Kafka, un pionero en la fusión de elementos realistas y fantásticos, escribió esta obra en 1917, y se cree que lo hizo después de que el periódico Prager Tagblatt publicara una crónica sobre la actuación de un simio en un teatro de variedades de Praga. Un texto escrito contra la Academia en el que el narrador es un mono.
La historia funciona como una denuncia que pone el foco en la acción depredadora del ser humano. La cuestión irónica se subraya con la aparición del personaje central, que ha sido capaz de desarrollar impresionantes habilidades que lo acercan al sapiens, a pesar de ser un mono. Frente a la compleja y larga evolución humana, que supone distintas etapas de la historia, Kafka elige, como técnica dramática, la ironía, cuando propone como eje de la acción a este simio que, en cuestión de muy poco tiempo, se convierte en un hombre capaz de contar su historia en un lenguaje muy elaborado. Mientras lo hace, realiza comparaciones analíticas, aplica lecturas de textos a su relato y juega con el humor, con el objetivo de poner en ridículo a la civilización.
La obra comienza cuando las luces de la sala aún están encendidas. El personaje atraviesa el teatro saludando a los espectadores. Es un invitado especial que viene como evidencia del “éxito” académico logrado en su entrenamiento. La sorpresa es que el mono habla, y el lenguaje será uno de los elementos de referencia para imponer la cuestión del salto evolutivo alcanzado.
Cuenta el sometimiento que sufre, como “bestia”, a manos de académicos que experimentan y sacan rédito de un espécimen extraordinario hasta que, finalmente, con tono paródico, se evidencia su transformación instantánea cuando, por medio del aguardiente, se convierte en mono-hombre.
El informe del personaje lleva al espectador por varias etapas de su viaje, que comienza el día que es cazado en la Costa de Oro africana (Guinea). Desde ese momento su peripecia como cautivo va desde la travesía en barco en una jaula de madera hasta la participación como centro de atracción en un teatro de variedades, y el proceso de adaptación que supone el aprendizaje, a través de la tortura, del comportamiento humano. El mono hombre construye su propia memoria, que va delineando en las respuestas para el informe. Mientras juega el rol de evidencia científica a través del uso de la palabra, da cuenta de lo que significó el amaestramiento que le permitió estar allí.
Durante todo el informe el personaje habla dando claras muestras de conocimiento de la literatura y de la ciencia, mientras su cuerpo se mantiene en contacto con el origen a través de algunos movimientos que dejan ver que no ha perdido del todo su condición simiesca.
La obra va poniendo en tensión la cuestión de una libertad “salvaje” frente a la domesticación “civilizada”. La memoria de la libertad genera dolor y permite cuestionar los distintos niveles de encierro que vive el personaje mono, como reflejo de los encierros humanos. Ha dejado atrás las jaulas, vive en un apartamento con vista, tiene la compañía de una mona y, sin embargo, la sensación de cautiverio no sólo no desaparece sino que se profundiza. La jaula es ahora más poderosa porque no tiene barrotes.
La puesta en escena es simple. La boca del escenario de la Verdi se abre, oscura, ante el público, dejando ver a sus costados unas cuerdas que remiten al barco. En el centro, una silla con respaldo que puede hacer las veces de rejas, y un pequeño banco. No hay necesidad de más: todo está a favor de la obra.
El trabajo de Marcos Valls en su papel de mono es excelente. Juega con todo el cuerpo y con distintos registros de voz. El manejo de la columna, que cae con peso sobre las piernas, le permite un movimiento de mono que logra hacer fluir según las necesidades. Valls ha sido un actor versátil siempre, y en esta oportunidad, solo en escena, dispone del tiempo y el espacio para demostrar al público que aún lo es.
Mono. Informe a la academia. De Franz Kafka. Versión y dirección de Beto Brown. Con Marcos Valls. Sala Verdi, sábados a las 21.00 y domingos a las 19.00. Viernes 18 de noviembre función especial en Complejo Cultural Politeama (Canelones) a las 20.00.