En tiempos en que la comida chatarra y los alimentos con contenidos demasiado altos de azúcar, grasa y sal inundan las góndolas de los supermercados, y en que circula información bastante preocupante con respecto a los índices de obesidad en la población infantil, la aparición de libros para niños enfocados en la alimentación saludable poniendo énfasis en el disfrute es un dato estimulante.
Rico para bebés, de Jacinta Luna Lussich, circula ya desde hace algunos meses. Integrante del grupo de música para niños Frutas Planetas, Lussich aborda el tema de la alimentación saludable desde distintos ángulos y desde una perspectiva amplia: “Cocinar y cocinarse es libertad, es nutrir y nutrirse, y cuando nos vinculamos de verdad con el acto de cocinar y de comer descubrimos el cuidado hacia nuestro cuerpo y, por ende, hacia el planeta que nos provee de comida. La comida es disfrute, y un viaje por los sentidos”, dice a la diaria.
El libro de Lussich excede los límites de un recetario. Con base en su experiencia en la práctica de la cocina y en una investigación minuciosa para la que se valió del asesoramiento de voces expertas, es más bien una indagación vivencial de la tarea de cocinar y alimentar a su hijo desde el nacimiento. Es, por tanto, también, un libro que acompaña el periplo de la maternidad. Con la fotografía –en la que Lussich y su hijo Gadú son los protagonistas– como elemento de fuerte presencia, que le da un carácter íntimo y personal, el libro invita a dejarse llevar por la experiencia sensorial que significa cocinar y comer. Para eso, la autora indaga en diversos alimentos y en preparaciones y presentaciones originales que aúnan sabor, color y nutrientes. “Nutrir y ser una madre nutricia desde la lactancia dadora del más perfecto alimento, como mamíferas que somos, y luego poder mostrar todo el universo de alimentos que existe –colores, sabores, olores, texturas–, creando y cocinando también para esa personita que está en crecimiento: puro amor”, resume la autora.
Las recetas son sencillas y están acompañadas por etiquetas que indican cuando son sin gluten, sin azúcar, sin lácteos o sin origen animal, lo que permite que sean adecuadas para niños con diversas necesidades nutricionales. Preocupada y apasionada desde siempre por la cocina preparada con alimentos saludables y naturales, algunos salidos de su propia huerta, reflexiona: “Abunda el marketing de la comida chatarra tanto en las góndolas como en muchos cumpleaños infantiles, en los que no se piensa en los niños como comensales sino como depósitos de comida ultraprocesada. El libro y mi camino van en el sentido de un llamado de conciencia en la alimentación familiar: tenemos que empezar desde casa a alimentarnos mejor para poder enseñar y alimentar a nuestros peques. Somos los que damos el ejemplo. Si nuestra alacena es saludable, eso es lo que ellos van a comer. Si ofrecemos fruta como snack o como merienda, es eso lo que nuestros hijos van a estar acostumbrados a comer. Creo que hay mucho preconcepto con los niños y con lo que los hace felices. En necesaria mucha educación alimentaria a grandes y chicos”. En definitiva: Rico para bebés invita a los grandes a echar por tierra prejuicios con respecto a la comida sana como sinónimo de aburrida o sosa, y a dejarse seducir por el sabor, la textura y el color, en un ritual –el de cocinar y el de comer– que es disfrute compartido.
Las cuatro estaciones
La propuesta de Sofía Azambuja en La cocina de Pipa también apunta a la alimentación saludable. Dirigido decididamente al público infantil, propone recetas sencillas en un recorrido por las cuatro estaciones del año, cada una de ellas con una oferta variada de frutas y verduras para elegir. Azambuja reúne en este libro sus dos pasiones: la cocina y la ilustración. El resultado es un libro abigarrado, pero la cantidad de información no abruma, ya que está distribuida de manera clara en la página, sobre un fondo tenue que permite el realce de los ingredientes, en una paleta alta.
Un punto alto de la publicación es la elección de las recetas –probadas, además, en casa: sólo por dar un ejemplo, la carrot cake es deliciosa y muy fácil de hacer–, que son variadas y se desmarcan de las más habituales, sin que en la selección de ingredientes parezcan haber influido prejuicios, temores de que no guste o pereza para experimentar con nuevos sabores. Así, de otoño a verano, de la huerta al plato, se puede recorrer una gama infinita de colores: pan de remolacha, panqueques de espinaca, champiñones rellenos, mermelada de quinotos, tabbouleh, panqueques de banana, salmorejo andaluz, etcétera. Una buena oportunidad para que los más chicos se apropien de la cocina y de poner las manos en la masa.
Rico para bebés y toda la familia. Creativas recetas saludables. De Jacinta Luna Lussich. Fotografía: Reinaldo Altamirano. Ilustración: Carolina Díaz. Editorial Crianzas, $ 550. La cocina de Pipa. Sabores de cada estación. Sofía Azambuja. Penguin Random House/Altea, $ 360.