Cultura Ingresá
Cultura

Como si pasara un tren.

Estación crianza: Como si pasara un tren, de Virginia Marchetti y Álvaro Correa

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago
Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Se repuso Como si pasara un tren en la sala La Gringa, en el corazón de la Galería de las Américas (18 de Julio 1240), o mejor dicho al fondo, y después de subir la consabida escalera, allí donde suelen ocurrir pequeños pero sostenidos éxitos de público, de esos que obligan a agregar sillas en la platea a minutos de comenzar la función, para que encima después suela terminar con la mayoría de la asistencia aplaudiendo de pie.

Mientras en 18 de Julio empieza a bullir el sábado a la noche, Fabiana Charlo, como la madre aprensiva y conservadora de un veinteañero con un retraso evidente, trata de sobreponerse a las emociones de un papel que la lleva del drama a la comedia. Los picos de intensidad son encarados con verosimilitud por Franco Rilla, como ese jovencito de provincia que sueña con viajar en tren mientras asiste a una escuela especial, demandando nuevamente del actor un personaje desbordado, pero distinto al de El loco y la camisa.

Como pivote en esa crianza pueblerina y controladora, que se resiste a la tecnología y a cualquier viso de peligro que ofrezca el mundo exterior, llega la prima de la ciudad, obligada por una estancia pensada como un castigo pero que conllevará, inevitablemente, un aprendizaje. Como ha escrito el investigador y crítico argentino Jorge Dubatti, la familia disfuncional es una “constante temática con infinitas variaciones formales y de sentido” y en este caso los primos “comparten modelos y gustos, están conectados a distancia por vasos comunicantes que los adultos no poseen”. El texto de Lorena Romanín impregna de candidez a sus criaturas, que no obstante, a base de choques generacionales, canciones de Palito Ortega y una especie de Forrest Gump entre cuatro paredes, logran dialogar con un espectador sensible a estos asuntos.

Con dirección general de Virginia Marchetti y Álvaro Correa, Como si pasara un tren va los sábados a las 22.00, en camino quizás a repetir el éxito que la pieza vivió en la sala porteña El camarín de las musas.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa la cultura?
None
Suscribite
¿Te interesa la cultura?
Recibí la newsletter de Cultura en tu email todos los viernes
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura