La noticia del ataque sufrido ayer por la vieja iglesia Santa María de la Magdalena de Castelnuovo Magra, una pequeña ciudad italiana de la región de Liguria, se esparció rápidamente. El cura párroco, Alessandro Chiantaretto, explicó a la agencia de noticias Efe que los ladrones, que ingresaron a la iglesia por la mañana, hicieron “un buen destrozo”, además de robarse el cuadro Crucifixión, del pintor flamenco Pieter Brueghel el Joven. La pieza se encontraba en una de las capillas laterales del templo, protegida por una mampara de cristal que los desconocidos debieron romper para perpetrar el hurto.
La ciudad, de poco más de 8.000 habitantes, se llenó rápidamente de carabineros. Sin embargo, algunas horas después de conocido el robo se supo que la pieza hurtada no era la original, sino una copia que la Policía había puesto en su lugar.
El alcalde de la localidad de Castelnuovo Magra, Daniele Montebello, que al conocerse la noticia del robo había lamentado el “duro golpe” recibido por el municipio al perder “una obra de valor inestimable”, explicó luego a los medios que “el cuadro original había sido sustituido hace más de un mes con una copia”, después de que las autoridades supieran que se pretendía robarlo.
Crucifixión es una pintura sobre tabla realizada por Brueghel el Joven (1564-1637) entre el final del siglo XV y principios del XVI, valorada en unos tres millones de euros (3,3 millones de dólares).