y lograr un interés masivo en la música que practica. Silvia Pérez Cruz ha recorrido estilos variados, como bossa, jazz y flamenco, y ganó dos discos de oro. Fue protagonista y compositora de la banda sonora de Cerca de tu casa, un musical de Eduard Cortés que habla sobre la burbuja inmobiliaria y los desalojos, lo que le valió un premio Goya por su actuación. Hace poco filmó una pequeña escena de Memorias del calabozo, la película basada en el libro de Mauricio Rosencof, que está rodando Álvaro Brechner, para la que también compuso temas. Hoy y mañana a las 21.00 compartirá su último trabajo discográfico, Vestida de nit, en la sala Zitarrosa.
¿Qué te atrajo a participar en Memorias del calabozo?
Nos conocimos con Álvaro en el Festival de Málaga el año pasado, en el que yo presentaba Cerca de tu casa, y le gustó lo que había visto que hacía, así que me contó que tenía su proyecto y me pasó el guion. Para mí era hablar de los límites del ser humano, de cómo hace una personita para sobrevivir en situaciones límite. Me encantó la forma poética que tenía, también. A nivel musical, el tratamiento de los silencios, de la soledad en el calabozo, explicar la ausencia de libertad mediante la ausencia de música. Leí el guion e hice una canción en diez minutos, iba juntando frases que me emocionaban. Tenía ganas de plasmar la primera impresión en una canción, ya que quedé muy enganchada con el guion.
¿Cómo surgió la selección de canciones para tu último trabajo, Vestida de nit? Incluís muchas versiones de tus interpretaciones más conocidas.
Nació de un concierto que hice para un ciclo de música clásica. Me acordaba de que cuando tenía 19 años escuché un cuarteto de cuerdas y dije: “¡Un día quiero cantar solita con cuerdas!”. Entonces me armé un repertorio y pensé en escoger canciones que amo y que me hacen sentir en casa para poder investigar con la sonoridad de las cuerdas: un pie en tierra y otro pie flotando. Y nos gustó tanto el concierto que no paramos de tocar y estuvimos tres años hasta que llegó un momento en que los músicos tocaban de memoria, escuchaban y compartían de otra manera, y pensé que ya había un camino trazado lo suficientemente importante para hacer un disco. Un poco del repertorio fue impulsivo, entonces este disco tiene esas dos cosas que me hablabas antes: la fuerza interpretativa libre en directo, pero a la vez hemos podido trabajar más mentalmente la sonoridad y romper los límites de la improvisación.
¿El quinteto de cuerdas que te acompaña está contigo desde hace varios años?
Sí, somos una familia y es importante. Creo que una de las cosas que no pueden hacer mucho los músicos es repetir conciertos, porque cuesta mucho, y es justamente en la repetición que uno se puede dar tiempo de descubrir y no sólo de pensar en las notas, sino ir más allá y emocionarse, improvisar, dejarse ir. Además, a mí me gusta mucho transmitir que no soy una líder con funcionarios detrás, sino que somos seis personitas que se están entregando a tope. Estoy segura de que eso se transmite mucho, seis personas, seis corazones latiendo a una pero sin dejar de ser ellos mismos.
¿Qué tenés preparado para tus próximos conciertos en Latinoamérica, incluido Montevideo?
Me gustaría en cada lugar hacer un pequeño regalo. En Chile la última vez hicimos “Gracias a la vida”, en Argentina hicimos una canción de Fito Páez, y ahora me gustaría para Montevideo aprenderme alguna canción para hacerla a capella, aunque sea. Álvaro [Brechner] me pasó mucha música uruguaya, hice un repaso que me encantó, porque no conocía nada. Es un país que siempre me ha atraído mucho. De hecho, en el guion salían unos versos que decían: “¿Dónde está tu pájaro, plumita?”, y le dije a Álvaro que lo quería musicalizar. Me dijo que no sabía si daba la película, ¡pero la veo clarísima! Él había transcrito mal la letra, y había puesto palomita en vez de plumita. Y yo cantaba “¿Dónde está tu pájaro, palomita?” y me decía “¡No! ¡Es plumita!” y ya la he cambiado, ya es palomita. Si no sale en la película, aquí la cantaré.