“Cuando largás esto del subsidio, y hay un sector que te dice que es una limosna, ¿qué sentís vos como persona, preocupada por, comprometida con...?”, le preguntó Sergio Puglia en su programa de televisión al ministro de Educación y Cultura (MEC), Pablo da Silveira, quien le respondió: “Mirá, te voy a decir la verdad, hay algunas cosas que dan bronca. Por ejemplo, que el director de El Galpón salga a llamar a los artistas a no cobrar el subsidio, cuando él recibe 28 millones de pesos anuales de subsidios por parte del Estado, da bronca, porque para él es fácil decirlo. Son 14 millones que pone el MEC, y 14 millones la Intendencia de Montevideo [IM]”, sostuvo.
Al día siguiente, la Federación Uruguaya de Teatros Independientes (FUTI) y la Sociedad Uruguaya de Actores (SUA) manifestaron su rechazo a estas declaraciones, advirtiendo que en los dichos del ministro había “más de cuatro errores y más de una mentira”.
Por un lado, sostienen que en sus redes personales Héctor Guido (secretario de El Galpón) planteó que consideraba insuficiente el monto de apoyo otorgado y los requisitos exigidos para acceder al subsidio de 6.800 pesos que se entregará durante dos meses y que abarca a 1.500 artistas y trabajadores, ya que ampara “exclusivamente a los compañeros en situación de emergencia extrema y que no desarrollan actividades dentro de la formalidad exigida en nuestro marco legal. Pero deja sin amparo a cientos de compañeros que vieron mermados sus ingresos sustancialmente y que por distintos motivos no pueden acceder a este subsidio”.
Por otro lado, aclaran que los 28 millones de pesos a los que hace referencia da Silveira “son el resultado de la suma de diferentes fondos, y es lo que reciben los 27 grupos y las 18 salas” que integran FUTI, que son administrados por la federación, con una operativa “auditada debidamente año tras año”. Pero, advierten, “los 14 millones de pesos de la IM no son un subsidio y esto es importante remarcarlo”, ya que corresponden al Plan de Fortalecimiento de las Artes, un convenio firmado por la IM, FUTI y SUA, que “implica una serie de contraprestaciones de cada espacio teatral que han servido para impulsar la actividad y facilitar el acceso a las artes escénicas a un importante número de montevideanos”.
Washington Sassi, presidente de FUTI, dijo a la diaria que los fondos se distribuyen en función de la capacidad de las salas (las que reciben el apoyo del plan de fortalecimiento varían de 18 a 20), que cada espacio debe rendir sus gastos, y en función de eso se distribuye el dinero. “Con respecto al apoyo del Parlamento”, dijo en referencia al subsidio que fue aprobado por unanimidad por todas las bancadas en 2015, “se reparte entre los 27 grupos de acuerdo a gastos presentados. Y este año se ve reducido en 15%”, recuerda, ya que por un decreto aprobado en marzo se determinó abatir 15% todos los egresos del Estado, y por eso el subsidio de 14.000.000 de pesos pasó a ser de 11.900.00, de los cuales hasta ahora han recibido 4.000.000 (quedan pendientes dos partidas, una de 4.000.000 y otra de 3.900.000). “En definitiva”, aclaró Sassi, “El Galpón recibe 35% de sus gastos totales”.
Los apoyos municipales
En la categoría de teatro, el programa de Fortalecimiento de las Artes cuenta con dos convenios, aclaró el director municipal de Cultura, Ramiro Pallares: uno con FUTI y otro con SUA, y con ambos se acuerdan las condiciones de gestión del programa. Este año, el convenio con FUTI es de 14 millones de pesos, y al fondo de SUA le corresponden otros 14 millones. “Para el fondo de SUA se concursan proyectos, y este año se distribuyó entre 32 propuestas seleccionadas de las cuatro categorías (producción teatral, producción cooperativa, proyectos de investigación, y descentralización, es decir, circulación en barrios de proyectos ya estrenados). Estos fondos financian tanto la producción de los espectáculos como –en el caso de la producción y la circulación en barrios– los salarios de los trabajadores”.
El fondo de FUTI, explicó Pallares, es un fondo para sostenibilidad de las salas de FUTI, con la contrapartida de que las salas estén a disposición del programa (las obras que fueron seleccionadas tienen temporadas en sus salas); lo mismo sucede con los proyectos de fortalecimiento de danza y música, y con actividades de la Casa de los Escritores. “Este convenio apunta a que FUTI, como contrapartida, otorgue espacios para el desarrollo de la actividad artística independiente financiada por el programa de Fortalecimiento. A su vez, FUTI pone a disposición de la IM localidades para el programa Montevideo Libre y Esquinas de la Cultura, fomentando la democratización, el acceso y la formación de nuevos públicos. Y no es un subsidio”, apuntó Pallares, “ya que si bien apunta a la sostenibilidad de las salas, las salas disponen una contrapartida importante, tanto de espacios como de butacas para programas de la IM”.
Encuentros cancelados
“En este momento usted no tiene delante un grupo de teatro independiente reclamando por sus derechos”, continúa diciendo el comunicado. “Usted tiene delante un colectivo artístico con más de 50 grupos y más de 4.000 trabajadores a los que no se les permite llevar adelante su actividad. Que le han insistido en reunirse y a los que usted ha decidido ignorar [...] Pero lo que nos preocupa, señor Ministro, es que usted elija a un grupo de nuestro movimiento para dirigir su bronca. No es la primera vez que ataca a este colectivo de compañeros desde la prensa, pero sinceramente esperamos sea la última”, sostienen.
Sassi recordó que en varias oportunidades le han solicitado entrevistas a Da Silveira: “Una la pidió El Galpón por el tema del protocolo, y lo íbamos a acompañar SUA y FUTI, pero el ministro nos suspendió la entrevista por razones de agenda. Luego, desde SUA y FUTI pedimos una reunión y nos dijo que nos derivaba con la directora de Cultura, pero le respondimos que con ella ya habíamos hablado mucho, y lo continuábamos haciendo, y por eso queríamos reunirnos con él. Pero recibimos una llamada de la Dirección Nacional de Cultura de que la directora nos recibiría. O sea que no quiere saber nada con nosotros, y luego de que nos cancelara la primera reunión, nos llegó extraoficialmente la noticia de que no era por problemas de agenda, sino que, entre otros motivos, respondía a que éramos intolerantes, intimidatorios y patoteros”.
El comunicado continúa advirtiendo: “Usted tiene la responsabilidad moral y ética que le implica su cargo, de construir y dialogar. No de sembrar dudas ni de implantar mentiras. Todos los sectores de la economía ya han reiniciado su actividad o por lo menos tienen una fecha planificada de reinicio. El sector cultural”, en cambio, “lo reclama de forma ininterrumpida desde hace más de 60 días, comprometido con distintos protocolos serios y estudiados. Al punto que hasta fueron flexibilizados en algunos aspectos por parte de las autoridades científicas y sanitarias. Quizás más que darle bronca”, exhortan, “pueda hacerse cargo de este colectivo al que discrimina y deja sin atención”.