Pasaron cinco años desde el homónimo disco debut de Los Hermanos Láser. Hace una semana vio la luz en plataformas digitales –Spotify, Bandcamp e iTunes– su sucesor, El problema de la forma. Un lustro entre uno y otro parece bastante tiempo, pero la espera fue por un buen motivo. Martín Cáceres, voz y guitarra del grupo, cuenta que esa demora se debió a que con el primer disco tuvieron “un pegue bastante grande”, que los llevó a poner todas sus fuerzas en las presentaciones en vivo. “Tampoco es que hayamos sido más ágiles en otro momento, el tema es que no hubo quien no me cruzara y no me preguntara qué pasaba con el disco”, dice Cáceres, refiriéndose a que fue sintiendo más atención que la que percibía con su anterior banda, Vieja Historia.
Si bien se generó una especie de demanda difícil de cumplir, Cáceres le quita importancia porque en el grupo siempre componen como les nace y para ellos. A su vez, el proceso de composición les lleva tiempo porque se definen como “muy dedicados”, y les gusta que las cosas salgan bien. Sobre el motivo del cálido recibimiento de aquel primer disco –que incluso los llevó a ganar dos premios Graffiti en 2014, como mejor artista nuevo y mejor álbum de rock–, Cáceres esboza algunos motivos, como que las canciones “están abiertas de piel y tienen el sonido justo”, y que además conectaron con el público en los toques. Pero, claro está, eso no es algo que se pueda planificar.
Amén de que el nuevo trabajo sigue cierta línea estética marcada en el debut y de que ya hay algo que podríamos definir como “sonido Láser”, Cáceres comenta que hay una diferencia grande en cómo fueron concebidos ambos discos, ya que en el primero surgieron las canciones y luego la banda se armó alrededor de ellas. “Pero este disco está armado y sonorizado en banda, compuesto de una forma muy similar al anterior, muy en la intimidad, pero luego los encargados de sonorizarlo fuimos nosotros mismos en la sala. Además, Gabriel Casacuberta [productor del álbum] fue fundamental, porque como en el disco anterior nos cansamos de tomar millones de decisiones, lo llamamos para que cortara el bacalao y solucionara algunas cosas. Pero él insistió en que la banda fuera la banda”, cuenta Cáceres.
El título del trabajo salió de un verso de la canción “Tormentas”. En la clásica barajada de posibles nombres, los músicos se dieron cuenta de que las cosas no podían venir de ningún otro lado que no fuera el adentro mismo del disco. Eligieron esa frase porque ostenta un halo de misterio, que se suma a la intrigante imagen de la tapa: una mujer disfrazada de rana. “La tapa tiene una historia muy loca: ella es mi abuela, que falleció el mismo año en que yo nací. O sea que no la conocí. Y lo que más recuerdo es esa foto, que es lo que nos comunica con ella, y tiene un misterio tremendo. La salvamos de una pared húmeda en la casa de mi abuelo. La mirábamos desde chicos y no sabíamos lo que pasaba con ese disfraz de rana, la pose, la luz y muchas cosas que siguen siendo un misterio”, confiesa Cáceres. Agrega que la foto la conservaba su hermano –Sebastián, también integrante del grupo–, y durante el proceso de grabación del álbum la mirada de su abuela a través de la foto los fue “custodiando”. Por eso, cuando llegó el momento de decidir la tapa, hubo unanimidad. Así las cosas, el misterio del título más el misterio de la tapa generan un misterio muy misterioso.
Pero en la música no hay demasiados enigmas. Los Hermanos Láser cultivan un pop-rock con algún dejo country folk que todavía sobrevive de Vieja Historia –sobre todo en algún ritmo, un patrón de batería o un lick de guitarra– y que a veces es catalogado como rock alternativo o indie. Cáceres piensa que esa categoría es como un embudo en el que caen todos, porque la gente necesita poner las cosas en categorías, pero de todas formas al grupo no le cae mal. “Nosotros no agarramos a una banda y nos inspiramos directamente en ella. Hay tantas influencias que se terminan desfigurando, y eso es lo que nos cae bien. La categoría tiene que ver con la necesidad de la gente de encontrar y revisar, pero no me parece mal la categoría indie”, señala Cáceres.
Dentro de una categoría o fuera de otra, El problema de la forma se presentará hoy a las 23.30 en el bar Inmigrantes (Juan Paullier y Guaná). El cubierto artístico está venta en el bar desde las 17.00.